III Edición del Premio Nacional de Dibujo DKV MAKMA
Valencia, julio de 2017

Marta Beltrán Ferrer (Granada, 1977) gana la tercera edición del Premio Nacional de Dibujo organizado por DKV seguros y MAKMA, revista de artes visuales y cultura contemporánea.

El certamen, cuya dotación económica ha aumentado respecto a las anteriores ediciones de 3.000 a 5.000 €, culminará con una exposición de la artista que se celebrará durante los días comprendidos entre el 14 de diciembre de 2017 y el 14 de enero de 2018 en el Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad, MuVIM.

Marta Beltrán en su estudio. Fotografía: Marta Dávila
Marta Beltrán en su estudio. Fotografía: Marta Dávila.

Las bases de la III edición del premio de dibujo DKV-MAKMA premian el mejor proyecto de dibujo contemporáneo en relación a relatos o cuentos. La convocatoria se erige con vocación de sumar hacia el territorio artístico y es un referente para aproximar el arte contemporáneo al público en general y para poder ser una primera experiencia expositiva a descubrir en familia.

El trabajo presentado por Marta Beltrán, bajo el título La vendedora de fósforos, consiste en la construcción de un relato idéntico a otro, a través de un proceso de dibujo expandido, que, a su vez, deviene transformado en esta operación de mímesis. La narrativa original de la que parte es la producción fílmica La chica de la fábrica de cerillas, de Aki Kaurismaki (1990), la cual estaría cruzada, además, con otras ficciones pertenecientes a la filmografía de este autor dentro del período de los años 80 y 90, y que retratan el esfuerzo por sobrevivir de la clase trabajadora del norte de Europa durante ese período, resultando así una suerte de relato múltiple. La propuesta pretende, en última instancia, la alteración de este imaginario concreto, de forma que adquiera un carácter atemporal y pueda ser vehículo, en cierta medida, de la propia realidad presente y contextual.

"La vendedora de Fósforos". Marta Beltrán.
«La vendedora de fósforos». Marta Beltrán.

Para Marta Beltrán, La vendedora de fósforos, por medio de este ejercicio reflejo, que no evita, sin embargo, la distorsión, tanto a nivel visual como de contenido, plantea una representación de la soledad de este personaje femenino y sus avatares, en su lucha por trascender las limitaciones de la realidad material que le ha sido dada. Extrayendo una serie de escenas en las que lo cotidiano adquiere la categoría de momento clave, se plantea la confección de un nuevo catálogo donde la figura femenina es protagonista del universo privado, y gracias a la trasposición de lenguajes que lleva a cabo el dibujo, otorga a estos instantes, en ocasiones, un sentido metafísico.

Dicho catálogo se estructura en cuatro colecciones: la figura de la mujer dentro del espacio interior; la figura de la mujer en compañía del otro; el bodegón o los objetos como elementos con los que estos personajes entran en contacto; y la imagen evasiva o el paisaje como salida dentro de ese espacio interior, ya sea un cuadro, un tapiz o el escenario de un concierto.

pezEn la redacción de su proyecto, la artista destaca la referencia evidente de La vendedora de fósforos, en el cuento de H.C. Andersen (1845), así como otras alusiones: el trasunto de la película Mouchette de Bresson (1967), y la novela originaria en la que está basada la película, Nueva Historia de Mouchette, de G. Bernanos (1937). Con todo ello refuerza el tema planteado: la exposición de la figura de la mujer como víctima y heroína de unas condiciones sociales que la colocan al límite y la pregunta sobre una salida que no devenga en una resolución destructiva, ni de ella misma ni de los personajes y el entorno que la rodea. Dentro de este planteamiento, es la imaginación la que ofrece una salida, no sólo como huida sino como lugar de encuentro y reconstrucción de uno mismo.

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En cuanto a la presentación y resolución técnica del proyecto, la artista propone principalmente dibujo expandido, tinta china, e incluso collage para animar la gama cromática de la inseparable escala de grises con el dibujo. Todo ello, en combinación con alguna sorpresa didáctica que se desvelará en fechas próximas a la exposición a celebrar en el MuVIM.

El jurado, formado por Inmaculada Corcho, directora del Museo ABC; Óscar Alonso Molina, crítico de arte y comisario; Antonio Alcaraz, director del Departamento de Dibujo de la Facultad de BBAA San Carlos; Alicia Ventura, comisaria y asesora de la Colección DKV; Juan B. Peiró, crítico de arte y asesor de la colección DKV, y Vicente Chambó, editor, crítico de arte y co-fundador de Makma, ha decidido conceder además dos menciones de honor (que un año más, no estaban previstas en las bases de la convocatoria) a Manu Blázquez Palacios, por Abundante. Altamente abundante. Compuesto; y a Laura F. Gibellini, por De donde vienen los colores, debido a la excelente calidad de los proyectos finalistas.

Ejemplo del proyecto de Manu Blázquez, mención especial del Jurado.
Ejemplo del proyecto de Manu Blázquez, mención especial del Jurado.
Ejemplo de imagen presentada en el proyecto de Laura F. Gibellini, mención especial del Jurado.
Ejemplo de imagen presentada en el proyecto de Laura F. Gibellini, mención especial del Jurado.