#MAKMAArte
‘Panorama articulado, 2007-2012-2017*-2022’, de Mira Bernabeu
Galería Rosa Santos & BioHub VLC
Travesía 5, La Marina de Valencia
Hasta el 8 de enero de 2023
«El escenario que retrata Mira Bernabeu en su ‘Panorama articulado’ es la raspa de un pescado que devoramos en aquellos tiempos de charlas impúdicas de trastienda en los que Valencia era un banquete monumental pagado con ese dinero que era de todos y a la vez no era de nadie», describe el periodista y escritor Rodrigo Terrasa en ‘Autopista de un naufragio’.
Un caústico texto de marital compañía expositiva que rubrica las túrbidas (y convulsamente líricas) intenciones del proyecto de Bernabeu, alimentado a base de radiografiar -como un stalker se aventura por ‘La Zona’ de exclusión- los escombros del delirio valenciano y legando un proscenio portuario cuyos excesos hubieron alumbrado un no lugar herido de escorias y resaca. Una marejada crepuscular que dejó tras de sí un mapa de delirio, corruptelas y escombros esparcidos por aquella Nave 5 en la que moraban los pecios del naufragio.
Y si en el remodelado galpón que ocupa hoy BioHub VLC apenas se adivina rastro alguno de los aparejos rotos de la America’s Cup (ni huella carburante de la Fórmula 1 en el Valencia Street Circuit), nos queda el acíbar memorioso de las hemerotecas por las que pasearon una galería de presuntos, «políticos, artistas, empresarios, deportistas, periodistas, buscavidas, yonquis de la pasta y charlatanes. Usted y yo también», inculpan Terrasa (con la prosa de noches y ciudades eufóricas) y un Mira Bernabeu cuyas imágenes de un ‘Panorama articulado’ «nos hace revivir la experiencia completa de un tiempo duro, de un tiempo pasado, de un tiempo decadente, de un sinsentido».
¿Un panorama articulado para fotografiar el rastro estructurado de todos los desmanes?
Efectivamente, el panorama está compuesto por 375 fotografías donde no solamente se habla de la imagen de València a través de esos lugares abandonados -que son la antigua terminal y la nave antes de ser reformada-, sino que también hay una vinculación con el hecho judicial de todos los casos de corrupción que empezaron a salpicar la ciudad desde 2007 (cuando nace la Copa América), hasta 2017, cuando BioHub me invita a realizar un panorama fotográfico sobre esta nave, abandonada durante mucho tiempo y en la quiere albergar su empresa de biotecnología.
Un hedor a corruptelas y cohechos políticos sintetizados en un gráfico que vertebra el ritmo de la exposición.
Es un gráfico que he trabajado con un matemático estudiando todas las portadas de los periódicos y vinculando los casos de corrupción con los diferentes partidos políticos -PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos-, pero también hay otra banda relacionada con casos de corrupción que no están vinculados con la política: judiciales, empresariales, etcétera.
Mediante los que componer una lectura semiótica de los objetos representados junto a los hitos del delito.
Cuando realizo las fotografías tanto de esta nave como de la antigua terminal del puerto -en la que estuve mas de una año, visitándola y haciendo fotografías todos los lunes-, me doy cuenta de que había algunos elementos que me llamaban la atención: un candado roto, una jarra, un folleto, una brújula, un altavoz… Los voy recopilando sintiéndome un pseudoantropólogo, un etnógrafo…
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Acaso para rubricar “la autopsia de un naufragio”, tal y como titula su texto Rodrigo Terrasa.
Efectivamente, una apología del derrumbe, de la decadencia, el abandono…. De alguna forma, voy recopilando esos objetos y lo que hago es que en las mesas -que son como vitrinas descubiertas- ves la imagen de donde yo he encontrado el objeto, pero también propongo un vínculo con algunos titulares de diferentes periódicos.
«Camps se sentará en los banquillos», «España suspende en corrupción por la financiación de los partidos», «Los delitos xenófobos del Brexit»… Titulares en los que reverbera un eco de la corrupción más allá del ámbito local.
Así es. Hay tres capas: una capa muy valenciana, que son las propias imágenes de la ciudad; luego están las bandas o el gráfico, que se vincula no solamente con la corrupción en València, sino a nivel nacional; y, por último, una capa de nivel internacional a través de titulares random, que hablan tanto de política como de cultura, de deportes, etcétera. Con ello quiero incidir en que no solo estamos hablando de la corrupción en València, sino que la corrupción se desarrolla en cualquier lugar del mundo.
Las relaciones de umbilicalidad que propone la exposición alimentan la capacidad de encontrarse con lo turbulento e, igualmente, hay un acto performativo de denuncia, si me permites, en el hecho de orinar sobre una moqueta impresa con la gráfica de los últimos vestigios de la Fórmula 1 (que puede contemplarse en el vídeo que encabeza ‘Panorama articulado’).
Bueno, yo creo que no es un acto de denuncia, sino de rabia. Cuando llevas más de una año viniendo todos los lunes a fotografiar esta nave antes de ser reformada, o a la terminal del puerto, empiezas a sentir ese despilfarro, una sensación de rabia, porque la ciudad de València podía haber sido otra, pero es la que ha sido. Por ello, de alguna manera, lo que haces es un acto de rabia ante la situación: orinar en una moqueta que aparece en un espacio completamente abandonado. Un lugar que, lógicamente, me gustaría que fuese rehabilitado para ser algo social.
Y con ello profundizar, a través de la creación de un relato, más allá del mero registro o filmación de lugares abandonados que propone la corriente urbex.
Exacto. Pero también lo considero un acto no reivindicativo, en tanto que, cuando uno llega a un lugar abandonado y tiene la necesidad de orinar, acabas meando allí porque es un lugar completamente abandonado, desubicado, y ya no tiene ningún tipo de valor. Eso es lo que quería dejar registrado.
Hay corrientes de la exploración urbana que apuestan por no intervenir en este tipo de espacios, para dejarlos inmaculados de toda injerencia ulterior y no pervertir, de este modo, cuanto de sugestivo pueda encontrarse un stalker de la ruina.
Exacto. Aquí está la ruina y, a la par, esa fascinación que tenemos los seres humanos por todo lo que está completamente abandonado. La ruina es algo que nos seduce y nos atrae, y para mí fue un placer acceder a estos espacios y fotografíarlos con total tranquilidad. Yo me ponía mi música, iba con mi cámara e iba documentando con toda tranquilidad, porque siempre intento que estos proyectos se muestren al público cuando hayan pasado muchos años desde que yo haya realizado las fotografías.
Tan solo cobran su auténtica dimensión y sentido con el paso del tiempo, al igual que otros proyectos de naturaleza semejante que has realizado.
Sí. Realicé uno sobre el antiguo zoo de València, en Viveros; otro acerca de la sede de los jesuitas en Gandía; DKV también me invitó a realizar un proyecto sobre el hospital de Denia, que fue maravilloso.
Pero ‘Panorama articulado’ es muy particular porque es un proyecto en el que los espacios no son seductores, es decir, eran lugares donde había muy poco, en tanto que habían sido desmantelados. Cuando el equipo de vela que estaba albergado en esta nave se marcha, se lo lleva todo, con lo cual es muy complicado, ya que tienes que hacer un ejercicio muy visual a la hora de poder encontrar detalles que puedan ser lo suficientemente seductores para realizar estas fotografías.
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