#MAKMAEscena
34ª Mostra Internacional de MIM
‘Delicatessen’
Diversas calles, plazas y salas de Sueca (València)
Del 18 al 22 de septiembre de 2024
Si una imagen vale mil palabras, hay gestos que dicen más que un discurso o un poema. Una sonrisa, una mirada, un ademán, un rictus, un fruncimiento de labios o de cejas trasmiten una amplia gama de estados de ánimo, emociones y sentimientos. Un puñetazo sobre la mesa. Y, a diferencia del lenguaje verbal, esos gestos no engañan.
La capacidad de ser humano para comunicarse a través de la expresión facial y corporal ayudó a sobrevivir a los antiguos exploradores, aventureros y comerciantes que se adentraban en tierras ignotas pobladas por las llamadas tribus salvajes, cuyas lenguas no entendían. En los orígenes de la civilización, el idioma del gesto y el movimiento generó una modalidad de teatro mudo sin barreras lingüísticas que ha perdurado hasta nuestros días.
Sueca se convierte esta semana en epicentro mundial de esta modalidad escénica con la 34ª edición de la Mostra Internacional de MIM, que se celebra bajo un apetitoso lema, ‘Delicatessen’. Un festival que reúne un destilado de los mejores espectáculos de teatro del gesto, movimiento y expresión realizados esta temporada en el mundo. Un evento que se ha celebrado puntualmente durante 34 años sin interrupción, y no en una gran metrópoli, sino en una localidad de unos 30.000 habitantes capital de la comarca de la Ribera Baja de València.
Todos esos factores la convierten en un plato de degustación escénica muy especial que en esta edición iza la bandera de su propia exquisitez, tal y como lo explica Ángeles González, su directora artística estos últimos tres años, vinculada al festival desde 1996 en tareas de producción.
«Este es un servicio público con la obligación de ofrecer al ciudadano lo mejor», dice González. «Por eso nos esforzamos en mantener el listón muy alto con propuestas únicas, originales y exquisitas. En el terreno del teatro del gesto tanto de calle como en sala, del teatro físico con ingredientes de circo y danza, reunimos lo más selecto de cada temporada con la ventaja de que no existe la barrera del idioma, lo que facilita la recepción del público. A lo largo de estos años hemos creado un sello propio inconfundible y eso se tiene que poner con palabras. Y la palabra es ‘Delicatessen’, una forma de reafirmarnos».
El programa incluye un total de veinte espectáculos de contenido muy variado para todas las edades y preferencias, además de tres actividades paralelas. Equilibrar las propuestas contemporáneas, críticas y transgresoras con los espectáculos de entretenimiento de calidad ha sido el criterio seguido por los directores del MIM desde sus orígenes, y el que mantiene González.
«Es la fórmula que mejor se adapta a nuestro espíritu y objetivos: combinar obras comprometidas con la realidad y otras frescas y divertidas para pasar un buen rato. El público del MIM es muy generoso y selecciona lo que quiere ver a lo largo de estos días en un ambiente lúdico de celebración tras las fiestas patronales».
Como es tradicional, el MIM será el marco del estreno de una compañía valenciana que este año es la de Patricia Pardo. Se trata de ‘Cuina!’, una visión de la vida a través del acto de cocinar para otras personas. Interpretada por Eva Zapico, Héctor Rodríguez y Pardo, esta pieza pone en escena el ritual de comer diariamente y la decisión de cocinar y de qué cocinar, como la excusa dramática para hablar de la autosuficiencia, de los actos de amor y de cómo las acciones íntimas cotidianas, aparentemente intrascendentes, tienen un impacto determinante, no solo en la propia felicidad, sino también en la naturaleza, la economía y la organización social.
En ‘Le lac des Cygnes’, de la compañía L’Eoilenne, Florence Caillon, nos invita a descubrir una versión insólita de este célebre ballet en clave contemporánea y revisada en la que cuerpos masculinos y femeninos desdibujan los códigos de género, blanco y negro, el bien y el mal, el amor y la ilusión, la comunidad y la soledad, el amor puro y la traición.
Los roles y puntos de referencia del drama original se difuminan para dar forma a un cuerpo cambiante, esquivo e impredecible de cisnes que celebra el amor y la hermandad con sus ambivalencias, fragilidades e infinitas posibilidades.
El campo de refugiados de Balata (Cisjordania) inspira ‘Mirage (A Day Of Celebration)’, de la compañía francesa Dyptik. Un universo cromático de canciones, ritmos y emociones que bebe de las culturas tradicionales y contemporáneas populares de todo el mundo. Un espectáculo inmersivo y participativo que crece hasta la apoteosis final para denunciar la tortura y la injusticia.
«En el campo de refugiados de Balata, los niños nos ofrecieron su baile, dabke, una danza enérgica, rítmica y visceral, una ola de euforia y resiliencia», señalan los miembros de la compañía.
«Con ‘Mirage’, queremos tender puentes, túneles, unir colores, canciones, ritmos, emociones que emanan de las culturas musicales tradicionales populares que hemos encontrado por todo el mundo. Hacer que las contradicciones se comuniquen dentro de una misma música o una misma coreografía. Queremos sacudir los códigos de la intimidad y los del espectáculo».
Los vascos de Marie de Jongh, bajo la dirección de Jokin Otegi, presentan ‘Mr. Bo’, un personaje atendido por tres sirvientes sobre los que ejerce un despótico poder, hasta que de repente aprenden a decir ‘No’.
Una comedia divertida, emocionante y entrañable sobre el poder que nos lleva a cuestionar al pequeño tirano que todos llevamos dentro. Una obra que refleja la realidad con deliberada ingenuidad, aparentemente infantil, con poesía, humor y simplicidad. Obtuvo el Premio Nacional de AAEE para la Infancia y la Juventud 2018, concedido por el Ministerio de Cultura, y el premio del público al mejor espectáculo Muestra Igualada 2024.
Entre las obras más emotivas, ‘The chosen haram’, de Sadiq Ali, historia de dos hombres queer que se conocen a través de una aplicación de citas y deben enfrentarse a múltiples barreras sociales, culturales y personales. Que algo sea haram significa que está prohibido por el islam, y es la homosexualidad el tabú contra el que el protagonista debe luchar.
Esta no es solo la historia de Sadiq Ali, sino también la de otros exmusulmanes LGBTQ+ que compartieron sus propias experiencias durante el desarrollo de este proyecto. Un trabajo valiente y doloroso que examina las complejidades de la fe y la sexualidad, y cómo el sentimiento liberador de elegir abrazar tu identidad no es tan fácilmente alcanzable para muchas personas queer.
Por último, el festival también incluye el taller de Labranza Kids, de Lamajara, un proyecto con niños de 8 a 12 años del municipio de Sueca junto a residentes del Centro CEAR de ayuda al refugiado.
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