Travesía, de Lola Andrés
Ediciones Contrabando
Escribía Silvia Plath en sus diarios, de reciente publicación, que “los poemas son monumentos a algunos instantes”. Para Lola Andrés la poesía es un estado natural, una forma de ser, de sentirse en el mundo y relacionarse con los demás. “No me tienta escribir en otro género”, dice. “La poesía es mi canal de comunicación con los demás. El hecho de que sea un género minoritario tampoco le resta un ápice de entusiasmo y de riesgo. Me gusta su silencio y a la vez el alto tono con el que significa la realidad”.
Tras ‘Moléculas y astros’, ‘Jocs de llum’, ‘Materia’, ‘Pendiente del aire’ y ‘Cielo líquido’, aparece ‘Travesía’ (Ediciones Contrabando), un libro que nace y se escribe al tiempo que ‘Cielo líquido’, editado por Amargord en 2015. “Con éste he ido un poco más allá, permitiéndome licencias que no suelen aparecer o que no están bien consideradas en poesía”, señala Andrés. “Se trata del trayecto de una criatura consternada, mutante, a la que su “tiempo” expulsa. Durante ese viaje asiste al hundimiento de su entorno y acaba ocultándose. También hay una llamada al amor y a la belleza”.
En el prólogo del libro el poeta José Luis Falcó trenza el hilo de Ariadna que guía al lector por el laberinto. La escritura del cuerpo, de la restauración del instinto con la finalidad de comprenderse, el eco de otras voces, la evocación de la infancia, el duelo por las pérdidas.
“Cambia la escritura como cambia la vida”, dice Andrés sobre su evolución en los veinte años que lleva consagrada a la poesía. “Ahora el poema se despoja más de artificios innecesarios. La lectura y la escucha son sabias compañeras en el proceso de la escritura. Aunque no reniego de ninguno de mis libros”.
Escritora en español y valenciano comenta: “Acepto con naturalidad este bilingüismo. Amo profundamente el valenciano, aunque mi lengua materna sea el castellano. En su momento, cuando apareció ‘Jocs de llum’ en Bromera, me planteé esta disyuntiva, sobre todo porque una lengua minoritaria necesita más atención, más visibilidad. Pero con el tiempo y de manera natural, también escribía en la otra. De manera que habitualmente tengo en danza poemas en valenciano y en castellano. Que salgan editados en una lengua u otra depende de factores externos”.
Nacida en 1961 y licenciada en Filología por la Universitat de València, Lola Andrés ha recibido premios como el Gerardo Diego o el Alfons el Magnànim. Ha traducido al castellano Atlas, de Pere Salinas y Joan Navarro. Ha colaborado en diferentes revistas siendo incluida en diversas antologías. Sus poemas han aparecido en publicaciones nacionales e internacionales y ha formado parte de proyectos interdisciplinarios: poesía, música, danza y pintura. Por ejemplo, la exposición ‘Ángulos del vacío’, en el Centre del Carme, con el pintor Pere Salinas y las pintoras Carolina Ferrer y Encarna Sepúlveda. También formó parte del proyecto SonEn4 junto la violinista Ester Vidal, la viola Pilar Parreño y la artista en arte sonoro, Ramona Rodríguez, que realizó una potente propuesta de videoarte para la presentación de Travesía.
También ha traducido parte de la obra de Joan Navarro al español. “Su poesía es de una calidad altísima”, afirma, “aunque a veces es difícil el reajuste a otra lengua, lo tengo a él para consultar dudas”
Andrés considera que “la poesía goza de una salud espléndida”. Tanto la catalana contemporánea como la que se escribe en español o en otras lenguas “tiene nombres en mayúscula como Louise Glück, Joan Navarro, Chus Pato, Antonio Gamoneda u Olvido García Valdés, por citar algunos. Habrá quien diga que hay pocos filtros, que las redes sociales son un saco donde cabe todo. Sí, pero esto no es malo, a mi juicio, el buen lector es sabio y elige, siempre elige”
“En Valencia, añade, “se está haciendo una poesía espectacular. Me interesan especialmente poetas como José Luis Falcó, Antonio Cabrera, Víktor Gómez, Maria Josep Escrivà, Mar Benegas, Anna Montero, Antonio Méndez Rubio, Laura Giordani o Joan Navarro. De entre los más jóvenes, Rubén Luzón, Lucía Boscà o Luci Romero. Y se me quedan en el tintero una barbaridad”, concluye Lola Andrés.
Bel Carrasco
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