Pol Pintó

#MAKMAArte
‘En repetición’, de Pol Pintó
Galería Vangar
Carrer Ciscar 57, València
Hasta el 4 de junio de 2022

Al adentrarse en la exposición de Pol Pintó (Barcelona, 1993), ‘En repetición‘, en la Galería Vangar, uno puede llegar a tener la percepción relativista de que se ha detenido el tiempo, que está incluido en una especie de matriz de Dirac en el espacio Minkowski. Y, de alguna forma, puede que así sea.

El artista ha creado un espacio perteneciente a la muestra y, a la vez, previo a ella, muy matricial: inmumerables líneas tiradas con cordel de trazado (en color negro, en lugar del clásico azul) te rodean como si te encontrases en una celda bourgeoisiana o, más que eso, en un no-lugar augeiano en el que preservar el anonimato. Se ha conseguido en esta antesala de la exposición una dimensión pública del espacio (debido a sus puertas inexistentes y la apertura a la calle), un lugar que, de alguna forma, nos pertenece a todos.

Pol Pintó. En repetición. Galería Vangar
Una de las obras de Pol Pintó en el espacio expositivo de la Galería Vangar. Fotografía cortesía de la galería.

Estas líneas me remiten a la obra del chileno Martin Gubbins, la codificación, la reproducción, la repetición, en su caso plasmada, además, con registros sonoros. Es en este punto en el que puedo escuchar esas rayas trazadas con una precisión cuasi quirúrgica.

Por un momento, puedo escuchar cada línea oscilar y crear una onda sonora que me acerca al precipicio. Puedo cerrar los ojos y seguir viendo esas líneas, puedo oir el chasquido de la cuerda golpeando contra la pared, las manchas de tinta impregnándolo todo como gotas de lluvia. Tac, tac, tac… El tiempo.

Como dice Álvaro de los Ángeles en el texto escrito para la exposión, “Pol Pintó ha reiterado un gesto a través de una repetición que busca ser siempre el primero y que, sin embargo, alcanza ciertas conductas de generalidad”.

Los cuadros sobre diferentes soportes muestran esa obsesión del artista por trazar líneas –todas ellas solitarias– que se derrumban en tu mirada. No logras deshacerte de la sensación de soledad y de tempus fugit. Esto último adquiere doble sentido cuando el director de la galería, Amalio Vanaclocha, nos cuenta cómo el artista ha pintado paredes y muros de ciudades con la impresión, siempre, de que el tiempo le atrapa; esa necesidad de realizar un trabajo a toda velocidad del artista callejero.

Obra de Pol Pintó presente en la exposición ‘En repetición’. Fotografía cortesía de la Galería Vangar.

Las obras de Pol Pintó adquiren otra dimensión distinta dentro de la galería. La velocidad en la ejecución de la obra no fue la misma, la preparación tampoco. De esta forma, el artista pudo sentirse, por unos instantes, en dueño del tiempo. Pudo tensar la cuerda y soltarla reflexionando cada vez –cada disparo– en el impacto, detenerse… Sentirse el creador, por esos instantes, de toda una dimensión relativista: el tiempo.

Podemos alejarnos de la exposión sumidos en esa nueva dimensión e intentar encontrar unos pequeños dibujos escondidos entre las paredes de la calle Poeta Querol. Husmear las diferencias entre esas dos formas de reflejar la obra de una artista y sentirnos, como Pol Pintó, dueños del tiempo.