Suso Giménez

#MAKMAMúsica
Entrevista a Suso Giménez
‘Cómo que nada ocurrió’, de Petit Mal
Sala Loco Club
Erudito Orellana 12, València
19 de enero de 2024

Se dice que ha sido un reencuentro con el público, un regreso, una reaparición, el retorno, un resurgimiento. La hemeroteca fabrica suspense con las ausencias de Petit Mal como las de especies perdidas recién redescubiertas, las que están en constante emigración y por eso son esquivas o raras de ver o, directamente, las de seres legendarios, inventados, “como los duendes, los gremlins y los esquimales”, en palabras de Homer Simpson.

Y eso sin que, entre un trabajo y otro, quepa a sus anchas todo un siglo: ‘Finlandia’ (2005), ‘Me conoces bien’ (2008), ‘La ausencia’ (2010), ‘Andar sobre hielo frágil’ (2019), ‘Páramo’ (2021). El último avistamiento del grupo valenciano, con veinte años de trayectoria en los escenarios, ha sido en la sala el Loco Club con su álbum más reciente, ‘Como que nada ocurrió.

Seguidores de la banda de toda la vida, ufólogos, cazadores de yetis y desconocedores en general tendrán oportunidad de ver, reencontrarse o maravillarse por primera vez con la banda el próximo 9 de marzo en el Teatre El Musical (TEM) (València), el 15 de marzo en la Sala Because (Castellón) y el 20 de abril en el Centro Excursionista (València), capitaneados por Suso Giménez.

Suso Giménez, poco antes de su concierto en la sala Loco Club de València. Foto: Sergio Lacedonia.

Nuevo disco después de una breve hibernación y puesta de largo en Loco Club.

Fue una sensación muy guay, porque en los conciertos siempre hay responsabilidad, siempre hay algo de nervios. Al principio, estábamos un poco tensos, aunque no tardamos en soltarnos. Lo más difícil era no saber qué impresión estaba teniendo la gente. Cuando bajamos y vimos que estaban todos tan contento y sonrientes, que la gente se acercaba a saludar y a estar con nosotros nos provocó sensaciones buenas.

¿Tensión por la falta de costumbre? ¿Por el juicio del público sobre el nuevo trabajo?

Muchos de los temas era la primera vez que los tocábamos en directo. Hasta que no los tocas, no sabes si has elegido bien el repertorio, si todo iba a quedar bien. Cuando sales a presentar algo nuevo, con material nuevo, siempre hay nervios.

¿Cuáles fueron las motivaciones para reengancharte y retomar el liderazgo de Petit Mal?

Nuestros primeros trabajos no tuvieron el reconocimiento y el apoyo que creo que merecían y me quedé, la verdad, un poco desencantado. Aquella fue una época en mi vida en que yo estaba inmerso en cosas profesionales, familiares, y entre eso y que estaba un poco desmotivado con la música, hubo un tiempo en el que incluso tenía la guitarra en el armario y ni siquiera la sacaba. Pero luego hubo una serie de cosas que me reactivaron.

De entre ellas, una de las más importantes es que en 2015, que se cumplían diez años del disco ‘Finlandia’, y gracias a Dani Cardona, un grupo de músicos a los que le molaba mucho el disco se organizaron para grabar un trabajo donde diferentes bandas hacían cada una una versión. Entonces, me di cuenta de que había bandas en València que habían encontrado tiempo para sacar su versión, para ir a grabarla, y eso me pareció un reconocimiento. Me animó a seguir. Desde que, en 2018, volvimos al estudio a grabar ha sido un no parar. Hay una buena banda y hemos cogido muy buen ritmo.

Suso Giménez (Petit Mal), durante su actuación en el Loco Club de València. Foto: Sergio Lacedonia.

Hay experiencias cercanas a la muerte y, en la música, lo que podríamos llamar «experiencias cercanas a lo póstumo», que son los recopilatorios y los premios a toda una carrera. ¿Tuviste esa sensación, en algún momento, con las visiones finlandesas? ¿Fue un homenaje, un rescate?

Quizás las bandas que participaron pensaban que Petit Mal acabaría ahí o que yo no seguiría haciendo cosas. El caso es que a mí me animó mucho a retomar la composición, a empezar a hacer canciones, a recuperar otras muchas que ya tenía de diferentes épocas y juntarlas. Para mí, fue un acicate ver cómo bandas valencianas tenían interés de grabar los temas de ‘Finlandia’. El disco parece que ha envejecido bien y las canciones aguantan el paso del tiempo. Ser consciente de eso me hizo cambiar de opinión: pensaba que era un disco ignorado y a lo mejor era un disco de culto.

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‘Finlandia’, ‘Andar sobre hielo frágil’, ‘Páramo’… Hay un recurso al frío en la obra de Petit Mal. Otros títulos, como ‘Miedo’, ‘Tus dudosos aciertos’, ‘Si esto fuera verdad’, expresan mucha incertidumbre. ¿La duda es fría o quema?

La verdad es que soy muy tremendo para los títulos. Si te fijas bien, todas las letras esconden algo de humor.

Cuando te sientas a componer ¿qué va primero, la palabra o la melodía? ¿La letra o la música?

Casi siempre empiezo por la guitarra, salvo alguna canción que he hecho por encargo. Encuentro los acordes, y la letra me suele salir de forma bastante espontánea. De hecho, en los primeros discos tampoco me paraba mucho a reflexionar, veía que lo que me había salido de esa manera estaba bien. Mucha gente me comentaba que le gustaban las letras y puede que tengan un sentido y encajen sin mucho esfuerzo.

Suso Giménez, al frente de Petit Mal, durante el concierto en la sala Loco Club de València. Foto: Sergio Lacedonia.

Sin embargo, en este último disco sí que he querido dar una vuelta e intentar mejorarlas. He cogido letras que tenía y ahora tengo un montón de papeles de diversas versiones de las canciones con diferentes letras. Al final, creo que gracias a eso han quedado bastante redondas. Ha habido mucho trabajo de corrección, de cambios y puesta a punto.

Son canciones muy prêt-à-porter, de las que solo necesitan tres minutos para contarlo todo. Va casi en contra de los gustos de la industria, como se ve en los temas de seis o siete minutos de Robe Iniesta o en propuestas cinematográficas como la última de Scorsese (algo para ver en si te pilla en mitad de un puente festivo largo).

La gente me suele comentar que les llama la atención la duración de las canciones. Creo que es la ideal. No veo necesario mucho más. De hecho, la mayoría de los grandes temas es lo que duran.

¿Cómo sigue la historia de Petit Mal o de esta amalgama de músicos después de los cambios de nombre, de plantilla…?

Ahora somos realmente un grupo unido, porque con Juan Luis Salmerón [guitarra] llevo tocando desde que teníamos 15 años, aunque fuera de forma intermitente. Juanma lleva ya cinco años con nosotros con el bajo y ya tenemos una constancia y una rutina en los ensayos. Anna Sanz de Galdeano, que toca el violín, hace coros, lleva desde 2018 y está también muy metida. Por desgracia, Xavo Giménez, que ha estado en los últimos tres discos, no nos podrá seguir acompañando por circunstancias personales, pero estoy seguro de que, tarde o temprano, volverá.

Por último, hemos tenido la suerte de haber incorporado Marc Miralles, joven y brillante baterista, que ha grabado con nosotros ‘Como que nada ocurrió’ en el estudio del genial Paco Morillas. Estamos muy contentos.

Suso Giménez
Suso Giménez, con su último disco, ‘Como que nada ocurrió’ entre las manos. Foto: Sergio Lacedonia.