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‘Naturaleza Efímera’, de Agustín Serisuelo
Shiras Galería
Vilaragut 3, València
Hasta 11 de mayo de 2024
‘Naturaleza Efímera’ es el último proyecto del artista interdisciplinar Agustín Serisuelo, que sigue presente en Shiras Galería hasta el 11 de mayo y donde el paisaje es el elemento clave con el que teje su propia identidad. “En este proyecto trabajo sobre el entorno inmediato, sobre los lugares que están alrededor de mi residencia, los cuales revisito impulsiva y obsesivamente”, explica el artista. Estos lugares son casi siempre espacios en el límite entre lo natural y lo artificial: bordes de caminos, de pistas forestales, de carreteras, de huertos…
La intención de Serisuelo es poner el foco de atención en esos espacios comunes para todo el mundo, pero desde otros puntos de vista, “recontextualizándolos desde mi propia experiencia, dándoles otra vida para que la gente vuelva a hablar de ellos y del respeto a la naturaleza”, atestigua el autor. “En un momento tan convulso como el de ahora, con el cambio climático, el continuo crecimiento de las ciudades, el constante auge del capitalismo…, tenemos que mirar hacia dentro y hacia el pasado para ver en qué punto estamos”.
Empezó trabajando con espacios arquitectónicos abandonados por el tiempo, pero, como él mismo expresa, “el tema la naturaleza ha ido ganando terreno en mi trabajo, al igual que ocurre cuando esta comienza a recuperar los espacios deshabitados, proceso que me atrae profundamente”. De hecho, el título de la exposición remite directamente a las mutaciones inherentes a la naturaleza, a las transformaciones que experimenta, ya que nunca se mantiene constante y cada imagen que produce es, por tanto, efímera.
De esta manera, el paisaje siempre ha ocupado un papel protagonista en su trabajo, entendiéndolo como “aquella construcción que hace su representación desde el arte”. Serisuelo aclara que hay un tipo de paisaje que es la naturaleza y otro que nace de una construcción cultural. Este último se refiere a un cómputo de varios lugares que conforman un conjunto político, social e identitario, por lo que “cada cual que lo ve, lo hace desde su propia cultura y bagaje personal”.
El artista trata de explorar este concepto con sus obras, que, a través de secciones, quiebros, giros o superposiciones, conforman paisajes nuevos que nos llevan a otros lugares, incitándonos a investigar niveles de comprensión más hondos, donde nuestra propia experiencia es necesaria para la interpretación.
Su proceso de creación comienza siempre con un trabajo de campo previo, desde el plano administrativo, con mapas urbanísticos, documentación de los parques naturales, etc., para luego pasar a capturar esos lugares con la cámara fotográfica.
En el taller selecciona los resultados que más le atraen, los cuales traslada a la madera, que procede de su entorno cercano y a la que se siente íntimamente ligado, afirmando que “la relación personal que establezco con el lugar se traslada también, en este caso, al material, por el largo tiempo que pasa en el taller hasta que está perfectamente seco y pulido para ir tomando forma”.
En este proyecto se pueden detectar dos vertientes, siendo una de ellas la escultórica. Serisuelo corta y secciona los troncos, a los que luego la imagen es transferida por medio de impresión temporal, que al retirarse deja a la vista las vetas de la madera entre las zonas donde queda fijado el pigmento. Con este resultado, el autor ratifica: “Quiero contraponer la forma del tronco que yo controlo por medio de varias técnicas con las líneas que crea la propia naturaleza”.
En cuanto a la vertiente pictórica, “las manchas de pintura, las aguadas y las veladuras se van creando solas”, por lo que trata de aunar lo natural y lo artificial, “la forma innata que se obtiene de los propios procesos de la naturaleza y la forma cultural que se construye mediante otros caminos”.
Las técnicas usadas por Agustín Serisuelo son artesanales, lentas y complicadas, rehúsa de lo mecánico. lo que aporta muchas connotaciones a las obras. “Parto de algo reproducible e inmaterial como es la imagen digitar para convertirlo en un objeto único que ocupa un espacio”.
Después del desarrollo de todas estas fases, las imágenes son enmarcadas o colocadas en una sala expositiva, algo que trae como consecuencia su descontextualización. Esta acción artística las sumerge en una atmosfera de sublimidad que las reconfigura, aportándoles otros significados. No obstante, el autor insiste en que “son lugares mucho más comunes de lo que pueden parecer”.
En esta exposición, Agustín Serisuelo busca convertir a la imagen en objeto escultórico o pictórico, rompiendo su propia naturaleza y dándole un nuevo valor artístico. Desde el punto de vista teórico, el artista apunta: “No entiendo la imagen como una verdad impuesta. La percibo como una herramienta o material más con la que conocer y redefinir aquello que veo”.
