Robyn Hitchcock, la elegancia del trovador británico.

Hay canciones que por determinadas circunstancias de la vida se quedan grabadas en el ADN, en nuestro material genético, y cada vez que esas melodías se cruzan en el camino actúan como un resorte y se produce una respuesta favorable e inmediata desde el cerebro. Tal es el caso para el que suscribe de “The ghost in you”, el temazo con el que los Psychedelic Furs abrían su exquisito “Mirror moves” del 84. Y más o menos eso es lo que me ha vuelto a ocurrir cuando mi apreciado Lord del Río Rojo, fuente de muchas de mis más estimadas novedades musicales, me descubría la versión que se había cascado el legendario Robyn Hitchcock en su último trabajo del año en curso.

Atrás quedaron exquisiteces de un trovador atípico y underground con los Soft Boys, en solitario, con los Egyptians o más recientemente con Venus 3 acompañado de Peter Buck de los REM y Scott McCaughey de los Young Fresh Fellows. Si he de ser sincero no he seguido con especial interés y dedicación los últimos años de la trayectoria de este fundamental artista británico y es muy posible que me haya perdido más de una cosa a tener en cuenta.

robyn hitchcock - the man upstairs - b
Robyn Hitchcock – The man upstairs

“The man upstairs” es el nuevo disco que ha publicado en el 2014 y va mucho más allá que la arriba mencionada delicia de la banda de Richard Butler. Otras versiones que se hallan son la también ochentera “Turn you on” que la Roxy Music incluyó en su exitoso “Avalon” así como una sublime adaptación del “Don’t look down” de Grant Lee Philips que perteneció a su primer disco en solitario tras la etapa con Grant Lee Buffalo o el clásico “The cristal ship” de los Doors.

De una elegancia y refinamiento fantástico son “San Francisco Patrol”, “Trouble in your blood” o ese fabuloso cierre atormentado que lleva como título “Recalling the truth», cual si se cruzaran en el S.XXI Arthur Lee y sus Love, Judy Collins y Nick Drake.

Mención aparte para un blues de tintes psicodélicos como “Somebody to break your heart”, para mi preferida “Ferries” donde resplandece esa armónica compañía en los coros de Anne Lise Frokedal de la banda noruega I Was a King, y para esa distinguida composición en francés que es “Comme toujours”.

El señor Robyn Hitchcock ha facturado un disco enorme, que crece exponencialmente con cada audición, otro más que no será reconocido en la justa medida de un hombre, un artista, que mira desde arriba.

JJ Mestre

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