‘Un día cualquiera’, de La Coja Producciones
Dirección: Meritxell Duró y Ferran Guiu
Intérpretes: Lydia Fairén, Víctor Gómez, Laura Enrech y Oriol Burés
Teatro Flumen
Gregorio Gea 15, València
13 y 14 de marzo de 2021
Ha llegado al Teatro Flumen de València, con el apoyo de La Coja Producciones, el musical teatral ‘Un día cualquiera’. Un espectáculo íntimo acompañado de música en directo, al son del piano y con tan solo dos sillas y dos mesas como decorado. Una historia que mezcla los placeres y las experiencias agridulces del día a día y que nos enseñan –sobre todo ahora- a apreciar las pequeñas cosas que componen la vida.
Lydia Fairén (Claire) y Víctor Gómez (Jason), dos de los cuatro actores que llevan a cabo la obra, hablan de lo que está suponiendo esta “nueva normalidad” para el teatro y sobre ‘Un día cualquiera’. El musical permanecerá en València hasta el 14 de marzo, después de que se estrenara el pasado día 6.
Un musical que no deja indiferente ni al espectador más excéntrico porque, al fin y al cabo, la vida de todos está compuesta por esas pequeñas cosas. “Igual tenemos que darle más valor a cosas que nos pasan en el día a día”, subraya Víctor Gómez, cuando se le pregunta acerca de lo que espera que el público se lleve del musical.
¿Cuál diríais que es la finalidad del teatro? No únicamente de vuestra función, sino del teatro como arte en general.
Lydia Fairén (LF): Yo diría que contar historias de una manera más directa y sin tanta parafernalia, sin tantos efectos. En el cine, quieras o no, tienes la opción de repetir y repetir. Poner efectos. Hacer que todo quede mejor “envuelto”. Aquí, lo que ves es lo que hay.
Víctor Gómez (VG): Yo creo que el teatro, al final, como muchas artes escénicas, tiene como objetivo contar historias […] hacer desconectar al público, pero también hacer reflexionar. Yo creo que el teatro es un espejo. Cuando nos emocionan las historias o cuando nos llegan o nos reímos es porque, en el fondo, hay alguna cosa que nos hace sentir identificados con aquello. Al final, es un espejo de lo que somos nosotros.
Habéis hecho cine o televisión antes, además de teatro. ¿Preferís el escenario a otro medio?
(LF): Las sensaciones son distintas. Cuando haces cine o televisión, la gente que te ve en ese mismo momento son los directores, los de sonido, el de dirección, la de maquillaje. En una obra de teatro, la reacción es directa y al público se nota si le gusta, si aplauden o no, si se levanta, si no les llega el mensaje.
(VG): Sí, son distintas y, a la vez, yo creo que tienen algo muy mágico, que es como que están invertidas en algún modo. En el cine lo que grabas ese día tú como actor no lo vuelves a hacer nunca más. Pero, en cambio, queda para toda la vida. Y en el teatro es justo al revés. Nos podemos tirar con una función dos años, haciendo el mismo espectáculo cada día e incluso con dos funciones al día y pasas por esa historia 10.000 veces, pero lo que ocurre es único y ya no se volverá a repetir.
¿Cómo le contaríais a la gente de qué va la obra sin spoilers?
(LF): Cuatro jóvenes, dos chicos y dos chicas, que viven en Nueva York. Cada uno tiene su vida y sus relaciones personales, y hacen un viaje y un aprendizaje individual, donde se ve cómo sus acciones afectan a los otros.
(VG): El arte está presente en las pequeñas cosas y el arte también ayuda a transformar a las personas. Está presente en toda la función.
¿Qué os ha aportado a cada uno prepararos vuestro personaje en ‘Un día cualquiera’?
(LF): Es la primera vez que hago un personaje tan intenso y tan dramático. Para mí ha sido una aventura total y un reto ser capaz de dejar de sentir y meterme en una persona con una historia como la que le pasa a mi personaje. Todo esto para mí ha sido un reto total y lo sigue siendo cada vez que hacemos la función.
(VG): Sí, yo creo que es una función muy difícil, porque vocalmente y actoralmente es una partitura muy complicada y todos los sentimientos que pasan por encima de este escenario son muy bestias y, a la vez, muy próximos. Es una historia súper cotidiana y por eso es tan próxima. Tenemos, además, canciones con mucho texto que no tienen un estribillo que se repite cada vez, son monólogos cantados y todo está súper conectado con lo que estás contando y los personajes.
El espectáculo se estrenó en Madrid justo antes del inicio de la pandemia y ahora sois el primer musical teatral en salir de gira en esta “nueva normalidad”. ¿Cómo es eso?
(LF): Se nota que no ves la platea llena, obviamente, porque no se puede. Por mucha pena que pueda dar o porque pienses que a la gente no le gusta suficiente o algo, no pueden venir más. Entonces, bueno, cuesta acostumbrarse, pero a la vez es como si la gente fuera consciente de eso, de que no pueden venir más y apoyaran el doble para que no se note que falta gente.
Personalmente, nosotros artísticamente hablando, creo que después de tanto tiempo en casa sin la rutina de enfrentarte a un escenario, de exponerte, volver a hacerlo casi desde cero, a mí me ha pasado lo de volver a tener el susto que tenía inicialmente. Un poco de decir: ¡Uf, a ver si lo hago bien!
(VG): Yo pienso que se crea un momento muy mágico y especial, aunque venga menos publico y, sobre todo, nos pasó ahora con las primeras funciones en Madrid, donde estaba todo más reciente. Teníamos la sensación esta de que el público que viene está como súper agradecido del rato que le has hecho pasar, porque ha podido desconectar un rato de este año. También nosotros experimentamos esa sensación de agradecimiento hacia el público, que es recíproca por apoyarnos en un momento así.
Ayer estábamos en el hotel los cuatro juntos y parecíamos adolescentes de la ilusión por revivir esto. Somos muy afortunados de formar parte de un musical y que se pueda ir de gira. Creo que, además, este tipo de musical de pequeño formato ahora, en este momento, de repente está cogiendo una fuerza que antes solo tenían los grandes, que abarcaban más público y publicidad. Es el momento de que estos musicales se pongan en valor. porque son los que económicamente, y haciendo un gran esfuerzo, se pueden mover y pueden ir de gira.
¿Qué pensáis que hace posible vuestro musical en concreto y un proyecto como este?
(LF): Cada uno hemos pillado el proyecto en momentos distintos. Víctor también lo hizo hace cinco años.
(VG): El proceso, antes de estrenar en Madrid, llevó dos o tres semanas juntos de verdad, más, aparte, el trabajo individual en casa de estudio del texto, canciones… Se montó todo súper exprés por cuestión de agendas, porque todos estábamos en otros proyectos. Todos teníamos agendas imposibles, con lo cual, coincidir todos, era una locura. Hemos sacado horas de donde hemos podido para poder hacer esto.
¿Cómo os gustaría que fuera la reacción de la gente al ver el musical? ¿Qué querríais que se llevaran como recuerdo?
(LF): Aparte del mensaje que da la obra y de su moraleja final, en lo que se refiere a lo artístico, me gustaría que la gente se quedara con que un musical no es “voy a cantar y luego te digo cuatro escenas”. No son cantantes que dicen escenas, son actores que tienen técnica vocal para afrontar una partitura así. Creo que, con este musical, ahí está el reto: que ambas cosas estén a un alto nivel.
(VG): La importancia de las pequeñas cosas del día a día. Hay cosas que nos pueden parecer muy normales, como ir al cine o salir a comer y, de repente, pueden dejar de serlo y más ahora. Creo que precisamente, en este momento, este musical habla de eso: de cómo en tu día a día y sin darte cuenta, las cosas que tú hagas pueden afectar a los demás. Y que descubran que en las obras musicales de pequeño o mediano formato puede haber una calidad igual o superior que en las grandes producciones. Y que se lo pueden pasar igual de bien y emocionar igual o más.
¿Cómo debería acabar la gira para que dijerais: me ha merecido mucho la pena? ¿Con qué sensaciones?
(LF): Yo creo que como está empezando en realidad: entre nosotros. Lo que hace especial esta obra es el grupo de amistad que tenemos, que era un grupo previo. No se ha hecho un casting precio, era una idea que tuvo Oriol (Warren), que decidió que quería hacer con sus amigos. Me gustaría que siguiéramos siendo amigos cuando todo esto acabe.
(VG): Ayer decíamos: ¿Te imaginas que saliera un bolo en Lanzarote? Pero es lo que te decía: es por la experiencia. Poder hacer una gira juntos es un regalo. Si conseguimos que el publico de toda España vaya conociendo estos pequeños musicales y de repente digan: pues sí, con dos sillas y dos ventanas puedo reírme. Puedo emocionarme. Si conseguimos eso yo me daría por más que satisfecho.