Societat Doctor Alonso

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‘Diálogos con Pinazo: ‘Retratos (o si yo fuera)’
En el ámbito de ‘Reconocimientos’, de la exposición ‘Pinazo: identidades’
Societat Doctor Alonso
Institut Valencià d’Art Modern (IVAM)
Guillem de Castro 118, València
Hasta el 25 de enero de 2026

En sus ‘Cartas del vidente’, dice el poeta Arthur Rimbaud: “Yo soy otro. Tanto peor para la madera que se descubre violín”. Y, en otro momento, insiste: “Porque Yo soy otro. Si el cobre se despierta convertido en corneta, la culpa no es en modo alguno suya”, concluyendo que “el poeta se hace vidente por un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos”.

Esa dialéctica entre la mismidad de la identidad sin fisuras y lo que San Agustín calificó de “enigma para mí mismo”, cuando esa identidad se quiebra descubriendo la extrañeza de la madera o del cobre siendo, de pronto, violín o corneta, es lo que Societat Doctor Alonso –compañía dirigida por Tomàs Aragay y Sofía Asencio– explora retomando su proyecto de 2008 ‘Retratos (o si yo fuera)’.

Lo retoma para ponerlo en diálogo con la obra de Ignacio Pinazo que el IVAM reúne en la exposición ‘Identidades’ y, más en concreto, con el ámbito denominado ‘Reconocimientos’, donde el pintor valenciano explora, a través de las personas retratadas, lo que el comisario Vicente Pla señaló en su momento como lo “exquisitamente mimético” trufado de “elementos extra figurativos”.

O, lo que viene a ser lo mismo: el modo en que Pinazo se cuestionó la complejidad del yo, tan pronto delirando una suerte de fusión con el otro –individual o colectivo– como sintiéndose abatido por esa misma pérdida del yo al pasar a formar parte de otra entidad de orden superior. De forma que los sujetos andamos anhelando cierta fusión imaginaria, pronto convertida en su reverso sartriano: el infierno son los otros.

Vista de la instalación ‘Diálogos con Pinazo: ‘Retratos (o si yo fuera)’. Imagen cortesía del IVAM.

Societat Doctor Alonso, en la línea vidente del poeta Rimbaud, se hace eco del “largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos”, para “contaminar, en el buen sentido, la exposición de Pinazo”, señaló la bailarina y coreógrafa Sofía Asencio, durante la presentación de su revisitado ‘Retratos (o si yo fuera)’, para dialogar con los propios retratos de Pinazo a través de diferentes videos.

“Se trata de revelar a diferentes personas a través de mi cuerpo. No es imitación, tampoco pretendo parecerme al otro, sino ponerme en su piel mediante la observación de sus actitudes y gestos”, subrayó Asencio, para quien Pinazo, en sus retratos, hacía prácticamente lo mismo: “Su obsesión al pintar era la misma que había en nuestra pieza de 2008, porque, observando al retratado, quería captar sus gestos”.

Y es así como Sofía Asencio, sin querer imitarlas, va ocupando el lugar de una profesora de inglés en Praga, un ama de casa en Beirut o una frutera de Madrid, con la sola idea –según cuenta la propia Asencio en el resumen de la pieza– “de ser otro, de tener otro cuerpo, otra vida; finalmente al hablar de otro hablo de mí”.

Y dice más: «’Retratos (o si yo fuera)’ es también un ejercicio de ciencia ficción, en el que hay, por un lado, el espacio, los objetos y la vida real del ser retratado, y, por otro, un cuerpo extraño, el mío, que lo suplanta”. Y es mediante esa suplantación como Asencio se empapa de la vida de todas esas mujeres, sintiendo a un tiempo lo que la une a ellas –el sentimiento oceánico freudiano– y lo que la separa, en tanto seres diferentes en su radical individualidad.

Vista de la instalación ‘Diálogos con Pinazo: ‘Retratos (o si yo fuera)’. Imagen cortesía del IVAM.

“Yo funcionaba como placa sensible del otro”, afirmará la artista durante la presentación, en la que el conservador del IVAM, Josep Salvador, terció para señalar que en Pinazo “no hay retrato directo, sino interpretación”. Como la hay en esa serie de suplantaciones con las que Sofía Asencio se apropia –valga el ejercicio de ciencia ficción– de otros cuerpos, como en la película ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’, pero sin invadirlos, porque lo que está en juego es respetar su diferencia coreografiándola.

“Viajé a diferentes países, donde distintas mujeres se prestaron a ello y con las que conviví durante diez días para ocupar su lugar poniéndome incluso su ropa”. En 2009, se presentó el proyecto en el Museo Reina Sofía y después se guardó, hasta que ahora se ha retomado para llevar a cabo este diálogo con los retratos de Pinazo. “Se trataba” –insistió la artista– “de imaginar cómo sería yo en otras mujeres”.

De manera que localizando fuera de sí aquello que escapa al entendimiento del yo, en este caso, del yo de la bailarina que, mediante cierto éxtasis –en su literalidad, “estar fuera de sí”–, busca comprender a la mujer suplantada; comprensión que tiene que ver con la idea de entender y de abarcar en toda su extensión aquello que, precisamente, no comprendemos.

Societat Doctor Alonso despliega, en la sala que acoge la exposición ‘Pinazo: Identidades’, la serie de videos que, mediante esas vidas ajenas que Asencio coreografía, dialogan con los retratos del pintor. Obras plásticas y audiovisuales dándose la mano en ese mismo empeño por ser yo a través del otro, o de alcanzar al otro desprendiéndome de la seguridad del yo.

Societat Doctor Alonso
Vista de la instalación ‘Diálogos con Pinazo: ‘Retratos (o si yo fuera)’. Imagen cortesía del IVAM.