#MAKMAArte
Entrevista con Rosa María Castells (conservadora y responsable de colecciones del MACA)
Presentación de la ‘Colección Michael Jenkins y Javier Romero’
‘Obertura. Más allá de los mapas’
Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA)
Plaza de Santa María 3, Alicante
Del 12 de marzo al 29 de mayo de 2022
La leve cuesta que nos lleva hacia el MACA siguiendo la calle Mayor nos hace mirar hacia el suelo. Quizá sea la causa ese camino empedrado, pero, desde luego, cuando alzas la mirada al llegar al museo, la vista es digna de admiración. Si además sabemos dónde mirar, durante el camino, casi de soslayo, pueden verse las antiguas ruinas de la ciudad, la Puerta Ferrisa… Todo enmarcado en un ambiente urbano donde lo viejo y lo nuevo se encuentran.
Por ello, cuando empujas la pesada puerta del museo te invade la lógica de que justo detrás queda la plaza de Santa María, con su característica basílica, y que el edificio en el que nos estamos adentrando –antes la Casa de La Asegurada, pieza civil fundamental de la sobriedad del barroco valenciano– establece ahora un diálogo con los alrededores para ofrecernos una visión creativa, contemporánea y cercana del panorama artístico local e internacional a partir del siglo XX.
Para entender mucho mejor la casuística que rodea al MACA, nos atiende Rosa María Castells, conservadora y responsable de colecciones del museo. En 1992, Castells obtuvo una beca de la Generalitat para poner en marcha la digitalización de lo que en el aquel momento era la ‘Colección de Arte del Siglo XX’, y tras haber pasado un tiempo en el Museo Arqueológico con las colecciones de arte y de artes decorativas, regresa al Museo de la Asegurada.
Desde entonces, no solo ha vivido el proceso de reconversión de aquel antiguo museo en lo que hoy conocemos como el MACA, sino que además posee una trayectoria profesional que destaca por impulsar el legado de Sempere, el de la artista alicantina Juana Francés y por estar detrás de una gran cantidad de proyectos e investigaciones relacionados con el patrimonio alicantino.
Hace unos meses anunciasteis un cambio de imagen corporativa, ¿a qué se ha debido?
Se ha debido a varias razones. En primer lugar, cumplíamos 10 años y creo que necesitábamos pararnos, mirarnos… En resumen, reflexionar sobre quiénes éramos, en qué nos habíamos convertido y hacía dónde queríamos ir. Y considero que ese trabajo lo hemos hecho muy bien, ya que ha sido continuado en el tiempo.
Hemos estado trabajando en ello durante casi un año y, al final, se ha acabado por convertir en una plataforma de marca y en una estrategia de comunicación. Todo el proceso ha culminado con el diseño gráfico adecuado y que llevamos mostrando desde hace unos meses.
Cuando nace el MACA, nace sin una personalidad, era heredero del Museo de la Asegurada, pero nada más. Normalmente, cuando naces, ya hay una imagen corporativa, pero en este caso no. Creíamos que la imagen que teníamos se había quedado distorsionada, no correspondía a lo que éramos. Era una imagen que recordaba a un bloque.
Ahora somos más transversales, más livianos, transparentes, feministas, vitales, apasionados… La imagen anterior no nos estaba representando. Por eso nos paramos a analizar en qué hemos convertido este Museo de Arte Contemporáneo a lo largo de estos años. Queríamos que esa imagen no solo nos representara, sino que nos diera una proyección de futuro para los próximos 10 años.
La nueva imagen transmite una apertura que remite a nuevos procesos, como ocurre con la renovación de lo digital, que parece haberse acelerado con la situación de pandemia. ¿Cómo enfrenta el museo su estrategia digital?
El mundo digital nos ha abierto otras puertas y, aunque la imagen que teníamos fue muy buena hace 10 años, cuando abrimos, no tenía detrás una historia que contar.
Ahora sí que tenemos una historia que contar, basada, por ejemplo, en la obra de Sempere, en la colección que nos legó y en la línea que tanto caracteriza su obra. También la nueva imagen representa esa transparencia y esa flexibilidad que puede verse claramente en el diseño gráfico del museo.
Por otro lado, en cuanto a la estrategia digital, si tuviéramos medios suficientes, tanto técnicos, humanos y económicos, tendríamos un plan completo. Ahora vamos haciendo parches, cambiando poco a poco la estrategia de comunicación.
Pretendemos ser más cercanos, siempre entendiendo que es el público, por supuesto, lo más importante que tiene este museo y acercándonos a este de la mejor manera que sabemos.
Teniendo esto como punto de partida, intentaremos introducir todos los cambios necesarios para que esa transparencia y esa puesta en común de actividades e información se refleje en nuestra estrategia digital.
¿Qué características tiene la nueva colección de Michael Jenkins y Javier Romero, recién donada por los galeristas al Ayuntamiento de Alicante y que se gestionará desde el MACA?
Se compone de un total de 291 obras de 162 artistas, de los cuales 20 son alicantinos y el resto son internacionales. Y contempla… todo. Todos los lenguajes, todos los medios artísticos, todas las técnicas, todos los soportes…
Hay pintura, escultura, video, fotografía, dibujo, obra gráfica, libro de artista, escultura-objeto. Todo aquello que puedas pensar, efectivamente está. Por lo que es una colección muy variada, en cuanto a lenguajes y a propuestas artísticas, pero también en cuanto a nacionalidades o geografías de los artistas, hay representación de todos los continentes.
Casi la mitad de los artistas son mujeres y, además, hay una importante representación de artistas afroamericanos. Lo engloba todo.
Ahora estamos ultimando los detalles finales de la primera exposición, ‘Obertura. Más allá de los mapas’, que servirá de presentación de la ‘Colección Michael Jenkins y Javier Romero‘, que se inaugurará el próximo sábado 12 de marzo.
Vamos casi a contrarreloj, nos hemos decidido a tener un calendario apretado, pero si llegaba la colección lo primero que queríamos hacer era presentarla y ya habíamos empezado a trabajar la exposición. Aunque es verdad que hasta que no ves las piezas, no terminas de perfilar la muestra.
¿Pueden integrarse estos fondos en alguna de las colecciones ya preexistentes?
No, no puede porque los fondos de este museo pertenecen cada uno a una colección. Es decir, la ‘Colección Arte Siglo XX’ tiene 177 obras de 117 artistas y es la que dona Sempere, por lo que se cerró a su muerte y no puede ampliarse.
Luego tenemos la ‘Colección Juana Francés’, que es la que lega la artista a su muerte y que se divide en cuatro bloques, cada uno de ellos repartido entre el IVAM, el Reina Sofía, Zaragoza y aquí, en el MACA de Alicante. Con lo cual, está colección también está cerrada. Tenemos una colección de obras de Eusebio Sempere que va comprando el Ayuntamiento de Alicante desde 1997 (y solo son de Sempere, así que tampoco podríamos introducirla ahí).
Y luego tenemos el depósito de la ‘Colección Fundación Mediterráneo’, que al ser un depósito, pertenece a la colección. En resumen, la ‘Colección Michael Jenkins y Javier Romero’ viene a sumarse a este museo de colecciones y tendrá su propio identificativo.
Podría decirse que ha sido una donación con una gran variedad en los formatos, transversal, muy completa. ¿También se van a engrosar los fondos de la biblioteca?
Junto a esta colección, han llegado una serie de libros, una bibliografía que viene a apoyar a los artistas de la colección ayudando así a la contextualización y a profundizar en el conocimiento de dichos artistas. Con lo cual, efectivamente, podrán consultarse en la biblioteca del museo.
La actividad educativa del museo siempre ha sido uno de los puntos fuertes del MACA. ¿Por qué crees que es tan importante?
Para nosotros es muy importante, casi casi lo más importante. En realidad, toda la actividad educativa –y no importa si estamos hablando de público escolar, familiar, adultos o público visitante– es crucial. La mediación y la educación son la esencia de este museo.
Acercar el arte contemporáneo al público que lo visita es nuestro objetivo, bien porque vengas y entres por la puerta o bien porque te traiga tu centro educativo. También hemos apostado por la educación social a través de distintos proyectos, por ejemplo el relacionado con el alzhéimer, que realizamos hace unos años y que fue pionero en la Comunidad Valenciana. Hemos mantenido a lo largo del tiempo proyectos muy interesantes en este sentido y le dedicamos mucho tiempo.
Son proyectos muy innovadores que nos están dando beneficios a nosotros y también a los usuarios que lo llevan a cabo.
¿Cómo crees que debería afectar una institución museística al tejido de la cultura local?
El museo debe ser un lugar de encuentro y de reflexión. Creo que el papel que tiene que jugar debe ser ese: un lugar donde puedan encontrarse diferentes públicos y que juntos reflexionen y emprendan acciones.
Al final se trata de que el museo sea un lugar desde donde mirar y cuestionar, desde donde poner en cuestionamiento todo ese tejido cultural que hay alrededor, pero que, al mismo tiempo, ese tejido cultural sepa que tiene en el museo un lugar donde estar, donde hacer, donde ser…
Esto es lo fundamental de una institución museística, al mismo tiempo que, por supuesto, ponga en cuestionamiento el mundo que le rodea.
¿Cuáles crees que son los principales obstáculos a los que se enfrenta el MACA en un futuro cercano?
Los medios técnicos, humanos, económicos y de espacio. Está clarísimo que nos falta espacio fundamentalmente.
Las colecciones nos han desbordado y las actividades que llevamos a cabo ocupan todos los espacios. A veces, incluso hacemos actividades en salas que quizá no están preparadas ni pensadas para esas actividades.
En general, necesitamos mucho apoyo institucional que se vuelque en darnos esos medios técnicos, humanos y económicos que tanto llevamos demandando.
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