Love betwwen

#MAKMAAudiovisual
‘Love Between the Covers’, de Laurie Kahn-Leavitt
95′, Coproducción Estados Unidos-Australia | Blueberry Hill Productions, 2015
Filmin

La novela romántica ¿es literatura? ¿Y si cambiamos romántica por rosa? ¿Lo seguimos considerando literatura? La cosa cambia, ¿verdad? Hay mucha mofa con este género y el documental ‘Love between the covers’ parece filmado para quienes tenemos prejuicios hacia este tipo de novelas.

Cuando vi el título en Filmin, pensé que se trataba de otra cosa. Asocio novela romántica con Jane Austen o Elizabeth Gaskell, pero en realidad no las metemos en ese saco porque hay algo más en ellas. A los pocos minutos de empezar, me di cuenta que no tenía nada que ver con lo que tenía en mente. En realidad, se centraba en un universo propio construido por escritoras y lectoras deseosas de historias fáciles y rápidas de leer. A pesar de que mis prejuicios se abalanzaron sobre mí, decidí continuar hasta el final.

Para empezar, es importante aclarar que la novela rosa factura millones de euros solo en Estados Unidos y que alrededor de ella se organizan convenciones que reúnen a escritoras, lectoras y aspirantes a ser la próxima Nora Roberts. Sin embargo, al igual que ocurre con el sector del cómic, no se trata solo de contar historias, sino de compartirlas.

Fotograma de ‘Love between the covers’, de Laurie Kahn-Leavitt.

Las lectoras de las novelas rosas han creado una comunidad en donde son comprendidas y queridas. Una comunidad muy rentable, todo sea dicho. Puede que el mundo se ría de sus historias, pero ellas han construido un hogar firme y seguro, y las editoriales se frotan las manos con la lealtad de sus seguidoras.

Las historias de amor abarcan la temática erótica, lésbica, cristiana, de fantasía y lo que la imaginación les permita. Lo que tienen en común todas ellas, además de unas portadas de dudoso gusto, es que son H.E.A., las siglas en inglés de Happily Ever After; o lo que es lo mismo: felices para siempre. Vamos, que terminan bien. Uno no acaba una novela de este tipo con mal sabor de boca porque las perdices están aseguradas para los protagonistas. 

“¿Por qué se burlan de las novelas románticas?” Una de las entrevistadas lo tiene claro: “Porque las escriben mujeres”. Me parece una conclusión muy simplista. Si bien es cierto que la mujer en la literatura y en tantos otros ámbitos ha sido reducida a su mínima expresión, decir que la causa de la burla en este género es la mujer sin tener en cuenta factores como el uso desmesurado de personajes estereotipados o de una escritura un tanto simple, me parece una excusa.

Fotograma de ‘Love between the covers’, de Laurie Kahn-Leavitt.

Otra de las entrevistadas, escritora de decenas de libros románticos asegura: “Es fantasía, sí. Pero también lo son las películas de Arnold Schwarzenegger. Él nunca muere, ¿por qué hay que flagelar a las mujeres que leen literatura H.E.A.?”.

Razón no le falta. No sé si Arnold no muere en sus películas, pero sí es cierto que nadie cuestiona a John McClane o al agente Hunt cuando caen desde lo más alto de un tejado o matan a un grupo de terroristas con seis balas. Son tipos machacados a los que cogemos cariño, y nos gusta. Aquí, ocurre lo mismo, escriben lo que queremos leer, cogemos cariño a sus protagonistas y deseamos que todo termine bien, porque es lo que querríamos para nosotros.

Al terminar el documental, decidí leer algo de este género. Hasta el momento, solo había leído fragmentos sueltos, así que me acerqué a una librería de segunda mano y elegí un libro de Danielle Steel, que era la única escritora que conocía. Bien, aquí mi conclusión: es pura fantasía y, en términos coloquiales, una auténtica moñada. Con todos mis respetos, el libro es a la literatura lo que las películas nórdicas emitidas los fines de semana durante las sobremesas al cine.

Son previsibles, tanto que resulta fácil saltar de una página a otra sin perder el hilo de la historia. Ahora bien, no defraudan. La lectora no va a salir magullada, si hay lágrimas en algún momento de la novela, puede estar segura que todo mejorará. Se trata de un producto de cocción rápida y consumo fácil. Las lectoras quieren más y la industria les proporciona lo que buscan. Es la monetización del romanticismo más simple. Es un aquí te pillo, aquí te mato con orgasmo garantizado.

‘Love between the covers’ no es un documental indispensable. Uno puede vivir sin él, pero no está demás adentrarnos en un mundo edulcorado y de fantasía. Es muy posible que al verlo confirmemos nuestro estereotipo de lectora de novela rosa. Sin embargo, es interesante adentrarnos en un mundo que desconocemos. Tendemos a juzgar. Todos. Tú, yo y el vecino del quinto. No podemos evitarlo, pero sí ser conscientes de ello para atenuar su efecto negativo. 

Este documental puede ser una muy buena ocasión para hacer autocrítica. Si en algún momento del largometraje sientes pena por esas mujeres que ves haciendo cola en las librerías o en las convenciones de literatura romántica, si en un solo instante piensas que son amas de casa que se sienten solas e incomprendidas por su marido y todos esos clichés que tenemos pegados en las paredes de nuestro cerebro, plantéate qué hay de malo en que precisamente por eso se refugien en una literatura que las hace felices.

Ya lo dijo Borges: “La lectura debe ser una de las formas de la felicidad”. Dejemos que sean felices ¿no?

‘Love between the covers’, de Laurie Kahn-Leavitt.