#MAKMAArte
València Capital Verde de Europea 2024
Las Naves (Joan Verdeguer, 16)
IVAM (Guillem de Castro, 118)
Nau Ribes (Filipines, 2)
Museo de Bellas Artes de Valencia (Sant Pius V, 9)
Bombas Gens Centre d’Arts Digitals (Av. de Burjassot, 54-56)
Centro de Arte Hortensia Herrero (Del Mar, 31)
Fundació Visit València

“Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas”, dice Lorca en su ‘Romance Sonámbulo’. En esta obra, el color más representativo de la naturaleza es también símbolo del anhelo y la esperanza. Con estos mismos sentidos lo adopta el distintivo ‘Capital Verde Europea’, un galardón que reconoce los esfuerzos de las ciudades para mejorar el medioambiente y, con esto, la economía y la calidad de vida.

En calidad de primera ciudad mediterránea en ser elegida como Capital Verde Europea, València busca convertirse en un referente de sostenibilidad. Son significativos sus logros en este sentido –desde los esfuerzos hacia la neutralidad climática hasta el turismo sostenible–. Pero para que esto realmente suceda, no hay que olvidar que los tres pilares de la sostenibilidad –medioambiente, sociedad y economía– mantienen estrecha relación con la cultura.

Lo confirma la Unesco. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, “desde el patrimonio cultural a las industrias culturales creativas, la cultura es facilitador y motor de las dimensiones económica, social y ambiental del desarrollo sostenible”.

Ahora bien, ¿cuáles son exactamente las aportaciones de la cultura a la sostenibilidad? ¿Qué papel tienen las instituciones culturales en esta necesaria transformación hacia una sociedad más sostenible? Para contestar a estas preguntas, uno puede empezar por acordarse de lo que dijo Bertolt Brecht: “Todas las formas de arte contribuyen al arte de saber vivir”.

Hace falta reconocer, además, que la cultura configura nuestra identidad, moldea nuestro pensamiento y nuestro comportamiento. Las instituciones y los agentes culturales son esenciales para la preservación del patrimonio cultural y natural, material e inmaterial. Asimismo, juegan un rol importante en la difusión del conocimiento y en el impulso a la reflexión y a la concienciación.

Una reflexión sostenible en Las Naves
Conferencia en Las Naves. Imagen cortesía de Visit València.

Ejemplo contundente de ello son Las Naves. Brazo instrumental de la Delegación de Innovación y Conocimiento del Ayuntamiento de València, este centro funciona como impulsor de pilotos, acelerador de empresas y laboratorio ciudadano, abriendo espacio para la reflexión, el conocimiento y –¿cómo no?– la cultura.

Aunque su foco es la innovación social y urbana, es innegable que Las Naves también contribuyen para poner en valor la creación local y potenciar el ecosistema creativo e innovador de la ciudad; colaboran con las industrias creativas y culturales y también influyen por sí mismas en la cultura ciudadana, siempre con las miras puestas en una ciudad cada vez más sostenible, compartida y saludable.

Lo hacen de variadas formas, ya sea abriendo sus puertas a eventos como la exposición ‘LABi 24: Estrategias desde la imagen contra el cambio climático’ (que se inauguró el pasado 18 de enero) u organizando la programación de actividades y eventos que celebran la Capitalidad Verde de València.

La cultura integrada al medio
Edificio de Rambleta en el barrio de Sant Marcel·lí. Foto: Alejandro Amat.

La verdad, no son pocas las razones que la ciudad tiene para celebrar: de la huerta al mar, de la Albufera a la acción ciudadana que llevó a la creación del Jardín del Turia. Actualmente, el 97 % de los habitantes de València vive a menos de 300 metros de zonas verdes urbanas.

Asimismo, el paisaje artístico valenciano se entremezcla, muchas veces, con el paisaje natural. Hay diversas instituciones culturales que se encuentran muy cercanas o incluso dentro de dichas zonas verdes.

La Rambleta corona el parque que lleva su nombre. El MuVIM da paso a los Jardines del Antiguo Hospital. El Museo de Ciencias Naturales se ubica en el corazón de Viveros, muy cercano al Museo de Bellas Artes. Por no hablar de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en pleno Jardín del Turia.

Precisamente, a pocos pasos de los tramos IV y V del jardín se encuentra el IVAM. La institución empezó a sumarse a las celebraciones de la Capitalidad Verde ya en mayo del año pasado, durante el Día de los Museos, con la instalación ‘¡Un jardín en el museo!’, una propuesta efímera que trataba sobre la importancia de renaturalizar las ciudades y las arquitecturas.

Un paisaje plural en el IVAM
Vista de la exposición ‘Escena I. Hacer paisaje’, en el IVAM. Foto: Miguel Lorenzo.

Ya este año, el Institut Valencià d’Art Modern celebra su 35 aniversario y lo conmemora exprimiendo su colección con una serie de exposiciones bajo la rúbrica de ‘Escenas de la Colección del IVAM’. La primera de ellas será ‘Escena I. Hacer paisaje‘ (del 15 de febrero al 19 de mayo), una muestra que aborda la idea de paisaje como una construcción plural que aúna desde la arquitectura hasta los modos de vida y el pensamiento, siendo el museo el catalizador de un contexto. La presentación pondrá en valor artistas locales como Miquel Navarro, LUCE y Ángeles Marco, así como otros nacionales e internacionales.

Además, hasta el 25 de febrero se puede contemplar la exposición ‘Pinazo en el espacio público’. Según la directora del IVAM, Nuria Enguita, “el trabajo de Pinazo plantea un cambio interesante respecto al espacio público, al lugar y al paisaje. En sus obras, el paisaje deja de ser un mero objeto de contemplación para convertirse en un lugar de vida, de multitudes y también de conflicto”.

Sumándose a estas propuestas de reflexión y de puesta en valor del talento local, el Instituto Valenciano también abre espacio en su conjunto expositivo para las mujeres, entre ellas Carolina Caycedo, artista multimedia cuya práctica se basa en la investigación ambiental.

Escena verde en las Naves de Ribes
Fachada de las Naves de Ribes en el Parque Central de València. Foto: Tátylla Mendes.

Llama la atención, por otra parte, el caso de las Naves de Ribes, en la entrada del Parque Central. Construidas entre 1911 y 1915, bajo la dirección del afamado arquitecto Demetrio Ribes, estas instalaciones de estilo modernista fueron creadas como almacenes ferroviarios. En 2018, cuando se inauguró el parque, fue cuando empezaron a ser ceñidas por la naturaleza y, tras su rehabilitación en 2022, las naves gemelas fueron reabiertas al público.

Actualmente, la Nave 2 es una de las sedes de la Universidad Popular, mientras la Nave 3 funciona como subsede del Teatro Escalante, además de recibir otros eventos culturales de manera puntual.

La reflexión que lleva al cambio

Si se trata de parangonar el paisaje artístico con el natural, hay que recordar que el medioambiente vive en constante metamorfosis. Como señaló Goethe en ‘Teoría de la naturaleza’: “Lo ya formado pronto se verá de nuevo transformado, y si queremos alcanzar una intuición viviente de la naturaleza, tenemos que mantenernos flexibles y en movimiento, según el ejemplo mismo que ella nos da”.

Entre los ejemplos más recientes, al calor de tales reflexiones, tenemos el Museo de Bellas Artes de València, Bombas Gens y el Centro de Arte Hortensia Herrero.

Un jardín barroco en el MuBAV
Fachada principal del Museo de Bellas Artes de Valencia. Imagen cortesía de Visit València.

En la esquina entre los Jardines del Real (Viveros) y el tramo VII del Jardín del Turia, el Museo de Bellas Artes de Valencia (MuBAV) registró el año pasado un récord de visitantes, cuando más de 235.000 personas pasaron por la “principal pinacoteca histórica de la Comunitat Valenciana”, refrenda su director, Pablo González Tornel.

Algunas de las razones para ello fueron las novedades lanzadas por el MuBAV durante 2023. Una de estas innovaciones fue la sala dedicada al maestro del luminismo valenciano, Joaquín Sorolla, incluyendo desde paisajes hasta retratos y pinturas religiosas.

Ya en noviembre, el Museo de Bellas Artes sumó a su colección permanente una serie de pinturas de paisajistas valencianos del siglo XIX y principios del XX, entre ellos, Joaquín Agrasot, Mariano Fortuny, Aureliano de Beruete, Darío de Regoyos, Santiago Rusiñol y Genaro Lahuerta.

Asimismo, el MuBAV ya había inaugurado, en julio del año pasado, la sala dedicada al paisajista más relevante de la pintura valenciana decimonónica, Antonio Muñoz Degrain, el artista de la naturaleza mayestática y vibrante.

Aunque este espacio está cerrado, de momento, por la restauración de una obra del pintor, la pinacoteca ya está preparando una exposición especial dedicada a Degrain (anunciada para julio de 2024), teniendo en cuenta que este año se celebra el centenario de su fallecimiento.

En añadidura a la invitación que exhorta a sus visitantes a reflexionar sobre el paisaje y sus representaciones, la institución contribuye para aumentar los espacios verdes de la ciudad con un jardín de disposición barroca, alrededor del cual se pueden contemplar diversos elementos arquitectónicos históricos.

Los espacios paisajísticos de Bombas Gens Centre d’Arts Digitals
‘Dalí cibernético’. Imagen cortesía de Bombas Gens Centre d’Arts Digitals.

Poniendo rumbo a poniente, tras pasar por el Parque de Marxalenes, llegamos a Bombas Gens. Instalada desde el 2017 en una antigua fábrica con una preciosa fachada art déco, es la sede de la Fundació Per Amor a l’Art, organización que actúa en tres áreas: social (auxilio personal, familiar y académico a personas vulnerables), de investigación científica (de enfermedades raras) y artística. Su aportación a la sostenibilidad de la que es ahora la Capital Verde Europea viene dada sobre todo por estas actividades, pero no se limita a ello.

La rehabilitación de la fábrica, construida en 1935, supuso una contribución importante a la conservación del patrimonio histórico valenciano, ya que durante este proceso se descubrió una bodega subterránea del siglo XV y un refugio antiaéreo del periodo de la Guerra Civil, espacios que fueron restaurados y puestos en valor.

La sede cuenta con cuatro espacios paisajísticos: la entrada al centro de arte, el patio de la fundación, una cubierta vegetal sobre el restaurante de Ricard Camarena y un exuberante jardín de carácter modernista con más de 100 especies diferentes, donde se ubica también la pieza escultórica ‘A través’, de Cristina Iglesias, una instalación hecha de bronce fundido que insinúa un curso de agua en el local exacto donde antes hubo una acequia histórica.

Cabe destacar que Bombas Gens cambia de piel en este 2024 para reiniciarse como Bombas Gens Centre d’Arts Digitals, de la mano de Layers of Reality, con proyectos expositivos y espacio-laboratorio de creación enfocado a los nuevos retos del sector, ofreciendo iniciativas formativas vinculadas a las universidades, el emprendimiento y las artes digitales, empezando en marzo con la quema digital de una falla y la inauguración de ‘Dalí cibernético (Arte, ciencia y tecnología)’, una muestra que propone un viaje inmersivo por la mente del artista Salvador Dalí para descubrir cómo la genialidad de su obra es el resultado de un pensamiento abierto, ambicioso, provocador y también científico.

Los hallazgos del Centro de Arte Hortensia Herrero
Instalación de Tomás Saraceno, en el Centro de Arte Hortensia Herrero de València. Imagen cortesía del CAHH.

Otra transformación clave en el paisaje artístico de la Capital Verde de Europa vino de la mano de la Fundación Hortensia Herrero, que el pasado noviembre inauguró su Centro de Arte, tras un lustro trabajando en la restauración del Palacio Valeriola, un emblemático edificio de estilo barroco del siglo XVII.

La restauración del patrimonio histórico y artístico es, de facto, una de las labores notables de la fundación, que también colaboró, entre otros, para la rehabilitación de la Iglesia de San Nicolás, y está involucrada ahora en la de la Iglesia de los Santos Juanes. Además, apoya iniciativas relacionadas con la danza y con el arte contemporáneo.

La recuperación del edificio histórico que ahora ocupa el Centro de Arte Hortensia Herrero (CAHH) llevó a importantes descubrimientos arqueológicos, entre los cuales destacan los restos de un circo romano, de una fuente islámica de ocho puntas y de pavimentos cerámicos de la antigua judería de València, además de otros hallazgos que se pueden contemplar expuestos junto a las obras contemporáneas.

Sumándose a todas estas aportaciones socioculturales, el CAHH también incluye dos zonas ajardinadas, en el ático y en el patio. Asimismo, son diversas las obras artísticas de la colección que evocan la naturaleza, desde el ‘Tránsito mineral’, de Cristina Iglesias’, hasta ‘The four seasons’, de David Hockney; desde los lienzos de gran formato de Alselm Kiefer hasta las nubes multicolores pobladas de telarañas de Tomás Sarraceno.

Así, integradas al medio natural o creando sus propios espacios verdes, apoyando proyectos sociales y medioambientales o ayudando a conservar el patrimonio histórico, cultural y artístico de la ciudad, las instituciones culturales que conforman el paisaje artístico valenciano contribuyen para que la Capital Verde Europea siga atesorando el anhelo y la esperanza de ser cada día más sostenible.

“Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas”.