En torno a Rafael Pérez Contel
Segunda parte
Al acabar la Guerra Civil en 1939 la dictadura encarcela a Rafael Pérez Contel -como represalia por defender la democracia- y le quita la plaza docente que ganara en el concurso público realizado en Madrid en 1933, plaza que recupera en 1950, con el Ministro de Educación Ruiz Giménez.
Rafael Pérez Contel lo relata del siguiente modo:
Al final de la Guerra, apenas transcurrida una semana de la «liberación» de Valencia por las tropas franquistas fui denunciado, detenido, encarcelado y juzgado por auxilio a la rebelión. En 1942 salí de la cárcel sin ser juzgado, en libertad provisional, se llamaba, y en 1944 fui juzgado por el Tribunal Militar y condenado a tres años y un día, por la eximente de obediencia debida. Por cierto, que como una muestra de la «imparcialidad» de los Tribunales de Urgencia he de decir que, cuando se retiraron a deliberar los miembros del Tribunal, mis denunciantes entraron en la Sala de Deliberaciones, con la sana intención de que por una mínima condena perdiese mis derechos legales y dejara libre una plaza de profesor para poderla ocupar ellos. (Contel, 1986: 234)
Vuelto a la docencia diecisiete años más tarde, Rafael Pérez Contel es destinado por el Ministerio de Educación al instituto ‘Josep de Ribera’ de la ciudad de Xàtiva, vinculándose durante más de veinte años a una ciudad y a una institución que llegó a amar profundamente, fue allí donde hallará el ambiente académico, intelectual y humano que estaba buscando desde hacía tiempo, a pesar de que fue enviado allí con la intención de apartarlo de la vida pública, alejarlo de las ciudades -como hacía el régimen con los represaliados- estuviera marginado y tenerlo controlado. Pese a todo ello no sucumbió y siguió desarrollando sus ideas.
Las clases de dibujo de Rafael Pérez Contel no se limitaban solo a su asignatura, sino también a diversas actividades curriculares y extracurriculares, entre ellas, realizar salidas y excursiones para investigar el patrimonio arqueológico de la región, fomentando el conocimiento del arte íbero, las pinturas rupestres, los abrigos y las cuevas. También le interesaba que sus alumnos conocieran la cerámica y las diversas técnicas que se podían aplicar al barro, como el «socarrat», técnica de la cual se hizo especialista.
La música, las fallas, los juegos infantiles y el folklore también ocupaban un lugar importante en su labor pedagógica, como puede verse en sus libros. En sus clases de dibujo le interesaba desarrollar diversas técnicas gráficas como el grabado, para ello les hacía utilizar a sus alumnos las herramientas específicas del grabado con la idea de dominar una técnica que les posibilitaría dominar otra forma de expresión por medio del dibujo.
En cuanto a su faceta como artista él mismo nos explica el momento que se vivía en Valencia por aquellos años:
…en Valencia, donde se inició la contestación del Arte oficial académico, como era natural, por ex alumnos de la Escuela de la Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. El primer antecedente de expresión de rechazo del academicismo se produce cuando Genaro Lahuerta y Pedro Sánchez organizaron una Exposición de Arte Joven en la primera y única galería de arte, Sala Imperium de la calle Pascual y Genís. Tan poca inquietud existía en Valencia, entre los artistas, que solamente colaboraron a esta idea otros tres, Beltrán, Cuñaty Mulet. Como entre todos ellos no había número suficiente para hacer exposición, hubieron de invitar a artistas catalanes para poder llevarla a efecto.
Esta exposición tuvo el mérito de enfrentarse con el academicismo sorollista tan defendido por los que se decían discípulos de Sorolla. Dos años después de esta Exposición, en el año 1930, se efectuó la que en realidad puede ser considerada como la Exposición de auténtica renovación artística en Valencia y que se ha dado en conocer como la Exposición de Vanguardia Valenciana. El grupo expositor estaba integrado por Manuela Ballester, Francisco Carreño, José Renau, Francisco Badía, Pérez Contel, Antonio Ballester, José Sabina, Vicente Beltrán, Salvador Vivó, Enrique Cuñat y el primer pintor pop-art de Valencia, Jiménez Cotanda.
Las repercusiones de la quema y destrucción de obras de arte por el nazismo en Alemania, en donde fueron quemadas miles de obras de arte en el año 33, fue el hecho determinante de que nos concienciáramos los integrantes del Grupo de la Sala Blava, de que en aquellos momentos históricos para combatir al fascismo y sus aliados no servía un arte idealista, frente a las hordas que asesinaban y destruían para detentar el poder dictador e inhumano. Siempre he creído que la concienciación político-social antifascista tuvo como móvil inicial el impacto de los acontecimientos fascistas en la Alemania nazi y su antecesor italiano: el fascio.” (Contel, 1986: 39)
Entre los años 1958 y 1971 se implicó en reforzar la presencia de la revista ‘Nuestro Instituto’ publicación del IES Josep de Ribera con un formato moderno y colorido influenciadas por la estética del momento en Europa. El trabajo de sus alumnos se vio de este modo destacado cuando sus trabajos plásticos componían la parte central de un libro sobre la didáctica de las artes visuales. Una voz que el alumnado de ese momento no debería tener dado que el régimen franquista gobernaba de forma que lo jóvenes no pudieran expresarse, recordemos que no existía la democracia. Pérez Contel tuvo que enfrentar muchos problemas para hacer lo que hacía, no tenia apoyos del ministerio de educación.
La sublevación provocada por el fascismo nacional e internacional -Alemania e Italia- acaeció en el verano de 1936, por lo que no se comenzó el curso 1936-1937, lo que no fue óbice para que los rectores del Ministerio de Instrucción Pública, especialmente el Director General de Bellas Artes, José Renau Berenguer, designase una Comisión de especialistas a la que encargó el estudio y confección de nuevos planes para la educación artística, en los cuales se suprimían todo tipo de enseñanza desfasada y a cambio se implantarían nuevas enseñanzas alineadas con criterio de las nuevas formas artísticas de vanguardia. Prácticamente desaparecían en el nuevo plan las clases excesivamente teóricas para poner mayor énfasis en las prácticas de taller.
En los talleres dirigidos por maestros -varios de ellos para pintura y escultura- se impartían todos los secretos del oficio, asimismo la teoría que acompaña a la práctica. Todo quedó en proyecto, y olvidado al final de la guerra. Los jóvenes estudiantes no comprendidos en edad militar, con algunos profesores, pintaron y esculpieron temas que, expuestos a la contemplación pública, cooperaron a mantener la moral y el espíritu tenso para la lucha, al enfrentarse a la agresión del fascismo nacional e internacional. La creación del Instituto para Obreros fue una modélica experiencia de acceso a enseñanza superior para los trabajadores.” (Contel, 1986: 44)
Una de las pasiones de Rafael Pérez Contel era editar libros, varios de estos textos fueron publicados con grabados de sus alumnos. El más importante de estos trabajos fue ‘Linoleografía, expresión gráfica con linóleo’ un libro dedicado a su mujer e hijos, prologado por el Director de Grabado de la «Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando» de Madrid, Luis Alegre Nuñez. En el inicio del libro Pérez Contel escribe:
El arte es la piedra de toque de la cultura de una época y de un pueblo, y puede medirse por la comprensión del arte del momento en que se vive. El arte es también un medio educativo del que no podemos prescindir en los planes de la educación general de los hombres de mañana. (Contel, 1966: 4)
‘Linoleografía’ es un libro de casi trescientas páginas, impreso con ciento diez estampas originales realizadas por sus alumnos en las clases de grabado. Una forma de destacar la importancia de la educación artística en la enseñanza pública. Para su trabajo como editor contaba con el apoyo de las imprentas de los hermanos Bellver, y Ricardo Mateu de la ciudad de Xàtiva y Manuel Soler de la ciudad de Valencia. En el grabado Rafael Pérez Contel encontró no solo un medio de expresión para sus alumnos sino también una forma de poder comunicar a la sociedad la importancia de la función del arte en la formación de los jóvenes.
Porqué escribir sobre los artistas republicanos:
Volver la vista atrás sirviéndose de testimonios -muy limitados- que han llegado hasta nosotros (escritos o gráficos), son punto menos que imposibles para aclarar las incógnitas de cuanto realizaron los artistas durante 1936-1939….Honradamente, por lo que a mí respecta, cuanto escriba, referente a las artes plásticas y a los artistas de aquel entonces en Valencia recogerá nombres, hasta ahora desconocidos, y obras asimismo desconocidas. Nada más lejos de mí que basar las afirmaciones como hace la mayoría de críticos jueces en el empleo de testimonios escritos por otros -la historia como producto de la tijera- cuando no amasada por invenciones y embustes.
Me circunscribiré a las obras realizadas en Valencia y a los artistas, valenciano so residentes forzosos por haber sido evacuados en el período de la guerra; la mayoría de los cuales ya conocía y me había relacionado con ellos en Madrid y en otros lugares de la geografía española; así como los valencianos que participaron conmigo; primero en el anhelo de renovación estética en el adocenado medio de la mediocridad valenciana y con los que se concienciaron políticamente antes del 18 de julio.
Ignoro la importancia así como la trascendencia que pueda tener todo cuanto aporte de mi esfuerzo; pero, quiero asegurar que como persona honrada y amante de la verdad, cuanto escriba llevará siempre el marchamo de aludir a cosas vistas y vividas directamente. Acháquese a la mengua de facultades y no a mi deseo, cuando algún fallo advierta el lector porque ya llevo acumulados más de siete decenios. El libro tendrá como motivo principal las biografías ilustradas de los actores más prolíficos con obras más o menos importantes realizadas durante la Guerra Civil en Valencia y otras biografías más esquemáticas, también ilustradas más parcamente, de artistas que participaron de manera directa o indirecta con sus obras o acción durante los años 1936-1939. (Contel, 1966: 55 y 56)
Para mí, tanto los que poseen una elevada cota en la apreciación estética al uso como los más modestos, son merecedores de que se les traiga a primer plano y que se les recupere como personas que forman parte de nuestro acervo cultural, aunque fue truncado en la más ilusionada apertura de nuestra Patria. Por eso, en justicia, no hemos discriminado a ninguno con enfoques o juicios de valor, porque todos ellos padecieron hambres espirituales de libertad en democracia, razón por la que dejamos aparte los juicios de valor; haciendo la salvedad de que para nadie ni para nada emitiremos juicios de valor sobre la ideología de ninguno y pondremos énfasis en dar a conocer las obras de manera personal o en los diferentes talleres que en Valencia realizaron artes plásticas.
Lamentando no haber podido, en algunos casos, ofrecer testimonios porque han desaparecido a consecuencia de los avatares de la Guerra Civil. Y conste que son muchas las obras desaparecidas desde las que se expusieron en el Pabellón de España en la Exposición Universal de París de 1937 -esculturas y pinturas- entre las que se cuentan la monumental estatua de Alberto titulada «España ha encontrado un camino que conduce a una estrella», que figura reproducida en un grabado, hasta las modestísimas mías, pasando por una extensa minuta de los más destacados artistas plásticos de Valencia que aquí vivían circunstancialmente, como Arturo, Souto, Rodríguez Luna, Ricardo Boix, Antonio Ballester, etc.
Es lamentable, porque no creo que se pueda achacar a nadie personalmente la ignorancia de las obras y de artistas merecedores del derecho de que, al menos, fueran conocidas obras y autores. Que otros sesudos historiadores y críticos de arte analicen con su real saber o entender los aspectos estéticos y demás zarandajas al uso; por mi parte sólo desearía que hubiesen acertados juicios y valoración estética mediante los cuales se promueva la comprensión y el goce de las obras que quiérase o no forman parte del cordón umbilical de nuestra cultura.
Y para salir al paso de los finos esteticistas: que a «ningún avispado» se le ocurra opinar que las obras de aquellos tiempos estaban inspiradas por móviles extra-estéticos; pues, sin lugar a dudas la creación artística de todos los tiempos en su mayor parte la constituyen obras inspiradas en una tendencia determinada, que en aquellos tiempos de la guerra, la actitud tomada por los artistas aceptando ideologías afines con la suya, dieron como resultado obras dignas de tener en cuenta por su mayor o menor acierto, pero sobre todo porque expresan un momento álgido de la Historia de España y que participan de los matices estéticos de la época en los que, de entrada, incluyo a los que en sus obras perpetuaban valores académicos. (Contel, 1966: 57 y 58)
Rafael Pérez Contel mejoró el estado de la educación por medio de sus aportes al valorar la importancia de la cultura y la educación artística. El sostenía que la formación del alumnado era fundamental para la sociedad del futuro, que los jóvenes de entonces debían conocer sus raíces para realizar una progresión futura, en libertad y con sentido crítico, saber de dónde se viene para saber a dónde se basaría su lema.
Su influencia en el ámbito educativo fue importante aunque tuvo una trascendencia limitada debido al rigor ideológico y la censura impuestos contra quienes no pensaban como el régimen franquista. La falta de apoyo institucional no logró acallarlo, pese a ello su obra-lograda en gran medida con su esfuerzo y el apoyo de sus amigos y compañeros de Xàtiva y Valencia- ha servido en su momento para difundir su trabajo, a través de sus textos y de su docencia, que nos llega hasta hoy día. De este modo ha dado a la educación artística una entidad que hasta el momento nunca antes había tenido en esta región de Europa.
De manera que Rafael Pérez Contel contribuyó en la difusión de la cultura y la educación artística, sus ideas y conceptos expresados en los diferentes textos escritos por él han ayudado a modernizar los enfoques de la educación artística en España. Fue de los pocos docentes que publicara docenas de libros con trabajos de sus alumnos.
El 6 de noviembre de 1983 Rafael Pérez Contel es nombrado ‘Hijo Ilustre de la Ciudad’ junto a Francisco Carreño Prieto, Carmen Gómez Carbonell y Francisco Lozano Sanchis. Un merecido reconocimiento a una de las personas que le había dado tanto a la ciudad setabense.
Entre los años 1986 a 1990, la Generalitat Valenciana publica sus obras más importantes, uno de ellos «Artistas en Valencia 1936-1939» y en el año 2009, con motivo del centenario de su nacimiento, el Instituto Valenciano de Arte Moderno IVAM le ha recordado con una importante exposición de su trabajo como artista http://www.ivam.es/exposiciones/rafael-perez-contel-4/. Ese mismo año el ayuntamiento de Villar del Arzobispo realiza diversos actos con motivo del centenario de su nacimiento http://www.villardelarzobispo.es/es/content/charla-centenario-de-rafael-perez-contel
Rafael Pérez Contel como pedagogo, divulgador, investigador y artista ha sido un impulsor en la formación de las artes plásticas y visuales en España, una persona que pese a todas las dificultades nunca ha sucumbido a la realidad (Malévich). Una persona que a pesar sufrir pena de cárcel y un exilio interior siempre estuvo comprometida con sus ideas, su tierra, su cultura y su historia para intentar cambiar una realidad de modo que otros puedan vivir mejor. Su trabajo fue aportar una visión contemporánea del mundo -un concepto estético al fin y al cabo- que en ese momento no existía en España.
«El arte es la piedra de toque de la cultura de una época y de un pueblo, y puede medirse por la comprensión del arte del momento en que se vive. El arte es también un medio educativo del que no podemos prescindir en los planes de la educación general de los hombres de mañana». (Contel, 1966:4)
«Una de las tareas pedagógicas más importantes es ayudar a los estudiantes a formular algo que decir y que sea importante para ellos» (Eisner, 2004: 131)
Referencias bibliográficas:
-Centro de Arte Reina Sofía (1987). Pabellón Español. Exposición Internacional de París de 1937. Madrid: Impresiones Julio Soto S.A.
-Nuestro Instituto (2009). Revista De L´ies Josep de Ribera. 75 Aniversari de la creació. Xàtiva: Gràfiques Tormo SL.
-Perez Contel, R (1966). Linoleografía. Xàtiva: Ediciones Cosmos
-Perez Contel, R. (1971). Arte Infantil. Xàtiva: Imprenta Hijo de R. Mateu
-Perez Contel, R. (1986), Artistas en Valencia 1936-1939. Les NostresArrels. Consellería de Cultura, Educació i Ciencia de la Generalitat Valenciana. Valencia: Ediciones Artes Gráficas Soler, S.A.
-Perez Contel, R. (1987), Legado, grabados y litografías. Valencia: Artes Gráficas Soler,
-Perez Contel, R. (1989). Imatgeria popular a València. Gravats en fusta i metall. Estampes. (Edició seleccionades i restaurades per -Rafel Pérez Contel autor del text, disseny, maqueta i capitulars. Valencia: Artes Gráficas Soler, S.A.
-Perez Contel, R. (1990), Jocs Medievals infantils a València. Delegació de Cultura i Educació de l’Ajuntament de Valencia. Valencia: T.G Ripoll, SA.
-Perez Contel, R, (1995), Ninot de Falla. Escultura folklórica valenciana. Valencia: Ediciones Albatros.
Alejandro Macharowski
* Esta investigación forma parte de una tesis doctoral desarrollada por el autor
- Vinz y Ana Karina proponen en el MuVIM una reflexión existencial fragmentada en cuatro estaciones - 19 diciembre, 2024
- ‘Juegos de Bauhaus’: Taiat Dansa sumerge a la audiencia infantil del TEM en las vanguardias - 17 diciembre, 2024
- Antonio López y José Luis Alcaine, en unas jornadas sobre Víctor Erice - 13 diciembre, 2024