#MAKMAArte
Motion. Autos, Art, Architecture
Comisarios: Norman Foster, Manuel Cirauqui y Lekha Hileman Waitoller
Museo Guggenheim Bilbao
Abandoibarra Etorbidea 2, Bilbao
Hasta el 18 de septiembre de 2022
Explotar la vena fantástica del automóvil, su dimensión de vanguardia y de una realidad icónica que ya forma parte del imaginario colectivo, es lo que se han propuesto Norman Foster, Manuel Cirauqui y Lekha Hileman Waitoller, comisarios de la exposición inaugurada el 8 de abril en el Museo Guggenheim de Bilbao.
Si el principio básico del diseño durante el siglo pasado ha sido el funcionalismo –la forma de las cosas se debe a su función–, en esta muestra vemos dos tipos de vehículos segmentados según su uso. Por un lado, prototipos tan aerodinámicos que parecen de ciencia ficción diseñados para batir récords de velocidad, por otro, coches más compactos pensados para un uso concreto o de formas amables para su producción masiva.
Entre los modelos que las compañías dejan a la investigación y la creatividad, alardes de diseño para anticipar el futuro del sector sin pretensiones comerciales ni de producción, tenemos los Firebird, Alfa Romeo y otros vehículos de los 50 influidos por la carrera espacial de esa década.
En el otro grupo de vehículos tenemos auténticos iconos de una época y de una cultura, tan protagonistas como sus conductores. ¿Quién no recuerda el Aston Martin de James Bond, el 2CV de sor Citroën, la furgo hippy donde canturreabas canciones de los 60, el Volkswagen Escarabajo en el que con mucha suerte te estrenaste, o el R4 de tu tío, el que tenía la tienda? Iconos que se revolucionan arrancando imágenes, recuerdos y canciones de ese imaginario común.
Los 40 coches que calientan motores en esta muestra, nos cuentan su propia historia sobre la carretera, como la del primer viaje entre dos ciudades en 1888, con Bertha Benz recorriendo 106 km en 12 horas al volante de un Patent Motor Car construido por su marido, y que un siglo después, en 1986, Andy Warhol serigrafió.
O la historia del Tatra T87, uno de los coches favoritos de los oficiales nazis. Los 160 km/h que alcanzaba y el motor ubicado en la parte trasera lo convirtieron en un arma mortal, hasta el punto de que Hitler se viera obligado a prohibírselo a sus oficiales.
Coches que nos cuentan también la historia de la ingeniería que los ideó, los talleres que los crearon y las carreteras donde batieron récords. O simplemente dejando su propio relato en el álbum familiar.
Coches que la tecnología ha hecho artísticamente aerodinámicos, siendo fotografiados por los artistas futuristas de principios de siglo, o sirviendo de diseño a su vez de electrodomésticos y trenes desde los años 20.
Coches que trillaron el planeta cambiando el paisaje para siempre y también nuestra forma de vivir. Y, en fin, coches que anuncian el final de la combustión, dando paso a la electricidad que los primeros diseños futuristas prometían.
La muestra cuenta también con la sección Didaktika, un espacio educativo donde se ofrece, entre otras actividades, una experiencia sonora a partir de diez motores de automóvil conceptualizada por Nick Mason -miembro de Pink Floyd- y desarrollada por el especialista en audio Sennheiser y la compañía de accesorios de vehículos de acción Ten Tenths.
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