F.A.T.A.L., de Momu & No Es
House of Chappaz Flat
C/ Caballeros 35, 2º puerta 3, València
Hasta el 17 de febrero de 2022
F.A.T.A.L.
Como una loncha de queso…
“Uno de esos oscuros días (…), cuando todas las viviendas son lo más parecido a una cueva y sus habitantes a trogloditas perdidos entre tinieblas.”
Serguéi R. MINTSLOV, El misterio de las paredes, 1906
Primera cristalización. La transformación de la corteza terrestre
“What guides poetic thinking is the conviction that although the living is subject to the ruin of time, the process of decay is at the same time a process of crystallisation.”
Hannah ARENDT, Introduction to Walter Benjamin, Illuminations: Essays and Reflections, 1955
“Todo el mundo sabe qué significan los colores: Una pequeña franja del espectro lumínico. Pero, por pequeña que sea esta franja, no queremos renunciar a ella.”
Paul SCHEERBART, Arquitectura de cristal, 1914
El ideal de transparencia es una de las herencias del movimiento moderno; esa arquitectura de cristal y hormigón que proponía una transformación de la sociedad y del mundo que la habitaba. Podríamos cuestionar si el cambio en la sociedad ha sido tan reseñable, pero creo que seran muy pocas las voces que nieguen la transformación del mundo y el papel que el ser humano ha interpretado en esa transformación.
La noción de transparencia, que sería analizada por Dan Graham al hablar de como el movimiento moderno había sido asimilado por el urbanismo burgués estadounidense, planteaba no sólo esa hipervisión que lo atravesaba todo sino también una limpieza, una noción estética en la cual la asepsia y la falta de contacto, generada por esos mismos elementos que permitían atravesar el ojo pero no el cuerpo, propicia una jerarquización de los espacios.
Geometría, monocromía, orden… nada más alejado que la visión que su pionero, el arquitecto, poeta y autor de ciencia ficción Paul Cheerbart, tenía en mente: “La faz de la tierra experimentaría un profundo cambio a partir del momento en que la arquitectura de cristal suplantase por completo a la arquitectura de ladrillo. Sería como si a la tierra se le engalanase con joyas de esmalte y de brillantes.” Cristal de colores, transformando nuestra visión, educando a nuestra mirada a percibir el ultravioleta, refulgiendo en la noche, pero, ante todo, mutando toda la superficie de nuestro planeta.
Es curioso como la mutación es inherente a todas las utopias, nuevos paisajes habitados por nuevos individuos, versiones mejoradas de lo humano que han sido capaces de perfeccionar su propio entorno. En la actualidad la posibilidad de mejora es inmensa, sobre todo si tenemos en cuenta como hemos transformado nuestro planeta. No creo que Scheerbart fuese consciente de la capacidad de cambio que el mismo anunciaba, el antropoceno.
Cómo especie siempre habíamos medido el mundo desde nuestra escala y paradigma, pero nunca habíamos llegado a adecuarlo a nosotros de una forma tan traumática. La reificacion ha ido invadiendo todo hasta convertir el paisaje en una enorme resto arqueológico acelerado que, al mismo tiempo, va solidificando su ruina.
“Rocks growing slow-mo
Crystalline
I conquer claustrophobia”
Bjork, Crystalline, 2011
Duda
“ (…) lo distintivo de eXistenZ es la idea -en cierto sentido mas extraña y perturbadora que la noción de que la realidad es una farsa- de que la subjetividad es una simulación. Hay una diferencia absoluta entre el «ser-para-sí» y lo que Sartre llama el «ser-en-sí»: el mundo inerte de los objetos, despojados de conciencia.”
Mark FISHER, “No vas a poder detenerte. Incluso quizá lo disfrutes”,
Los fantasmas de mi vida: escritos sobre depresión, hauntología y futuros perdidos, 2014
“This is a lonely illusion
This is my only delusion
This is the realm of my wildest dreams”
Roisin murphy, Simulation, 2012
La duda, la sexta de las siete fases en las que Stendhal articula el enamoramiento, se encuentra entre la primera y la segunda cristalización. Tras la máxima certeza lo único que tiene lugar es la duda, puesto que la realidad y su verdad resultan demasiado inasumibles.
O puede que nuestra realidad nos sorprenda tanto que lo único que nos quede sea interrogarla y descubrir los mecanismos que la han conducido hasta allí. Este es uno de los elementos que articulan el trabajo del colectivo Momu & No Es, compuesto por Lucía Moreno (Basilea, 1982) y Eva Noguera (Barcelona, 1979). Siguiendo esa línea de investigación muchos de sus trabajos orbitan en el intento de comprender que constituye una mentalidad. ¿Es el cuerpo? ¿El relato? ¿Los modos de comunicación? ¿Los de relación? ¿Nuestro hábitat? El motor podría ser la dificultad de decir quiénes somos y qué nos hace ser así.
Todos sabemos que Internet y las aplicaciones han transformado nuestra forma de relacionarnos con los otros, cambiando nuestros lenguajes y también el modo en que nos percibimos. Pero ¿qué ocurre cuando es el ámbito virtual nuestro único puente de comunicación y nuestro entorno real queda limitado a nuestra habitación?
“Esto nos conduce al que tal vez sea el debate utópico fundamental sobre la subjetividad, a saber, si la utopía en cuestión propone el tipo de transformación radical de la subjetividad presupuesto por la mayoría de las revoluciones, una mutación de la naturaleza humana y la aparición de seres complemente nuevos; o si el impulso de la utopía no se basa ya en la naturaleza humana”
Fredric Jameson, Arqueologías del futuro, 2009
Segunda cristalización
“Object play—for adults as well as children—engages the heart as well as the mind; it is a source of inner vitality. When literary theorist Roland Barthes writes that the objects of disciplinary society come to seem natural, what is most important is that what seems natural comes to seem right.
We forget that objects have a history. They shape us in particular ways.”
Sherry TURKLE, Evocative Objects. Things We Think With, 2007
Durante la pandemia todos sentimos esa sensación de guarida y cárcel en que se convirtieron nuestros entornos más cercanos. Vivimos un Armagedón tedioso y en silencio mientras nuestra realidad comenzaba a mostrarse extraña ante nuestros ojos. Los objetos se convirtieron en boyas, en asideros en los que intentábamos calmar nuestro desasosiego mientras todo lo demás mutaba: los virus, las rutinas, los cuerpos, los afectos… y esa comunicación aumentada que nos ofrecía la tecnología se convirtió en la única forma de contacto.
Nuestros ojos se acostumbran a una nueva transparencia y las imágenes que nos devolvían las pantallas cristalizaron de nuevo, la última etapa o, tal vez, un capítulo pasado, en el que encontramos los restos de nuestra propia civilización. Nuestro imaginario solidificado dentro del ámbar de metacrilato. Una gruta, como las cuevas de Naica, en la que la luz atraviesa cristalizaciones, arquitecturas naturales tan agrestes como las que atraparon nuestra reclusión mental.
En House of Chappaz se nos muestra el exterior y el interior de esa ruina. Un comercio cerrado, clausurado por la crisis, en el que todas las tardes nos permite ver qué algo se activa en su interior, tal vez la luminiscencia de esos restos fósiles que, abandonada ya toda función, simplemente nos ofrecen las formas y el recuerdo. Como ese fragmento de video que se quedó atrapado en su loop. Un supercut de referencias: mentos, refrescos de cola, lonchas de queso capaces de pasar por el hueco de una puerta y alimentar en un confinamiento.
Objetos evocativos que nos interpelan, acompañados por una banda sonora, obligándonos a reflexionar acerca de qué pensaran de nosotros, si es que, alguna vez, alguien, se toma la molestia de descender y encontrar aquello con lo que poblamos nuestros mundos.
Eduardo García Nieto, comisariado y educación.
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