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‘Sostenibilidad, museos y patrimonio cultural’
L’ETNO
Museu Valencià d’Etnologia (MUVAET)
6 y 7 de junio de 2024
L’ETNO, considerado mejor museo europeo por el ICOM, ha conseguido reunir a las principales voces internacionales de la cultura, como cuarto pilar del desarrollo sostenible de la Agenda 2030, en sus jornadas sobre ‘Sostenibilidad, museos y patrimonio cultural’, celebradas el 6 y el 7 de junio e inauguradas por el diputado de Cultura, Paco Teruel, y el director del museo, Joan Seguí.
Un prestigioso comité científico y organizador, liderado por Iñaki Arrieta (UPV-EHU), Francesc Cabañés y Rosa Martí, de L’ETNO, fue el encargado de diseñar un programa de ponencias que establecieron cuál es el estado de la cuestión de la sostenibilidad cultural, revisando escrupulosamente la evolución histórica en la consideración de la cultura como el cuarto pilar del desarrollo sostenible, rompiendo mitos y frivolidades del ecopostureo y fijando seriamente la relevancia social, económica y medioambiental que tienen los museos tanto en las prácticas sostenibles, en la educación y mediación, como en la propia definición de museo del siglo XXI.
Uno de los retos fundamentales es desmontar la idea de que la cultura por sí misma no es suficiente y siempre debe estar aliada a lo transversal para ser, existir, actuar y, en este caso, cumplir con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Estas jornadas sirvieron para preguntarnos acerca de lo que se tiene previsto en el sector cultural ante el colapso eminente de la contemporaneidad.
Como planteó Alfons Martínez (Cátedra UNESCO Pau Casals), “la política cultural es motora y facultadora, y las dinámicas locales son un ejemplo de cómo proceder desde la diversidad cultural, la identidad y el patrimonio, que no es una cuestión de conservar el pasado, sino de mirar al futuro”.
El trabajo en red para economizar recursos, el gasto de proximidad, evitar los transportes innecesarios y proyectar itinerancias de exposiciones temporales son estrategias inherentes al ADN de los profesionales que trabajamos en museos locales.
Por su parte, Aude Porceda, de la Universidad del Quebéc, habló del concepto de habitabilidad y del retorno de los objetos a las comunidades. “¿Se ha de conservar todo? El museo del mañana puede ser un museo sin colección y basado en la idea del caremuseum: el museo que cuida a las comunidades de las cuales ha obtenido las colecciones”.
Si lo analizamos bien, se trata de retomar los principios de la nueva museología, pero introduciendo la idea de ecocorresponsabilidad y también reflexionando sobre las medidas de la conservación preventiva adaptadas a la necesidad de ahorro energético.
Otra premisa antinostálgica del patrimonio la ofreció Blanca del Espino, de la Universidad de Sevilla, al resaltar que el propio patrimonio cultural es en sí mismo fuente de sostenibilidad, proponiendo realizar análisis de “evaluación de impacto cultural” (ICOMOS), de la misma manera que se realizan “evaluaciones de impacto ambiental”.
La idea de paisaje cultural llegó de la mano de Cristina González, de la Institución Alfons El Magnànim, que puso la atención en los conflictos y tragedias que retan al patrimonio natural, material e inmaterial, desde el cambio climático, el consumo desaforado y las guerras en el nuevo escenario geopolítico. Para ello, propuso “una gestión holística, de participación activa que se transfiere a la ciudadanía”.
Otras de las aportaciones más valiosas hacia la reflexión sobre la cultura y el desarrollo sostenible es el análisis del museo insostenible que realizó Xavier Roigé (Universitat de Barcelona). “El modelo del museo neoliberal, de grandes exposiciones temporales, de museos espectáculo y museos franquicia están fuera de los parámetros del museo sostenible y social”, subrayó Roigé. Algunos de estos principios son la sostenibilidad energética, la sostenibilidad expositiva, la conservación sostenible, la adaptación digital o la idea de salir del museo.
Por último, cabe resaltar la tesis de Nancy Duxbury, de la Universidad de Coimbra, que puso el énfasis en la sostenibilidad local o del lugar en la era de la transición energética, poniendo ejemplos sobre el “turismo regenerativo” llevado a cabo en algunas áreas de Portugal, cuyo impacto social, económico, medioambiental y cultural ha sido muy positivo para el desarrollo sostenible.
Aún estamos a tiempo para replantear el concepto, forma y función de los museos y políticas de interpretación del patrimonio integral como cuarto pilar del Desarrollo Sostenible en la Agenda 2030, emplazándonos a la próxima Cumbre del Futuro, que tendrá el 22 y 23 de septiembre de 2024, organizado por la ONU en la ciudad de Nueva York.
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