Cisma

#MAKMAArte
‘Shaping the void’ (Construir desde el vacío)
Cisma Art
Centro de Innovación, Sinapsis y Mediación en las Artes
Trinidad 10, València

Dice Javier Cercas que los escritores viven de la basura, es decir, de la discordia, del dolor, de la violencia, del infortunio. Y añade: “En ese sentido nos parecemos a los periodistas; la diferencia es que los periodistas se dedican a describir la basura, mientras que los escritores nos dedicamos a reciclarla”.

Y precisamente de reciclar y de describir va esta narración de lo acontecido en Cisma Art, espacio de la calle Trinidad en València que estos días acoge la muestra ‘Shaping the void’ (Construir desde el vacío). Porque allí, un conjunto de artistas se ha servido del reciclaje de libros y documentos devastados por la DANA, para mostrar sobre el papel reciclado sus impresiones alrededor de lo sugerido por tamaña catástrofe.

De hecho, el arte, más que reciclar la basura -según la apreciación de Cercas-, lo que hace es adentrarse en ella, sabedor el artista de que trabaja con una materia informe en cuyo interior late una energía ciega y brutal. La energía acumulada, en este caso, en los cientos de libros arrasados por las turbulentas aguas del temporal.

De manera que es a partir de la destrucción como los artistas se las ven y se las desean para hacerse cargo de las huellas dejadas por la devastación. Unos, quién sabe si los más ingenuos, se olvidan de la irracionalidad subyacente en el mundo de lo real –la naturaleza que nos desborda– para trasladarnos cierto mensaje combativo no ya contra la propia naturaleza indomable, sino contra quienes son responsables de sus efectos indeseados.

Otros, quizás más escépticos, utilizan el papel reciclado, a partir de los libros convertidos en basura por la DANA, con la sola intención de mostrar la belleza, el asombro o el misterio que emerge de las propias entrañas del mundo, e incluso de las propias, cuando nos entregamos al acto creativo como única salida a tanto desvarío.

Adsuara
Propuesta de Alberto Adsuara, en la exposición ‘Shaping the void’, en Cisma Art.

Y es así como, optimistas o desencantados, los artistas reunidos en Cisma Art van dando cuenta, precisamente, del cisma, escisión o tremenda ruptura abierta como consecuencia del atroz temporal de lluvia, quién sabe si con la colosal intención de cerrar esa herida a base de buenas intenciones o tan solo pensando –como se pensaba cuando el arte lindaba con lo sagrado– que las obras realizadas muestran la gran interrogación a la que nos convoca la vida carente de límites.

El filósofo y teórico marxista Antonio Gramsci, ante el dilema de la visión pesimista del mundo versus optimismo esperanzado, optó por un lema ya célebre: “Pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad”. Y como si fuera a rebufo de este lema, Alberto Adsuara se plantea lo siguiente a raíz de la propuesta para la que han sido convocados los artistas de la muestra ‘Shaping the void’, que él mismo incluye en su pieza.

“Propuesta: actuar sobre el potencial transformador del arte en contextos de crisis, reconstruyendo desde las ruinas con materiales cargados de historia y significado”. Y he aquí su respuesta, inscrita en el papel reciclado: “Si se trata de voluntad y de necesaria inmediatez, casi cualquier acción será más eficaz que la del arte. Usar el arte –en tanto que acción– para ayudar a un necesitado es como hacerle la paja a un muerto”, añadiendo Adsuara el siguiente corolario: “Precisamente porque el arte es, solo, historia”.

A partir de esta disyuntiva, los artistas participantes van desplegando sus propuestas que, aunque unificadas, no dejan de traslucir esa idea que bifurca el arte entre quienes lo entienden como una visión del mundo o quienes lo emplean como una herramienta para su transformación, otorgándole, en este último caso, lo que el filósofo José Luis Pardo denomina “sobrepeso semántico” a la palabra arte, que connota un grado de compromiso superior al que tienen los, por decirlo así, más lynchianos, por aquello que decía el director de cine David Lynch: “El arte no cambia nada, el arte te cambia a ti”.

Javi Gay, con uno de los papeles reciclados. Imagen cortesía del autor.

Y como el papel lo aguanta todo, cada cual va, a su manera, construyendo desde ese vacío propuesto en el título expositivo. Un papel, todo hay que decir, trabajado a partir de esos libros destruidos por la DANA que contó con el generoso concurso de Javi Gay, en cuyo estudio se llevó a cabo la labor de reciclaje que ha dado pie al material utilizado para la exposición.

Y hay de todo en la muestra: desde pinturas a dibujos, pasando por esculturas, obras gráficas, ilustraciones, videos e instalaciones, con la sana intención de alumbrar algunas de las partes oscuras ocasionadas por la destrucción a causa del temporal. De manera que, como apuntaron algunos de los artistas, se parte de la destrucción para reconstruir lo dañado, no solo en su base material sino en la más subjetiva.

Así lo señala Toni Calderón, uno de los responsables de Cisma, cuando incide en cómo “el uso, en parte, de libros dañados por la DANA como materia prima, introduce una dimensión de duelo y testimonio. El papel, como soporte de memoria, se ve aquí sometido a un doble proceso: su destrucción por la catástrofe climática y su posterior reformulación como materia artística”.

‘No llovió’, obra de Monique Bastiaans’, en la exposición ‘Shaping the void’, en Cisma Art.

Hay, en este sentido, muchas manos (las de Miguel Oñate, entre otras) y corazones (Arístides Rosell, por ejemplo) e incluso lenguas (Monique Bastiaans) puestos al servicio de esa reconstrucción, tanto en el plano directamente material como en el rigurosamente plástico, protagonizando algunas de las obras.

También hay propuestas conceptuales, otras en las que se mezcla lo plástico y el audiovisual –como es el caso de Lauren Moffatt, quien duplica una figura salida del papel o del barro para desplegarse virtualmente por el espacio expositivo– y otras directamente aludiendo figurativamente al pesar por tanta destrucción y muerte, como la realizada por Luis Lonjedo, con esa chica cabizbaja símbolo de la pesadumbre del ”ser para la muerte”, que diría Heidegger.

Lauren Moffatt con su doble obra plástico audiovisual, en ‘Shaping the void’, en Cisma Art.

Igualmente hay palabras que, ya sea apuntando sin ambages a responsables directos (Óscar Mora, inscribiendo directamente en su pieza las de ‘Mazón Dimisión’) o ya sea utilizándolas de forma poética (Teresa García y Elías Pérez, extrayendo ocho palabras de la cantidad de libros destruidos para conformar una obra que solo adquiere sentido cuando se cierra), vuelven, esas palabras, a poner el acento en esa doble vía del arte como herramienta para la transformación del mundo o como visión del mismo sometido a múltiples interpretaciones derivadas de la interrogación radical del ser ante lo ininteligible de ese mundo.

De hecho, habría que recordar que eso de que el papel lo aguanta todo es una expresión debida a la emperatriz Catalina II de Rusia, quien, cuando Diderot pretendía arrastrar a la corte rusa a la causa de la Ilustración, le respondió: “Usted trabaja sobre el papel, que se presta a todo, es obediente y flexible y no pone obstáculos ni a su imaginación ni a su pluma, en cambio yo, pobre emperatriz, trabajo con la naturaleza humana”.

‘Shaping the void’ es un intento de Cisma Art por establecer puentes entre ese papel que lo aguanta todo, una vez reciclado, puesto que, pese a su fortaleza posterior, recordemos que fue arrastrado y destruido por las fuertes lluvias, y la frágil naturaleza humana a la que sirve de testimonio y memoria.

A la izquierda, pieza de Luis Lonjedo, junto a la de Robbie, en la exposición ‘Shaping the void’, en Cisma Art.