Lucia Tallová

#MAKMAArte
Lucia Tallová
Francis Boeske Projects
Art on Paper
Gashouder Westergas
Klöneplein 1, Ámsterdam (Holanda)
Del 16 al 19 de marzo de 2023

Sigmund Freud iniciaba el ensayo titulado ‘El Moisés de Miguel Ángel’ –escultura marmórea erigida por el artista en la iglesia de San Pietro in Vincoli de Roma entre 1513-1536– confesando que es “un profano en cuestión de arte” y que le atrae más “el contenido de una obra que sus cualidades formales y técnicas, a las que el artista concede, en cambio, máxima importancia”.  Y continúa diciendo que, a pesar de su ignorancia, ciertas obras de arte ejercen sobre él “una poderosa acción (…), una profunda impresión” que le impulsa a intentar comprender por qué la obra de arte produce tales efectos.

Concluyendo con esta reflexión: “Lo que tan poderosamente nos impresiona no puede ser, a mi juicio, más que la intención del artista, en cuanto él mismo ha logrado expresarla en la obra y hacérnosla aprehensible. Sé muy bien que no puede tratarse tan sólo de una aprehensión meramente intelectual; ha de ser suscitada también nuevamente en nosotros aquella situación afectiva, aquella constelación psíquica que engendró en el artista la energía impulsora de la creación”.  

Dos obras de Lucia Tallová, por cortesía de la galería Francis Boeske Projects de Ámsterdam.

Estas palabras de Sigmund Freud transmiten claramente la experiencia de la mayoría de las personas cuando percibimos que ciertas obras de arte despiertan en nosotros una emoción, más allá de nuestro interés intelectual.

Una experiencia que recientemente he sentido con la obra de la artista eslovaca Lucia Tallová (Bratislava, 1985), cuando al pasear entre los stands de las cincuenta galerías que exponían en la tercera edición de la feria Art on Paper –celebrada en Ámsterdam, del 16 al 19 de marzo– mi mirada quedó atrapada en el espacio de la galería Francis Boeske Projects, donde la obra de Tallová componía una poética instalación.  

Una de las piezas de la exposición de Lucia Tallová en la galería Francis Boeske Projects, en la feria Art on Paper de Ámsterdam. Foto: Begoña Siles.

Y fue esa atracción, que superaba los límites de mi intención consciente, la que me ha impulsado a escribir este artículo, para de alguna manera traducir la emoción surgida en cierto conocimiento. Hay que comentar que, al iniciar la indagación sobre la obra de esta joven artista eslovena, pude comprobar que las piezas seleccionadas por la galería Francis Boeske Projects mostraban la esencia de su escritura, tanto a nivel de forma como de contenido. 

La escritura de Tallová, a nivel formal, reta los formatos clásicos, para explayarse a través de una miscelánea de marcos, soportes y proporciones -siendo uno de sus soportes y marcos más característicos las cajas, los muebles y las estanterías de madera-, en cuyos formatos inscribe todas las técnicas plásticas posibles -fotografía, pintura, dibujo, modelado, collage, instalación-.

Un hombre contempla una de las obras de Lucia Tallová en la galería Francis Boeske Projects, en la feria Art on Paper de Ámsterdam. Foto: Begoña Siles.

Este trabajo de escritura híbrida de técnicas y formatos se armoniza con suavidad, sutileza, voluptuosidad y hasta con cierto humor. Un humor con tintes negros que rima plásticamente con la tinta negra que estampa en el papel embarullado que se desparrama tanto por el espacio de sus instalaciones, a modo de lava volcánica, como más allá de los límites del marco de muchos de sus collages fotográficos.

De este modo, uno de los rasgos de la impronta singular de Tallová se expresa en el enlace de ese papel arrugado y tintado con los diversos materiales orgánicos y los múltiples objetos, muchos de ellos de carácter bizarro –como piedras, carbón, gravilla, porcelanas, lazos, viejas fotografías, postales, muebles, cajones…–, y que forman parte, como la propia artista señala en sus entrevistas, de “su archivo personal”. 

Obra de Lucia Tallová en la galería Francis Boeske Projects, en la feria Art on Paper de Ámsterdam. Foto: Begoña Siles.

Ahora bien, tras esa conjunción heterogénea de trazos formales y técnicos, ciertos trazos estilísticos de la escritura de Tallová, a nivel de contenido, se expresan en los collages realizados con viejas fotografías o postales de imágenes y retratos de mujeres en blanco y negro. Collages donde el cuerpo y el rostro femenino se compone y se descompone, se emborrona con tinta negra, se vela con sutil papel, se cubre con material orgánico –piedras, guijarros–.

En el fondo y en el centro de la obra de Tallová se revelan la presencia y la ausencia de la figura femenina, como un juego deconstructor que recrea, con pinceladas irónicas y humor vintage, la posición de la mujer en la historia.

Varias obras de Lucia Tallová, por cortesía de la galería Francis Boeske Projects de Amsterdam.

Pero será esa sutil ironía y humor, que desprenden los collages, lo que hace que la mirada de Tallová desate una verdad artística que conmueve, más allá del pensamiento, y no quede anclada, simplemente, en un mensaje reivindicativo de corte ideológico.  

Como anotaba el escritor León Tolstoi en su diario el 21 de marzo de 1895: “Lo político excluye lo artístico, porque lo primero tiene que ser partidista para poder conseguir algo”. Y la obra de Lucia Tallová trasluce, a través de la composición espacial y objetual de sus instalaciones, junto con la representación de esos velos y desvelos sobre el cuerpo femenino, la contradicción de los fenómenos que, habitándole al sujeto, le lleva a interrogarse por ellos.  

Lucia Tallová
Imagen de la exposición de Lucia Tallová en Art on Paper de Ámsterdam, por cortesía de la galería Francis Boeske Projects.