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Presentación de los avances en la restauración
Iglesia de los Santos Juanes
Plaza del Mercat, València

Aunque la iglesia de los Santos Juanes -declarada Monumento Histórico Artístico Nacional en 1947- sufrió varios incendios a lo largo de su historia, fue especialmente devastador el que aconteció en 1936. Se cree que el templo estuvo ardiendo durante tres días y tres noches. Tal infortunio ensombreció las pinturas de su bóveda y arrasó completamente las del ábside, todas ellas firmadas por el pintor y tratadista Antonio Palomino (1655-1726).

Estas pinturas murales constituyen la mayor superficie pintada por el maestro cordobés y están siendo ahora objeto de una intervención que buscar rescatar el esplendor de antaño. Dichas acciones incluyen, también, la restauración de las esculturas, estucos y dorados de la ornamentación barroca de sus muros y las capillas, trabajos llevados a cabo por los italianos Giacomo Bertesi y Antonio Aliprandi en torno al año 1700.

Una restauradora trabaja en la recuperación de escultura. Foto cortesía de UPV.

Para hacerlo posible, la Fundación Hortensia Herrero inyectó 6 millones de euros al proyecto, una cantidad que ha permitido completar, hasta el momento, un tercio de la restauración. El fin de las obras se prevé para el año 2025. Un equipo multidisciplinar integrado por una treintena de profesionales capitaneados por la profesora emérita Pilar Roig –responsable también de las labores llevadas a cabo en San Nicolás– se encuentra trabajando a diario en la recuperación del conjunto. Entre ellos, el arquitecto Carlos Campos, junto a ingenieros topográficos e industriales, documentalistas, especialistas físicos y químicos, biólogas, restauradores e historiadoras del arte.

Resulta curioso como una antigua fotografía en blanco y negro de la bóveda fue la pieza clave para iniciar toda esta restauración. Juan Alcón, fotógrafo aficionado, recorría las iglesias de la ciudad para capturar con su cámara de placas la monumentalidad de dichas arquitecturas y sus interiores. “Mi padre tenía esa foto en su despacho ya que Juan se la había regalado. Yo no sabía quién era este señor, así que un día acudí a su casa de la calle Carniceros. Había fallecido, llegué tarde. Todo su archivo había desaparecido porque la familia no le había dado importancia”, expuso Pilar Roig.

Reconstrucción en 3D de la bóveda y la fotografía de Juan Alcón empleada en la restauración. Foto cortesía de UPV.

Gracias a esta foto se pudo conocer cómo eran las pinturas antes del incendio para reconstruir. En el proceso de restauración, el equipo del Instituto de Restauración del Patrimonio (IRP) y del Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universitat Politècnica de València (UPV) está aplicando novedosas tecnologías, como el tratamiento digital de imágenes, la biolimpieza con bacterias entrenadas para la restauración de obras de arte, además de ultrasonidos y foto-ablación láser, herramientas que permiten actuar sobre las partes más afectadas por el paso del tiempo y los incendios.

A todo ello hay que sumar una desafortunada intervención llevada a cabo en los años 60 por los hermanos Gudiol que supuso, en palabras de Roig, un “absoluto fracaso”. “Por aquel entonces, las pinturas arrancadas [frescos] fueron colocadas en noventa paneles de madera contrachapada adheridos a la propia bóveda. Ahora estamos sustituyendo ese tipo de soporte por otro más tecnológico con láminas de fibra de carbono como las que emplea, por ejemplo, Ferrari”, apunta José Luis Regidor, investigador del IRP y responsable de la restauración a pie de obra.

Santos Juanes,
José Luis Regidor explica in situ el método de restauración de las pinturas. Foto cortesía de UPV.

El programa iconográfico del conjunto pictórico de la bóveda representa a lo celestial y a la Iglesia triunfante, continuando la ideología de la contrarreformista. Si en el caso de San Nicolás ya hay quién ve cierto parentesco con la Capilla Sixtina vaticana, resultará más evidente incluso en los Santos Juanes con una representación de Dios Padre con el dedo extendido pintada entre 1699 y 1701, unos doscientos años después de la de Miguel Ángel en Roma.

En resumen, “Santos Juanes nos va a sorprender a todos. Hemos eliminado los repintes y hemos recuperado a Palomino. Ya se ve su huella, su historia y su importancia”, concluye Pilar Roig.

Vista general del interior de la iglesia con el andamio aéreo mientras Roig atiende a los medios. Foto cortesía de UPV.