#MAKMAEscena
‘Poncia’
Autor: Luis Luque a partir de ‘La casa de Bernarda Alba’, de Federico García Lorca
Dirección: Luis Luque
Intérprete: Lolita Flores
Productor: Jesús Cimarro
Producción: Teatro Español y Pentación Espectáculos
Teatro Olympia
San Vicente Mártir 44, València
Hasta el 24 de noviembre de 2024
Tras más de quince oscuros días de duelo y consternación, los teatros públicos y privados retoman la actividad. El Teatro Olympia de València lo hace con una obra de gran densidad dramática, ‘Poncia’, escrita y dirigida por Luis Luque, interpretada por Lolita Flores y producida por el Teatro Español y Pentatión Espectáculos, y cuya recaudación de la primera función, incluida en el salario de Flores, ha sido destinada a los afectados por la DANA.
Una obra que se nutre, directamente, de la savia poética y simbólica de una de las piezas teatrales más emblemáticas de Federico García Lorca, ‘La casa de Bernarda Alba’, escrita en 1936, pero que no se representó hasta 1945, en Buenos Aires, por iniciativa de Margarita Xirgú.
«Lorca nos sigue interpelando como sociedad y como individuos», dice Luis Luque. «Su reivindicación del amor prohibido y sus palabras son un arma contra los discursos de odio y exclusión».
¿Qué les dice Poncia a los jóvenes de hoy?, para quienes el mundo represivo y claustrofóbico de Bernarda Alba pertenece a un lejano pasado. «Esa lejanía podría ser tema de debate porque la moral vuelve a estar de moda y con ella la tendencia a juzgar y al señalamiento público. Pero, más que por el teatro reivindicativo, opto por el que ofrece una oportunidad. En este caso, darle a Poncia la de expresar el dolor y poner en palabras sus ambivalentes sentimientos. A través de ella muestro a las jóvenes que sin Poncias, Adelas, o incluso Bernardas no podrían disfrutar de una educación en libertad que les permite la independencia económica».
Poncia siempre ha fascinado a Luque. «Las criadas encierran un enigma interesante: son testigos de los avatares de sus dueños y amos, conocen la verdad del interior de las casas y poseen la filosofía oculta de las clases populares».
Así, a lo largo de la obra se alza la voz de la criada para iluminar los rincones oscuros de la obra de Lorca. Poncia habla de suicidio, libertad, culpa, clase, educación y sexo. Y lo hace con toda la fuerza de una voz que ha sido maltratada y silenciada. Su alma se abre para trasferir a los demás la idea de amarnos en libertad.
Luque escribió el texto a partir de las intervenciones del personaje de Poncia en la obra de Federico García Lorca. «En un profundo análisis del personaje, he rescatado las intervenciones de Poncia y las he convertido en reflexión, soliloquios, diálogos con fantasmas y sombras. De este modo, se alumbra un nuevo mirar dentro de la casa. En la obra original asistimos a una sucesión de hechos que se desarrollan en orden cronológico. En esta Poncia, no. Ella habla después del shock producido por el suicidio de Adela. Todo ocurre después de su muerte».
«La lengua de Poncia –prosigue– se desata en un lugar y en un tiempo prohibidos para las palabras. Ella ajusta cuentas con las habitantes que sobreviven dentro de la casa. Descubrimos su simpatía por la más joven de las hijas, la reivindica: ‘Ha muerto una hembra valiente’, dice, y se culpa a sí misma de no haber hecho más de lo que hizo».
La elección de Lolita Flores para desempeñar el potente papel de Poncia es una suerte de compensación a una deuda con el pasado. Cuando Miguel Narros dirigía el Teatro Español de Madrid, encargó un montaje de ‘La Casa de Bernarda Alba’ al director José Carlos Plaza, y sugirió a Lola Flores como protagonista, pero ella no pudo aceptarlo por motivos de agenda. Luque supo que Lola se lamentaba de ello en un programa de ‘La Clave’ y tuvo la idea de leer la obra de nuevo y descubrir si podía rescatar el personaje y hacer una creación escénica a partir de él.
«Vi el increíble material dramático que encerraba ‘Poncia‘ y llamé a Lolita Flores para proponerle que hiciera este personaje, que estuvo destinado a su madre, y que imaginara conmigo lo que ocurrió en esa casa después de la muerte de Adela».
Luque describe la escenografía de Mónica Boromello «como un cielo de sábanas sobre un campo de trigo». El telón de seda evoca el ajuar que las hijas cosen y la altura de las telas convierte el espacio en una cárcel de tela. Los colores elegidos –el negro, el blanco y el naranja– hacen imaginar un espacio de tierra, aire y agua. El diseño de iluminación es de Paco Ariza, el de vestuario de Almudena Rodríguez y la música original de Luis Miguel Cobo. Fotografías de Javier Naval.
Ademas de director y docente, desde 2023, Luis Luque es director artístico de Nave 10 en Matadero y combina armoniosamente las tres facetas de su actividad. «Dirigir es elegir», afirma. «Inspirarse pensando en los demás es una tarea de empatía y, de alguna manera, supone prostituirse. La docencia consiste en transmitir tu arte y conocimientos de las artes escénicas llevando a la actriz o actor al lugar que este necesite llegar. En cuanto a programar un espacio teatral, mi objetivo es elegir lo mejor».
¿Qué desea encontrar hoy el espectador que acude a un teatro? «Quiere belleza, un refugio donde sentirse a salvo, porque la vida está muy dolida», concluye Luis Luque, que piensa programar en Nave 10 a los autores vivos que reflejen lo mejor que, a nivel de artes escéncas se está haciendo hoy día en este país.
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