#MAKMAEscena
‘Maror’, de Rodolf Sirera
Dirigida por Juan Luis Iborra
Con Josep Manel Casany, Paloma Vidal, Lola Moltó, Sergio Caballero y Paula Braguinsky
Teatre Principal
Barcas 15, València
Hasta el 5 de noviembre de 2023
A principios de 1980, mientras sucede un gélido enero, en ‘Maror’ todos se congregan en torno a la chimenea en busca de calor, pero no es el invierno el que emana la mayor frialdad. En este apacible escenario, aparentemente cálido y acogedor, los pilares de una vida cómoda comienzan a tambalearse. La esperanza, ese hilo invisible que teje las relaciones, parece desvanecerse en un remolino de secretos y engaños. Así, con ‘Maror’, nos sumergimos en un mundo donde cada mirada, cada palabra y cada gesto ocultan más de lo que revelan. La aparente calma es solo el preludio de una tormenta mucho más profunda.
La obra teatral, escrita por Rodolf Sirera y dirigida por Juan Luis Iborra y que suba a escena en el Teatre Principal de València hasta el domingo 5 de noviembre, nos adentra en un inquietante escenario familiar donde las apariencias engañan, y cada personaje guarda sus propios enigmas y mentiras. Esta cautivadora obra plasma las veinticuatro horas en la vida de una familia en apariencia feliz y acomodada, cuyas existencias se ven sacudidas por el repentino deseo de cambio de Isabel, la matriarca de la familia.
Isabel, interpretada con elegancia y sofisticación por Paloma Vidal, es el epicentro de la trama. Su decisión de cambiar radicalmente su vida profesional y personal desencadena una serie de eventos inesperados y desafiantes. Su deseo de romper las normas del género literario y el amor egoísta por su amante la convierten en un personaje fascinante y complejo. Su vestimenta, un abrigo rojo y un vestido verde aterciopelado, parece un símbolo de su búsqueda de poder y venganza, lo que añade un elemento intrigante a su personaje.
El padre, Pau, interpretado por Josep M. Casany, personifica la frialdad y el cinismo de la familia. El cigarro, el olor a café y el coñac añaden un aire de decadencia a un personaje de muchas palabras, pero cuyas sus acciones y actitudes revelan su falta de compromiso con la unidad familiar. Mientras, Esperanza (encarnada por Paula Braguinsky), hija adoptiva de Isabel y Pau, logra transmitir a la perfección la complejidad emocional de una víctima que oculta su lado oscuro.
Por su parte, Lola Moltó da vida a la tía Pilar, una figura sarcástica y manipuladora que parece estar al mando de la situación. Su presencia en la obra aporta un toque de ironía y ambigüedad, ya que dirige los eventos con maestría y astucia.
Sergio Caballero interpreta a Jaume, el médico, cuya presencia en la vida de Isabel plantea una serie de preguntas inquietantes. Su relación con Isabel va más allá de lo estrictamente profesional, y su papel se convierte en un enigma constante a lo largo de la obra. La interpretación de Caballero aporta un elemento de misterio y sospecha que mantiene al público en vilo.
El espacio escénico, ambientado en un salón de casa con sofás de un azul intenso, una mesita central, una chimenea y una barra de alcohol, crea una sensación de acogida y calidez al principio. Sin embargo, a medida que se desarrolla la historia, el ambiente se torna cada vez más tenso y frío, reflejando la creciente distancia entre los miembros de la familia.
El diseño e iluminación, que incluye el atardecer en la playa de fondo y la chimenea como elemento significativo, contribuyen a la creación de una atmósfera inquietante y sugieren un ambiente art déco. Los cambios en la iluminación y el vestuario se utilizan de manera efectiva combinando los colores cálidos para las escenas pretéritas y colores más fríos para las presentes, así como para enfatizar la dualidad de los personajes.
La obra se basa en el juego constante de incongruencias y contradicciones, donde cada personaje interpreta los eventos a su manera y oculta sus propios secretos. La ambigüedad y la falta de certeza se convierten en una constante, lo que lleva al público a cuestionarse la verdad detrás de cada declaración y acción. Esta sensación de desconcierto se asemeja al estilo de la famosa autora de novelas de misterio Agatha Christie, quien también se destacó por su capacidad para mantener a los lectores en suspenso y sorprender con giros inesperados.
Sin embargo, la obra no está exenta de críticas. El momento en que Isabel aparece muerta resulta abrupto y desconcertante, lo que crea un vacío en la narrativa. Aunque se utilizan flashbacks para intentar llenarlo, la transición entre la vida y la muerte de Isabel sigue siendo confusa. Esta falta de coherencia puede dificultar la comprensión de la trama.
Incluso así, ‘Maror’ es una obra teatral intrigante que desafía las expectativas del público y lo mantiene en vilo hasta el final. Las interpretaciones magistrales de los actores, especialmente las de Paula Braguinsky y Lola Moltó, agregan profundidad a los personajes y generan empatía con el público, a pesar de la ambigüedad de sus motivaciones.
‘Maror’ nos invita, de este modo, a cuestionar la sinceridad y la confiabilidad de aquellos que nos rodean, recordándonos que, en ocasiones, incluso las relaciones más cercanas pueden estar envueltas en un manto de engaño. A través de una serie de giros inesperados, la obra nos recuerda que, en la vida, nunca podemos dar nada por sentado y que la realidad siempre supera a la ficción.
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