Reacciones lúdicas en momentos de evasión. Cultos y bronceados (II)
Las reacciones lúdicas deberían ser propias de este periodo en el que, supuestamente, deberíamos descansar, no producir. Recuerdo que, en la infancia, el verano era para aburrirse. Sin nada que hacer, jugábamos a imaginar, pero ahora fantaseamos con desidia, al mismo tiempo que nos ahogamos en esa necesidad de no perdernos en el tiempo.