Título: Monos
Año: 2019
Dirección: Alejandro Landes
Reparto: Moisés Arias, Julianne Nicholson, Sofía Buenaventura, Julián Giraldo, Karen Quintero, Laura Castrillón, Deibi Rueda, Paul Cubides, Sneider Castro
Fotografía: Jasper Wolf
Música: Mica Levi
El conflicto armado en Colombia ha estado azotando el país durante casi medio siglo. Numerosos cineastas han luchado desde el frente cinematográfico denunciando los horrores de la guerra, llegando a constituir casi un subgénero. Recientemente, Alejandro Landes se ha hecho un hueco en el panorama del cine colombiano con una propuesta y un enfoque innovador respecto al conflicto.
Tras tocar el documental (Cocalero, 2007) y el género biográfico (Porfirio, 2011), en 2019 el joven cineasta colombiano estrenó su tercer largometraje Monos. Su recorrido por varios festivales internacionales (como Sundance, Berlín, San Sebastián, Cartagena) ha resultado un asombroso éxito, llegando a obtener numerosos premios. Además, fue escogida para representar a Colombia en los Óscar.
La película nos presenta un grupo de ocho adolescentes guerrilleros, de los cuales no conocemos más que su apodo de guerra, que viven apartados de la sociedad como una manda de monos y luchan por una causa que tampoco conocemos. Entrenados en la dureza y la crueldad de la guerra, son comandados por un pequeño hombrecillo, el mensajero (personaje encarnado por William Salazar, excombatiente de las FARC). Su misión es cuidar y vigilar a una rehén estadounidense, la doctora, y a una vaca que han recibido como regalo, obedeciendo las indicaciones de “La Organización”.
Partiendo de esta situación, el film avanza como una espiral de conflictos, tanto internos entre los propios adolescentes, como externos como la guerra, que sacan a la luz lo más salvaje de lo humano. Un proceso de deshumanización y embrutecimiento en el que la violencia, sugerida poéticamente, es el motor de la historia.
Una de las cosas más llamativas de la película es la majestuosidad audiovisual con la que es resuelta. La imponente fotografía de Jasper Wolf, que captura la belleza sublime de las montañas y la selva, y la música experimental de Mica Levi hacen de esta una auténtica experiencia sensorial que atrapa al espectador en una atmósfera psicodélica y asfixiante por momentos.
Cabe mencionar que casi todo el elenco son actores amateurs, exceptuando a Moisés Arias y Julianne Nicholson, y para estar enfrentados a situaciones extremas, no lo han hecho nada mal. En cuanto al guion, los diálogos son bastante escasos. No obstante, los personajes se exponen a través de gestos, ruidos y miradas, como los monos. Se produce así un fascinante juego de miradas entre los jóvenes.
Pero lo más destacable sin duda de la nueva película de Alejandro Landes es el enfoque con el que aborda el tema, imponiéndose como algo diferente. Aunque la historia narra hechos que podrían ocurrir perfectamente, se encuentra al servicio de la metáfora y el simbolismo. Parece tratarse de un sueño, un realismo al borde de lo fantástico y lo alucinógeno.
El director usa el conflicto armado para explorar temas universales como la condición humana y las relaciones de poder. Así, crea un micro universo descontextualizado y despolitizado, centrándose en el asunto humano.
Este vacío ideológico ha causado algunas opiniones contrarias. Sim embargo, teniendo en cuenta la trayectoria del cineasta, considero que es todo un acto político. No pretende posicionarse ni emitir ningún juicio, tarea que le deja al espectador, sino sugerir nuevas preguntas y continuar una conversación.
Monos es una auténtica experiencia inmersiva que aborda algunos de los temas que más se ha ocupado la literatura universal. Resulta toda una rareza interesantísima dentro de la cartelera comercial actual y que recomiendo a todo amante del cine.
Pau Tronch
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