‘Pequeña historia de la Transición’, de Victoria Prego
Ilustraciones de Peridis
Espasa, 2021
—Oye, Mateo, ¿te han enseñado ya en el instituto lo que fue la Transición?
—¿La Transición? ¡Ah, sí! Pues no, no nos dio tiempo porque está al final del programa.
La abuela moderna y responsable se indigna. Se siente estafada: ¿para eso pagamos impuestos? ¿Para que mantengan a nuestros niños en la supina ignorancia? Ella sí que sabe muy bien lo que fue la Transición. La vivió en sus propias carnes, con mucho miedo e incertidumbre, sobre todo aquella noche que los tanques salieron a la calle, o cuando Tejero asaltó, pistola en mano, el Congreso. Todavía lleva impresas en la memoria las historias que le contaban sus padres y abuelos sobre las atrocidades que se cometieron durante la Guerra Civil. Todos temían que aquel horror volviera a reproducirse.
Siente que su deber es explicarle a su nieto aquel periodo crucial de la historia relativamente reciente e ignorado por los más jóvenes. Es muy consciente de que los pueblos que ignoran su pasado están condenados a repetirlo. Pero su memoria ya no es lo que era, y le da pereza volver a estudiar la compleja serie de acontecimientos que se desarrollaron tras la muerte de Franco. Además, ¿cómo conseguir que Mateo se interese por el tema? Ese chico se pasa el día pegado al móvil chateando con sus amigos.
La abuela, moderna y responsable, frecuenta la librería de su barrio en busca de lecturas interesantes, pues ahora que tiene tiempo para leer, le gusta aprovecharlo. Y es allí donde encuentra una solución para su problema: ‘Pequeña historia de la Transición‘, editado por Espasa, un libro de tapa dura ilustrado con las graciosas viñetas de Peridis y firmado por Victoria Prego. Esos dos sí que son auténticas autoridades en cuanto a la Transición, piensa. No solo la vivieron en primera fila, sino que la han contado y analizado muy a fondo. Peridis, a través de sus ingeniosos y tiernos dibujos publicados en el diario El País y Prego en numerosos programas de TVE, Telemadrid y Antena 3, además de en varios libros.
La abuela, responsable, lee atentamente la contraportada: «El 20 de noviembre de 2020 dos niños miran alucinados el televisor. ¿Una de superhéroes, tal vez? No. Sobre un fondo de imágenes de archivo, un presentador recuerda que acaban de cumplirse cuarenta y cinco años de la muerte de Franco. Se iniciaba entonces la Transición, un proceso lleno de obstáculos, complejo y fascinante, que culminó en una Constitución, consensuada por todos, gracias a la cual pudimos consolidar la democracia en nuestro país. Este periodo clave de nuestra historia reciente fue una aventura, toda una aventura, con sus protagonistas, sus estrategias y sus batallas, con puentes que tender, fortalezas que vencer, alianzas que fraguar y mucho, mucho que construir. Y como tal ha querido contarla Victoria Prego a las nuevas generaciones, para que no olviden la gran conquista que fue nuestra democracia».
Hojeando el libro, comprueba que está dedicado a los nietos de Prego –Jaime, Gonzalo e Ignacio–, y escrito en un tono fresco y ligero en diálogo con los tres adolescentes, lo que le hace comprensible y ameno. No duda en comprarlo con la esperanza de que Mateo se enrolle.
Esa noche, la abuela, responsable, tiene un sueño. Sueña que es periodista y tiene la ocasión de entrevistar a la mismísima Victoria Prego por teléfono. Está emocionada, nerviosa y tartamudea un poco a formular sus preguntas. Prego le responde con pocas palabras y un tono seco, algo cortante, pero claro.
—¿Cuáles fueron los momentos claves de la Transición?
—La votación de la Ley para la Reforma Política, en noviembre de 1976, a la que se oponían los procuradores de Franco y que fue la llave del proceso. También la Semana Trágica que siguió al referéndum y la legalización del Partido Comunista.
—¿Por qué hay gente que minusvalora la Transición?
—Unos, por ignorancia, y otros, por ideología, por ser contrarios a la Constitución y desear otro sistema de gobierno.
—¿Qué papel jugó el rey Juan Carlos?
—Determinante. Tenía el poder absoluto que le trasmitió Franco, pero quiso hacer una Constitución y amparó al Gobierno de Suárez apoyándole en la legalización del PC.
—¿Por qué cree que lograron ponerse de acuerdo partiendo de posiciones tan contrapuestas?
—Por miedo a otra guerra y la voluntad compartida por la mayoría de alumbrar una democracia.
—¿Qué diferencia a aquellos políticos de los de hoy día?
—Aquellos tenían una visión a largo plazo y estos a corto.
—¿Aparte del rey, quiénes tuvieron mayor peso en las negociaciones?
—Adolfo Suárez, Manuel Fraga, Santiago Carrillo, Felipe González, Torcuato Fernández Miranda…
—En todo caso, ¿no fue el pueblo español el auténtico protagonista de la Transición?
—Así es. Al votar la Ley de Reforma abrió el camino apostando por la moderación.
La abuela, responsable y moderna, despierta con las ideas claras. Si Mateo no se enrolla con el libro que piensa regalarle, le contará lo que fue la Transición ella misma. Con sus propias palabras.
Bel Carrasco
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