14, 24. The space between, de Juan Fabuel
Fundación Bancaja
Plaza de Tetuán, 23. Valencia
Hasta el 21 de mayo de 2017
Vivimos una época en la que palabras y expresiones como: acogida, permiso de residencia, asilo político, refugiado o frontera son constantes en nuestra crónica diaria. Lo que parecía un vago recuerdo de la barbarie de la Segunda Guerra Mundial, vuelve a nuestros ojos en una sociedad tibia que se acostumbró demasiado pronto a ver tanta miseria. Sin embargo, algunos artistas han puesto su foco en esta situación y desarrollan un espacio de reflexión constante desde diferentes formatos.
En la actualidad, Juan Fabuel muestra un escenario de la migración en el Mediterráneo a través de una treintena de fotografías presentadas en la Fundación Bancaja. El proyecto 14,24. The space between toma su nombre de un número simbólico: la distancia más corta que separa África de Europa. Las imágenes evocan un escenario neutro de noche. El drama no aparece explícitamente en ellas, quizás porque el autor nos acerca a una serie de fotografías sin gente, donde el espacio tampoco permite reconocer ningún punto de la geografía.
Como resultado, un conjunto de paisajes extraños, bañados con la iluminación de la luna, dibujan territorios solitarios que, paradójicamente, revelan muchas historias de hombres y mujeres que buscaron sobrevivir. Según afirma la comisaria de la exposición, Tana Capó, la pregunta común que recorre estas imágenes sería: ¿qué perciben las personas cuando llegan a Europa, en la noche, a través del mar?
Otros artistas como Ignacio Evangelista o Taysir Batniji han trabajado el retrato de la frontera vacía como testimonio de un territorio olvidado, convertido en tierra de nadie. Mientras el primero fotografía los puestos fronterizos europeos convertidos en lugares fantasmagóricos, Batniji recoge en su serie Watchtowers las torres de vigilancia que el ejército israelí construyó en Cisjordania, para controlar la población palestina.
En los tres casos, el relato de las imágenes nos acerca a lugares siniestros donde las personas desaparecen de la escena. Como punto de conexión de estos artistas estará siempre el viaje, el tránsito y la esperanza, pero también el sentido de una línea que aparece y desaparece, en el mar o en la tierra, construyendo las coordenadas de una distancia que puede cambiar tu destino. La meta suele conducir a una zona imprecisa. En palabras del cineasta griego Theo Angelopoulos: “Hemos atravesado la frontera, y estamos aún allá. ¿Cuántas fronteras debe uno atravesar para llegar a su casa?”
La exposición de Fabuel, abierta hasta el próximo 21 de mayo, contiene una tercera parte dedicada al paisaje lunar. De esta forma, la estética de la naturaleza en la noche se complementa con un cielo abierto que, teóricamente, no conoce espacio político. Una imagen que supera cualquier frontera, tal y como reflejaron las siete jóvenes sirias que contaron su vida en el campo de refugiados de Za’atari, en Jordania. Cada una de ellas utilizó la cámara para grabar su entorno gracias al proyecto de la directora de cine Laura Doggett. Siete cortos donde un elemento se repetía con frecuencia: La cámara hacia arriba, enfocaba la luna.
Maite Ibáñez
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