#MAKMAArte
Sorolla y los toros | Paco Delgado
MAKMA ISSUE #06 | Sorolla Poliédrico
MAKMA, Revista de Artes Visuales y Cultura Contemporánea, 2023
El 10 de agosto se cumplió un siglo de la muerte de Joaquín Sorolla, uno de los más grandes pintores españoles de todos los tiempos y en cuyo honor se ha confeccionado el cartel anunciador de la feria taurina de Fallas de este año, buscando reivindicar lo extraordinario de su obra dedicada a la tauromaquia.
Sin ser ni tenerse como un gran aficionado, no fue ajeno a una de las grandes tradiciones y costumbres de nuestro país: los toros, temática de la que se ocupó en varias obras. Uno de sus cuadros más conocido sobre el particular es ‘Antes de la corrida’, pintado en 1900, durante un período de intensa actividad del pintor.
Recoge el momento en que las cuadrillas se disponen a salir al ruedo de la plaza de València, lo que le da pie para mostrar su dominio de la luz y la sombra, el claroscuro que se encuentra en los caballos de los picadores, frente al rojo vivo de un monosabio que arregla la zapatilla de uno de los toreros. Escena que, según Quetzal Rodríguez, se ha relacionado con la descrita por Blasco Ibañez en el capítulo décimo de ‘Arroz y tartana’, donde alude a la salida de la cuadrilla como «el desfile de jacarandosas figurillas que a la luz del sol destacaban sobre la arena del redondel».
El propio pintor comentó que esta obra “refleja el momento en que la cuadrilla se prepara para salir al redondel, el efecto de la luz y el color local son estupendos; si logro arrancar algo de aquello habré hecho un gran trozo de pintura…”.
Esta pintura se vio sometida a no poca controversia, ya que existía una orden de intervención contra su venta, emitida por la Audiencia Provincial de Málaga en el marco de la llamada ‘Operación Malaya’. Una vez localizado, el cuadro fue entregado por parte del depositante en la sede de la Embajada de España en Bélgica. De todas formas, la justicia autorizó posteriormente que se vendiera, si bien con la advertencia de que el importe debía ser utilizado por su propietario para afrontar sus responsabilidades pecuniarias, y el 9 de diciembre de 2020, finalmente, se vendió en una subasta en la casa londinense Sotheby’s, alcanzando la oferta final casi 900.000 euros.
Otro de sus cuadros más famosos con temática taurina es ‘Sevilla. Los toreros’, pintado entre abril y mayo de 1915 y en el que, según la experta francesa Elizabeth du Gué Trapier, el artista valenciano plasma un paseíllo en la Maestranza en el que, según ella, aparecen toreros como Belmonte, Mazzantini, Frascuelo y el francés Félix Robert, en lo que podría ser una licencia artística para reunir a diestros de distintas épocas en un hipotético paseíllo, puesto que se trata de matadores con muchos años de diferencia entre sí y que no coincidieron en el ruedo.
En ese lienzo se puede observar cómo los toreros saludan de manera protocolaria a la Presidencia y se desmonteran. Es curioso que los trajes de torear sean bastante similares a los actuales y que la montera tampoco sea parecida a la usada en la época que se supone tiene lugar la escena, si bien se aprecia que llevaban barbuquejo, que entonces se utilizaba para poder moverse sin que la montera cayera. Las coletas de los toreros son naturales. En el tendido se aprecian damas con mantillas, figuras de un cromatismo de gran atractivo. Pero la visión de conjunto es la una imagen de conjunto que realza la majestuosidad y grandeza de la Maestranza.
Unos meses antes, entre noviembre y diciembre de 1914, y dentro del encargo de Archer Huntington para la Hispanic Society destinado a la colección ‘Visión de España’ sobre temas españoles, pintó ‘El encierro’, un lienzo de 3,52 metros de alto por 7,62 de largo y cuya realización le supuso no solo un enorme esfuerzo físico, dadas las dimensiones, sino psicológico, dado el respeto que le imponían aquellos animales a los que pintó del natural y a una distancia que para él resultaba temeraria: “Dificultades enormes me esperan, Dios me ayude, pues estos toros no son los de la playa…”.
Parece ser que este cuadro se pintó en el ‘Cortijo del Cuarto’, una finca sevillana propiedad de la familia Miura, en el que aparecen las características chumberas de aquella zona y que se utilizaban en aquel entonces como valla separadora cuando no había suficiente alambre.
También destacan las vías de tren sobre las que pasan los toros guiados por los cabestros, y que se corresponden con las de la estación de Los Merinales, pegada a Bellavista, en terrenos donde ahora se alza el hospital de Valme. Allí se embarcaban todas las corridas de las distintas ganaderías de Sevilla para enviarlas hacia las plazas del centro y norte de España.
También se pueden contemplar en el museo del pintor, en Madrid, apuntes y estudios sobre toros, ejemplares que guardan mucho parecido con los de ‘El encierro’, y caballistas, que recuerdan, asimismo, a la figura que aparece en esta obra.
De su amistad con el financiero Pedro Gil Moreno de Mora salieron otras obras inspiradas o basadas en la tauromaquia, como ‘Apunte de una corrida de toros’, ‘El picador’ y el pequeño apunte ‘Capea en Torrente’, en las que destaca no tanto la perspectiva del propio espectáculo como el punto de vista cromático, ya que no hay obra suya que refleje pasajes de la lidia o de las distintas suertes.
En tanto que su bisnieta, Blanca Pons-Sorolla, miembro de la Fundación que lleva el nombre de su bisabuelo, recuerda también que Sorolla realizó en años anteriores algunas obras de asunto taurino, dos lienzos en que se representa la suerte de varas, pintados alrededor de 1900, ‘El picador’ y ‘El picador herido’, y una acuarela que guarda ciertas similitudes con ellos: ‘La corrida’.
Este artículo fue publicado en MAKMA ISSUE #06 | Sorolla Poliédrico, en noviembre de 2023.
- Sorolla y los toros - 9 enero, 2024