Lidia López Miguel. Lastura Ediciones

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Entrevista a Lidia López Miguel, directora de Lastura Ediciones

Una vocación libresca a prueba de bomba y cierto grado de locura y osadía. Son elementos necesarios para lanzarse a crear una editorial ¡dedicada especialmente a la lírica! y, un más difícil todavía, sobrevivir durante más de una década. Es el éxito que celebró Lastura Ediciones el pasado 5 de abril, día de su undécimo aniversario tras publicar más de 500 títulos y participar en más de 700 eventos y 90 ferias.

Su fundadora y directora, Lidia López Miguel (Madrid, 1983), es licenciada en Ciencias de la Información, con estudios de Doctorado en Análisis de la Comunicación Social y Sociedad del Conocimiento y título de Máster en Dirección Comercial y Marketing. Tras crear Lastura en 2013, un proyecto independiente para la difusión de la poesía, en 2020 fundó el sello Kaótica Libros junto a su pareja, Ana Orantes, una relación que se inició entre ellas en el marco de SINDOKMA, festival del libro organizado por MAKMA.

Ana Orantes y Lidia López Miguel
Ana Orantes y Lidia López Miguel. Imagen cortesía de las editoras.

Arandina acogida en Madrid, Ana Orantes (1985) es gestora editorial, webmaster y activista queer, diplomada en Educación Social y especializada en marketing online, diseño y programación web. Se dedica desde hace más de quince años al mundo del libro y a militar en diferentes iniciativas LGTBIQ+ y ecologistas.

Kaótica Libros es una idea que tenía en mente hace tiempo que une dos de sus pasiones: libros y activismo. A finales de 2019, junto a Lidia López, empezó a tomar forma y se materializó en los primeros meses de 2020. «El camino de Kaótica está siendo increíble y no deja de sorprendernos que, con recursos tan limitados, estemos consiguiendo tantas cosas», dice López Miguel.

«Apostamos por la cuestión anticapacitista, así como por los feminismos de frontera y las teorías queer. En estos días verá la luz nuestra primera novela gráfica: ‘Superbollo contra el código binario’ escrita por Parole de Queer e ilustrada por Galletamaria. El próximo mes nacerá una nueva colección que indaga, a través del género ensayístico, en personas relevantes para las luchas que defendemos desde Kaótica Libros. Pedro Lemebel y Toni Morrison serán los dos primeros protagonistas en dos ensayos bellísimos y abrumadores que estamos deseando que vean la luz».

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¿Cómo surgió la idea de crear Lastura?

Nació de forma espontánea, sin pensar que iba a convertirse en una editorial comercial ni mucho menos que duraría once años, ¡y lo que nos queda! En un primer momento, fue un proyecto cultural no lucrativo para la difusión de la poesía en pequeñas plaquettes o cuadernillos realizados de forma manual que distribuíamos entre los amigos. Uno de ellos, que era concejal de Soria, nos propuso participar en la feria del libro de allí, y nos animó a dar el salto profesional. A los pocos meses, llegaron títulos tan interesantes que no pudimos decir que no, y ahí comenzó a tomar forma la editorial tal como es hoy.

¿Qué significa ‘lastura’?

Significa venera o concha de vieira en checo. Me gustó esa palabra porque suena parecida a ‘lectura’ y representa el camino hasta ella, como la concha representa el haber peregrinado a Santiago.

¿Qué fue lo más difícil para sacar adelante el proyecto?

Lo más difícil es siempre la cuestión de la distribución. La poesía, junto con el teatro, es probablemente el género más complicado de colocar en librerías. No solo porque a nivel de ventas no puede competir con la narrativa o el ensayo, sino también porque se edita muchísimo. Son libros finos y fáciles, en principio, de editar. Además, para los libreros es complicado separar el grano de la paja teniendo en cuenta que la mayoría –salvo maravillosas y honrosas excepciones– ni leen ni entienden de poesía.

¿De qué títulos editados estás más orgullosa?

Son muchísimos los títulos –más de 550– que llevamos editados y todos merecen nuestro orgullo. Por citar alguno, el primero que lanzamos, ‘Materia del amor’, del querido y desgraciadamente fallecido poeta Ángel Guinda. Ese libro es quizás el más culpable de que Lastura sea una editorial, el que nos abrió el camino desde la plaquette casera al libro comercial. Mencionaré también uno de los últimos, la antología poética ‘Última poesía crítica. Jóvenes poetas en tiempos de colapso’, coordinada por Alberto García-Teresa y David Trashumante, que recoge las voces de treinta y cuatro de los mejores poetas en España, no solo por el éxito que está teniendo, sino también por la importancia de lo que reivindica.

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¿Con qué criterios eliges los títulos?

Siempre hay un criterio de calidad, pero también de originalidad y de compromiso ideológico.

¿Cómo has visto evolucionar la poesía en esta última década y qué destacarías de ella?

Estos últimos años se ha producido algo muy positivo: la gente joven ha vuelto a interesarse por la poesía. Sin adentrarme en la calidad de lo que se lee o de lo que se produce –pues, lamentablemente, en algunos casos hay que hablar más de producción que de creación artística–, creo que es positivo que haya aumentado el número de lectoras y lectores. El tiempo dirá si permanecen y siguen indagando en poéticas más profundas y construidas o se quedan ahí.

Por otra parte, ha aumentado exponencialmente el número de editoriales que o bien se dedican a la poesía o bien deciden abrir una colección de poesía. Personalmente, me preocupa que se esté publicando indiscriminadamente –y uso esta palabra en toda su amplitud–. La cantidad de títulos que se vuelcan al mercado es absolutamente inasumible por la cadena del libro y, desde luego, de eso no tenemos la culpa las pequeñas editoriales.

¿Cuál es el perfil más habitual del lector de poesía?

No hay un solo perfil, pero según los datos de las estadísticas de ventas y las redes sociales, el 60 % de nuestro público son mujeres, de las cuales un 70 % están entre los 30 y los 55 años. No es un dato muy revelador, pues se corresponden con otras fuentes que nos indican que es una tendencia general.

En Lastura sí podemos decir que son personas con cierto grado de compromiso e inquietudes sociales, pues es esta la línea desde la que intentamos trabajar no solo en la colección de poesía, sino también desde las de teatro, la narrativa, etcétera.