‘Stop Zemlia’, de Kateryna Gornostai
Sección Oficial de Largometrajes
Cinema Jove
Festival Internacional de Cine de València
Del 18 al 26 de junio de 2021
‘Stop Zemlia’ empieza con ocho jóvenes, por separado, mirando a cámara; luego sabremos que están ahí respondiendo a las preguntas de una profesora, para conocer aquellos aspectos de su vida que son causantes de cierta inquietud emocional. Entre esas inquietudes destacan las provocadas por el despertar sexual relacionado con los primeros amores, todo ello en el marco de una sociedad del bienestar contradictoria. Son jóvenes bien alimentados y vestidos que, no obstante, manifiestan cierto malestar o desidia con respecto al entorno en el que viven.
Masha, junto a sus amigos Yana y Senia, disfruta de la comodidad del hogar y de unos padres que, según sus propios amigos, son increíbles. No le falta de nada y, sin embargo, echa en falta la presencia de ambos padres, la mayor parte del tiempo fuera de casa por trabajo. Sasha, compañero de clase de Masha, tiene por el contrario una madre que le atosiga, diríase asfixiante para este joven del que está enamorada Masha.
Kateryna Gornostai, directora de la ucraniana ‘Stop Zemlia’ (Sección de Largometrajes de Cinema Jove) muestra el trayecto de estos adolescentes, poniendo la cámara a su servicio, para revelar sus dificultades amorosas, en un tiempo presidido por los teléfonos móviles y las facilidades comunicativas que ofrecen. A través de esas pantallas, que incluso en la oscuridad alumbran como luciérnagas la noche, estos jóvenes estudiantes intercambian mensajes, mientras una de las profesoras habla en clase de los efectos del estrés ligado al enamoramiento.
Clases formativas, en un ambiente distendido y amable, que contrastan con las incertidumbres de unos alumnos que se divierten en cuadrilla, sin poder ocultar la languidez que preside sus vidas. En uno de esos juegos adolescentes, que consiste en atrapar al otro con los ojos cerrados, es cuando se pronuncian las dos palabras que dan título a la película: “stop zemlia” o “párate tierra”. Porque así, parando la tierra, es como estos jóvenes pretenden poner fin a la angustia que supone esa ceguera lúdica, mediante la cual, paradójicamente, buscan el contacto del otro.
La película, queriendo dar testimonio de la depresión que supuestamente padece Masha, cuyo amor por Sasha va representando las dificultades que todos ellos tienen a la hora de establecer vínculos afectivos más estrechos, se queda en la epidermis de las profundidades que pretende mostrar. Epidermis ligada al entorno amable que, de tan amable, se convierte en obstáculo para acceder a experiencias más hondas, precisamente las que escasean en ese mundo asépticamente placentero.
Por eso no es de extrañar que, a falta de un contacto más real con la vida, alguien no dude en manifestar que es mejor sentir algo, que no sentir nada. Que Masha, Yana y Senia, en cierto momento de la película, se practiquen un corte en el brazo para, con la sangre vertida, sellar su amistad, no deja de evidenciar esa necesidad de sentir algo de verdad, más allá del blando devenir de sus vidas.
‘Stop Zemlia’ es, sin duda, una narración palmaria del malestar adolescente en la sociedad del bienestar digitalizado. Una narración, en todo caso, sociológica de las conductas de esos jóvenes adolescentes lánguidos, reflejo de unas familias igualmente presentadas como carentes de otra energía que no sea la destinada al justo desempeño laboral. Una película que encaja como un guante en el espíritu de Cinema Jove, aunque le falte profundizar en la herida abierta por esos adolescentes.
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