Mario Pasqualatto. Ànima… més llum! Ànima… res més!
Galería Cànem
C/ Antonio Maura, 6, Castellón
Inauguración: 13 de diciembre 2013
Hasta el 21 de enero 2014
Había una vez … así empiezan los cuentos de hadas para transportarnos a un universo lejano, fuera del tiempo y del espacio, lleno de sueños y deseos, son narraciones arquetípicas del inconsciente colectivo que nos adentran en el alma humana. En su obra Fragilidad , Mario Pasqualotto (Barcelona, 1953) utiliza con tal potencia la imagen de una carroza que, sin recurrir a la narración, nos hace revivir el universo de la infancia y nos recuerda aquella edad de oro en que la fantasía y la ilusión no tenían límites. Pero la carroza de Mario Pasqualotto es tan sutil, tan espectral y al mismo tiempo tan real … Real porque representa la culminación de un sueño pero también la expresión de un momento mágico que no durará . Aunque llegue la noche, la luz que ilumina la carroza mantendrá el hechizo, pero las ingrávidas burbujas de jabón se superponen evocando la fragilidad y el carácter efímero del cumplimiento de los deseos, devolviéndonos a la vida real. Pero siempre vendrán nuevos sueños, nuevos deseos, reiniciándose nuevos ciclos vitales. También, Pasqualotto, recordando las palabras atribuidas a Goethe al final de su vida pidiendo más luz, invita con la carroza a pensar también en el viaje, en el inicio, el trayecto y el final, lo que le da una dimensión de transcendentalidad.
Su obra es una reflexión sobre la pintura y también sobre la sociedad contemporánea , la sociedad de las grandes antinomias, en un mundo en el que todo debe ser rápido y no hay nunca suficiente tiempo, la suya es una obra reflexiva, de ejecución lenta y cuidadosa, con la que va descubriendo efectos sorprendentes y encantando con ellos; a menudo incluye objetos encontrados, maravillándonos por el potencial que pueden llegar a tener con su imaginación, como hacían los surrealistas. Trabaja con bolsas de plástico, las de las compras de cada día. Pasqualotto las deforma hasta darles una nueva forma, comprimiéndolo las entre planchas de metacrilato, iluminándolo con neones, con la luz aparecen como vitrales, resplandeciendo el simulacro: no es pintura, sólo es la su apariencia, y por tanto, ilusionista y metafísica.
La utilización de las palabras impresas en las bolsas, con las que crea una nueva realidad poética, es la que le permite jugar con diferentes niveles de ironía o de ternura. Su obra habla de tiempo, de fragilidad, de viaje, de turismo y sociedad de consumo… Las bolsas son un icono de la sociedad industrializada, que se ha hecho imprescindible en la vida cotidiana de todas las clases sociales; tienen una vida efímera, se reutilizan y se tiran, pero Pasqualotto va recogiendo y coleccionando de tantos países como puede, haciendo un verdadero mapa: llevan palabras de los países de origen, van de un lugar a otro, de un país a otro … unas veces son portadoras de necesidades cotidianas y otros, de sueños lejanos , son el signo del mundo contemporáneo como un gran bazar y de un montón de deseos en una sociedad basada en la mercantil y en el espectáculo, pero en la que aún puede quedar lugar para los sueños. Títulos como “Todo está en tu mirada” puede hacer reflexionar sobre el hecho de que es nuestra visión de las cosas la que vivimos como realidad.
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