#MAKMAArte
‘Masahisa Fukase 1961-1991. Retrospectiva’
Tokyo Photographic Art Museum (TOP)
Yebisu Garden Place 1-13-3 Mita Meguro-ku, Tokyo
Del 3 de marzo al 4 de junio de 2023
El fotógrafo japonés Masahisa Fukase (1934-2012) se dio a conocer por desarrollar un estilo singular y poético, que capturaba la melancolía y la soledad de la vida moderna del Japón de los años 60 en adelante. Su obra mostraba una estética oscura, compleja y evocadora con la que revolucionó la fotografía japonesa de la época, pero en un sentido diferente al del colectivo Provoke, este más experimental y de crítica social y política –como pudo verse en la magnífica retrospectiva que le dedicó el Centre d’Art Bombas Gens, ‘La mirada de las cosas. Fotografía japonesa en torno a Provoke’, comisariada por Nuria Enguita y Vicente Todolí–.
Fukase formó parte de un influyente grupo de fotógrafos japoneses de posguerra que se reunieron en 1974 para una exposición en el MOMA (New Japanese Photography), en un primer intento de introducir la fotografía japonesa contemporánea en Occidente. Con alguno de los otros miembros de este selecto grupo, como Shomei Tomatsu, Eikoh Hosoe, Noriaki Yokosuka, Nobuyoshi Araki y Daido Moriyama, cofundó ese mismo año la Taller Escuela de Fotografía (Wākushoppu shashin gakkō).
Nacido en Bifuka, Hokkaido, Fukase estudió fotografía en la Escuela de Fotografía de Tokio, institución donde conoció al fotógrafo Eikoh Hosoe, quien tuvo una gran influencia en su obra. Durante la década de 1960, Fukase se dedicó a la fotografía publicitaria, pero su verdadero interés siempre fue la fotografía artística.
En 1971, publicó su primer libro de fotografías, ‘Historia de Yokosuka’, una obra que se centró en la vida cotidiana de los habitantes de la ciudad portuaria homónima, en la que retrató desde marineros estadounidenses hasta trabajadores japoneses. Sin embargo, su obra más famosa es ‘Cuervos’(鴉, conocida internacionalmente como ‘Ravens’ o ‘The Solitude of Raves’,1975-1985), publicada definitivamente en 1985 y que se ha convertido en un clásico de la fotografía japonesa y mundial –en 2010, el British Journal of Photography eligió a ‘Karasu’ como el mejor foto-libro de 1986–2009–.
Como se indica en la descripción de la magnífica monografía publicada por Atelier EXB – Xavier Barral (2017), “Fukase es uno de los más radicales y originales de su generación, famoso por ‘La soledad de los cuervos’, en la que estas aves de la muerte, en bandadas o solas, ennegrecen las páginas de principio a fin de su legendario libro publicado en 1986. También posee un corpus menos conocido y polifacético: investigaciones formales, superposiciones, collages, autorretratos, fotografías reelaboradas como bocetos, impresiones en blanco y negro, Polaroids, etc.”.
Fukase se inició como fotógrafo freelance y su carrera despegó en la década de 1960 con una serie de fotografías que exploraban la vida de las personas marginadas y desfavorecidas en la sociedad japonesa. Sin embargo, fue en la década de 1970 cuando Fukase comenzó a desarrollar su estilo distintivo, sobre todo a partir sus primeras fotografías de la citada serie ‘Karasu’ (Cuervos), que se convirtió en su obra más icónica.
Con su cámara, Fukase creaba un universo sombrío y melancólico que mostraba la fragilidad humana, la soledad y el misterio. Además de su trabajo como fotógrafo, también se desempeñó como editor y diseñador de libros de fotografía, lo que le permitió controlar la presentación de su obra, siempre buscando las mejores calidades de impresión para crear una experiencia completa para su público.
Desafortunadamente, la vida de Fukase estuvo marcada por la tragedia. En 1992, sufrió una caída que lo dejó en coma durante más de dos años, tiempo durante el cual le cuidó su esposa Yoko. Sin embargo, después de que se recuperó y fue dado de alta en el hospital, Yoko solicitó el divorcio, cayendo Fukase en una profunda depresión que duró el resto de su vida. En 2012, falleció después de sufrir otra caída mientras caminaba por la calle.
A pesar de las dificultades que enfrentó en su vida, Fukase dejó un legado duradero en el mundo de la fotografía. Su obra ha sido exhibida en galerías de todo el mundo y ha inspirado a una nueva generación de fotógrafos que buscan capturar la esencia de la vida moderna en imágenes poéticas y conmovedoras.
Ahora, en pleno hanami –la tradición japonesa de disfrutar del florecimiento del cerezo– en un Tokio lluvioso y nublado, muy afín, por tanto, a la estética de Fukase, se celebra del 3 de marzo al 4 de junio de 2023 su retrospectiva más completa hasta el momento, pues abarca su obra desde 1961 hasta 1991. Puede visitarse en un excelente lugar, una visita obligada para cualquier amante de la fotografía, el Tokyo Photographic Art Museum (TOP), un lugar de referencia mundial para disfrutar de la fotografía en la zona de Ebisu:
“Al enfocarse intensamente en su vida personal, Masahisa Fukase se labró un lugar único en la historia de la fotografía japonesa en la década de 1960. Mientras exploraba los orígenes de la fotografía, Fukase desarrolló una práctica importante entre un grupo de artistas asociados con lo que más tarde se conoció como Shi-shashin (“fotografía yo”). Fukase apuntó su cámara a los más cercanos de su entorno inmediato, incluyendo a su esposa y familia. Así, al exponer su propia vida privada, exploró conscientemente la locura que yacía en lo más profundo de sí mismo”.
“Esta locura llevó a obras notables e incomparables que combinaron su mirada amorosa por sus allegados con un sentido del humor despreocupado. Esta exposición cuenta con un conjunto sustancial de obras, incluyendo piezas de la colección del museo que se extraen de importantes trabajos de Fukase, como ‘Yūgi (Homo Ludence’), ‘Yōko’(parte de la serie ‘Desde la ventana’), ‘Karasu’ y ‘Kazoku’ (‘familia’). Otros ejemplos destacados ‘Bukubuku’ y ‘Sasuke’, ambos de una colección privada. Rastreando la trayectoria de Fukase desde la década de 1960 hasta principios de la década de 1990, la exposición brinda a los espectadores la oportunidad de experimentar el mundo único del artista” [la traducción es nuestra. En total, son 113 fotografías].
Como señalábamos, se trata de una serie de fotografías en blanco y negro de cuervos, tomadas en la costa de Hokkaido durante varios años. Fukase inicia esta serie en 1976, en parte como respuesta al decaimiento de su matrimonio, intentando reconstruir el paisaje de su infancia, sin haber fijado en su mente todavía la idea de los cuervos, la cual, realmente, fue apareciendo de manera inconsciente y paulatina [Suzuki, Yoshiko (2023), ‘Masahisa Fukase, 1961-1991. Retospective’. Tokio: Akaaka].
A primera vista, las imágenes parecen simples retratos de aves, pero la intensidad y la fuerza de la serie es inquietante. La repetición de las figuras de los cuervos, su constante presencia en el cielo y en el paisaje, crea una sensación de opresión y claustrofobia –en la que, salvando las distancias, podemos ver cierta influencia de ‘Los pájaros’ (The Birds, Alfred Hitchcock, 1963)–.
La serie también es una metáfora de la soledad humana, la muerte y la oscuridad. Fukase trabajó en ella después de su divorcio, que le sumió en estado de ánimo triste y melancólico que estas imágenes. Así, la presencia de los cuervos, con su connotación de muerte y tristeza, se convertía en un símbolo de la propia experiencia de Fukase.
La serie de imágenes en blanco y negro de ‘Karasu’ presenta a los cuervos como un símbolo de la soledad y el aislamiento, dando la sensación de que el mundo se está derrumbando alrededor. Las fotografías, tomadas en su mayoría en las regiones rurales de Hokkaido –las más septentrionales y aisladas de Japón–, se caracterizan por una atmósfera densa y oscura que, como hemos señalado, reflejan el estado emocional sombrío de Fukase.
Son imágenes oscuras, evocadoras y a menudo surrealistas. Los cuervos se presentan como formas abstractas, borrosas y fantasmales, que a veces se mezclan con la naturaleza circundante. Las fotografías están llenas de una profunda sensación de soledad y desolación, como si el fotógrafo estuviera capturando los momentos en que los cuervos se sintieran solos y perdidos en el mundo.
‘Karasu’ se asemeja en cierta manera a la obra del poeta japonés Matsuo Basho (1644-1694), cuyos haikus evocan a menudo la misma sensación de melancolía y tristeza que se encuentra en las fotografías de Fukase. Al igual que Basho, Fukase busca capturar la esencia de la vida a través de imágenes simples y elegantes, que transmiten una sensación de profundidad y significado más allá de lo evidente.
Pero la obra de Fukase no se limita a ‘Karasu’. Su trabajo, básicamente desarrollado a partir de series fotográficas, abarca una amplia variedad de temas, desde retratos hasta paisajes y escenas urbanas, o sobre su querido gato Susake; pero en todas sus fotografías hay una sensación de melancolía y la presencia de un mundo misterioso que se oculta detrás de lo visible. Por ejemplo, Fukase exploró el mundo urbano en su serie ‘Parada de autobús’, publicada en 1971, que presenta una serie de retratos de personas esperando el autobús en la ciudad de Tomakomai.
Fukase no solo fotografió en blanco y negro, sino que también utilizó el color, a menudo en formato Polaroid, preferentemente con estética abstractas y a partir de series que había desarrollado principalmente de forma monocromática, como el de los cuervos.
A medida que envejeció, Fukase inició paulatinamente un último ejercicio de introspección: “La gran cantidad de autorretratos performativos (precursores del omnipresente selfie actual) atestigua la forma singular, casi obsesiva, en que el artista se relacionaba con su entorno y consigo mismo”. Al final de la exposición se muestra un interesante montaje con decenas de fotografías de pequeño formato en las que se ve a Fukase en una bañera, fotografiándose a sí mismo y, a menudo, con su falo erecto en primer término].
Aunque se considera a Fukase uno de los fotógrafos más importantes de la fotografía japonesa contemporánea, su obra no fue ampliamente reconocida fuera de Japón hasta hace relativamente poco tiempo. Esto cambió en 2010, cuando una retrospectiva de su trabajo en la Fundación Hasselblad de Suecia le dio a su obra una mayor exposición internacional. Su obra sigue siendo relevante hoy en día, en parte debido a su enfoque en temas universales como la soledad y la melancolía que impregnan nuestros días.
Coda
Esta reseña es parte de la investigación llevada a cabo por el autor, la cual ha sido financiada con una beca de la Ishibashi Foundation/The Japan Foundation Fellowship for Research on Japanese Art, llevada a cabo entre el 15 de marzo el 12 mayo de 2023.
Agradecemos a todo el personal del Museo TOP por las facilidades para la investigación en sus archivos, especialmente a la comisaria Kazuko Sekiji, y a Yoshiko Suzuki, comisaria de la exposición sobre Fukase.
- ‘Ravens’, de Masahisa Fukase: un vuelo oscuro - 11 junio, 2024
- ‘Tesoros y fantasmas de la ciencia española’: una joya documental - 17 octubre, 2023
- La soledad del fotógrafo Masahisa Fukase - 9 abril, 2023