Roxanne, de Vali Hotea
Sección oficial de largometrajes
Festival Internacional de Cine de Valencia – Cinema Jove
Del 20 al 27 de junio
Tavi Ionescu (Serban Pavlu) entra en el antiguo edificio de la Securitate, policía secreta rumana, en busca de un expediente por “motivos personales”, veinte años después de la revolución. Así arranca Roxanne, del director Vali Hotea, a ritmo de The Police, grupo que lideró Sting a finales de los 70, mientras el protagonista de la película se apresta a descubrir cierto secreto guardado en los archivos policiales. “No es una película política, sino sobre lo humano”, declaró Hotea una vez concluida su proyección en la Sala Berlanga dentro de la sección oficial de largometrajes de Cinema Jove.
Roxanne sirve para nombrar a la mujer que promueve la indagación de Tavi, al tiempo que la canción de The Police que él le dedicó en una emisora de radio durante la dictadura de Ceacescu y por lo que se le abrió una investigación. Ahora, hurga en esos archivos en busca de una verdad que aclare su posible paternidad del hijo mayor de Roxanne (Diana Dumbrava). “El pasado siempre vuelve, no se puede esconder”, declaró la actriz protagonista, cuya generación del 67 “ha vivido la mitad de su vida en dictadura y la otra mitad en democracia”. De ahí que, como su personaje, “no sepa la persona que es”.
Para saberlo, Tavi va hurgando poco a poco en ese pasado, al tiempo que atiende a una madre que va perdiendo la memoria por culpa del Alzheimer. De manera que mientras él avanza en la dirección de una verdad que irá levantando ampollas, su madre irá retrocediendo mentalmente hacia el cruel terreno de la desmemoria. Caminos en paralelo que Vali Hotea dispone con sumo cuidado, en la búsqueda de la verdad o, como apuntó el propio director, “mejor de la honestidad”.
Y como la verdad incomoda, la obsesión de Tavi por alcanzarla no está exenta de dramatismo, dada la perturbación de sus apacibles vidas. Roxanne, felizmente casada con Sandu (Mihai Calin), se verá obligada a reconocer que Tavi es el padre de Víctor (Anghel Damian), su hijo mayor, alterando su vida familiar. Al igual que las pesquisas de Tavi irán minando su propia relación sentimental de pareja. “La película”, señaló Vali Hotea, “pretende despertar la curiosidad de los más jóvenes acerca del pasado”. “Piensan que Ceacescu es alguien cool”, admitió con sorpresa.
Ese reconocimiento del pasado, como parte de la memoria que es sano ejercitar, sin que colapse la vida presente, es lo que está en juego en Roxanne. Tavi se debatirá entre seguir hurgando en esa herida abierta por su finalmente reconocida paternidad, hasta entonces oculta, y la alteración que ello supone en el feliz matrimonio de Roxanne y Sandu, mientras Víctor permanece ajeno a tamaño descubrimiento.
Al contrario de lo que sucede en Silmäterä, de Jan Forsström, también a concurso, aquí la paternidad se revela como fundamental a la hora de afrontar el conflicto, que en el caso de la película finlandesa se agranda a medida que la figura del padre desaparece. Diferencia que convendría analizar a la hora de comprender el sentido o sin sentido al que se ven abocadas ambas narraciones. Roxanne, huyendo de virtuosismos estéticos, pone todo el énfasis en la historia, cuya verdad conmueve.
Salva Torres
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