’35 mm’, de Michel Augusto Montero
Casa de Teatro de Santo Domingo (República Dominicana)
Del 15 de mayo al 2 de julio de 2021
El pasado día 2 de julio concluyó la exposición ’35 mm’, una muestra de imágenes tomadas por el fotógrafo dominicano Michel Augusto Montero en su transitar entre los dos lados del Atlántico. Las fotografías fueron expuestas en Casa de Teatro de Santo Domingo, cuna y trampolín para muchos artistas dominicanos que, como Michel Augusto, transitaron y dejaron huella en sus paredes y espacios. La exposición, desde su inauguración, ha atraído la atención de numerosos visitantes que se han imbuido de la serenidad que emanan los treinta y cinco fotogramas.
El fotógrafo, graduado cum laude en la carrera de Publicidad –mención creatividad y gerencia– de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), lleva años dedicándose a su pasión, las artes visuales. Esta exposición nace de su paso por la capital del Turia, en la que desembarca en 2016 tras la obtención de una beca para completar su formación en el Máster en Historia del Arte y Cultura Visual de la Universitat de València. Con un pie a cada lado del charco, desde 2019 realiza su tesis doctoral en el Departamento de Historia del Arte de esta universidad, mientras imparte docencia en el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (INFOTEP) de Santo Domingo.
La muestra atestigua el profundo interés del artista por la fotografía urbana y documental, así como la mirada íntima con la que sus ojos capturan aquello que le rodea. En palabras del fotógrafo, “’35 mm’ nace en honra a la imborrable, mágica y determinante primera experiencia de utilizar carretes o películas fotográficas de esta dimensión, partiendo más allá de factores técnicos o de medidas, los 35 mm evocan, a través de estas fotografías, ese primer gran amor por raptar una imagen sin dar promesa a liberarla”.
Los fotogramas, con reminiscencias a la obra de Paul Strand, atrapan las estrías de la planimetría urbana y sus armónicos contrastes lumínicos. A modo de fábula, la selección fotográfica invita al espectador a adentrarse en un mundo donde las infinitas líneas de la ciudad y sus habitantes, elementos protagónicos de la exposición, se funden con la mirada ávida del espectador que, imbuido por los silencios, muta al regresar de la obra.
Los fotogramas, empapados por la conjugación del blanco y el negro, acogen las texturas producidas por la confluencia de grises que juegan con la mirada del espectador. Tendencias claroscuristas que ponen el acento en el individuo y en su transitar por el tiempo y el espacio, sombras que en la línea de la obra de Junichi Hakoyama interpelan al espectador desde su presente despertando en él cierta sensación voyeurista sobre lo acontecido tras el marco fotográfico.
Las imágenes, herederas de la tradición fotográfica de Eugène Atget, capturan atmósferas turbulentas que fluctúan entre los ensordecedores silencios de las barcas de la Albufera y el constante palpitar de ciudades como París, pasando por las sombras pétreas de la Segovia romana. Vistos por el artista, en tanto que trofeos, estos treinta y cinco fotogramas son un elocuente testigo de cómo sus pupilas perciben aquello que le rodea.
La fotografía de Michel Augusto, en ocasiones inquietante y en otras cercana, recoge la impronta que los momentos vividos dejan sobre los espacios y los objetos. Piezas únicas que atesoran instantes irrepetibles de momentos pasados que subvierten al propio tiempo.