Rituales de fiesta y fuego. Fotografías de David Cantillo
Museu Valencià d’Etnologia
C / Corona, 36. Valencia
Hasta el 20 de septiembre de 2015
El Museu Valencià d’Etnologia acoge la exposición Rituales de fiesta y fuego. Fotografias de David Cantillo, en la que se analiza la presencia del fuego en las fiestas valencianas y ofrece un recorrido sobre las distintas manifestaciones festivas de la Comunitat y el papel que, visto desde el ojo del fotógrafo, tiene el fuego en el desarrollo de las mismas.
Xavier Rius, diputado de Cultura, destacó la idoneidad de las fotografías de David Cantillo para mostrar “la vinculación ancestral entre el fuego, la fiesta, la cultura y las raíces del pueblo valenciano”. “Qué mejor que estas imágenes, estos pedazos de realidad captados en las instantáneas fotográficas para ofrecer una imagen conjunta del fuego, historia y cultura”, subrayó Rius.
La exposición presenta un centenar de fotografías de diferentes tamaños de distintas fiestas valencianas, desde las Fallas, Fogueres y la Magdalena hasta fiestas de menor impacto social pero de gran interés por la forma en la que se usa el fuego en la fiesta. Tal es el caso de la Santantonada de El Forcall, la Matxà de Vilanova d’Alcolea o los Correfocs i Corda.
En la Santantonada de El Forcall el fuego simboliza la purificación y la fertilidad a las puertas de la primavera. En pleno incendio de la barraca, los forcallanos giran en torno a ella, según la tradición, tres veces. Buscan así la purificación y la fertilidad a las puertas de la primavera. San Antonio es llevado atado a la hoguera y su lucha es patente en la cuerda tensada entre el bien y el mal. Es inevitable atender a la domesticación del fuego hasta el punto de usarlo para representar la muerte misma.
En la Matxà, una vez prendida en llamas Vilanova de Alcolea, vuelve la tensión entre dos nuevas llamas. Como en muchos rituales festivos, demostrar la valentía -la tuya propia o la de tus animales- es casi indispensable. Los machos espoleados por sus jinetes cruzan las calles envueltos en llamas mientras que la gente los emula. De nuevo esos dos fuegos metafóricos surgen en la noche: la bestia y el hombre.
Los demonios, representantes del mal y con un ingenio sin fin, tratan en los Correfocs i Cordà de alcanzar a todo aquél que halla alrededor y -¿quién sabe?- llevarlo al infierno. Cualquier artefacto es bueno si pueden atar sus llamas a él y asperjarlas por doquier. Fuego que congrega que hace al pueblo partícipe en la fiesta e incluye en una diversión inocua que establece una doble relación con el público: le agrede y le da cobijo. Y es este doble sentido el que el espectador saborea, puesto que es partícipe integrante del ritual teatral del mismo averno y del que, sin embargo, puede salir indemne.
David Cantillo es un joven fotógrafo valenciano que ha desarrollado su carrera en el ámbito de la fotografía comercial y en numerosos proyectos de carácter temático. Su inquietud fotográfica le ha acercado a diferentes temas como el deporte, la naturaleza, la poesía, el turismo y la fiesta (el fuego y las fallas) y las artes escénicas y musicales. Ha obtenido diferentes premios y galardones en municipios españoles como Girona (Finalista y mejor fotografía en Montphoto. Concurso Internacional de Fotografía de Naturaleza. Lloret de Mar) y finalista en Unicornio (concurso de fotografía de Montilla. Córdoba).
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