TEST. Muestra de arte y creatividad
El Convent, Espai d’art
Carrer Hospital, 5, Vila-real, Castellón
Inauguración: sábado 5 de marzo a las 12.00 h.
Hasta el 1 de mayo
“Test” es una muestra de arte y creatividad que tiene como epicentro la ciudad de Vila-real en Castellón. Como la misma palabra indica, “Test” quiere convertirse en un espacio donde poder hacer crecer los trabajos y las carreras de aquellos artistas que más necesitan un apoyo a su esfuerzo y tenacidad. El atractivo de esta muestra será tratar de orientar los recursos para cubrir las necesidades reales de los diferentes agentes artísticos. Para tal fin se ha pensado poner todo el esfuerzo en aportar a la exhibición interesantes propuestas plásticas, así como la edición de un catálogo personalizado a cada artista que le pueda servir como herramienta dinamizadora y promotora de su trabajo, haciendo de TEST una ineludible cita para los amantes del arte y una importante plataforma de apoyo a los artistas. En esta edición “Test” cuenta con la participación de cuatro artístas de nivel como son: Desi Civera, Cohete Fernández, Vicente Tirado y Felipe Pantone.
En prime lugar, la obra de Desi Civera se enmarca bajo la idea de “Desengaño”. Que en palabras de la propia artista es:
“Este proyecto nació de una necesidad personal: tejer una red de personas unidas por un fino hilo, un sentimiento, aquel que se produce cuando los retratados se enfrentan a la realidad que ellos perciben de sí mismos en contraposición con lo que yo veo en todos y cada uno de ellos. Cuando los retratados se encontraron con sus retratos cobró sentido todo el proyecto: allí nació el verdadero desengaño, inspirado en la madrileña calle de Madrid, cuna y testigo de tantas
desilusiones como personas que la transitan. He buscado generar contrastes entre las personas retratadas. Eran todas muy diferentes, pero al verse sometidas al desengaño, a ese espacio que había creado para ellos, se dieron cuenta de que hay sensaciones muy primarias que nos hacen semejantes.”
El resultado, fueron 30 retratos, fruto de una pieza de videoarte de donde la artista extrajo los fotogramas claves de cada retratado cuando hablaban de su percepción de desengaño, serigrafías, un muro donde uno de los retratos cogió vida a través de una intervención en directo y un artbook que recoge tanto figurativa como conceptualmente las entrañas de todo el proyecto.
Por medio de la experimentación con distintas técnicas, su intención última es capturar la expresividad y esencia del ser humano en diferentes situaciones. Desde muy pequeña empezó a expresarse con la pintura y después de muchos años de formación alrededor del mundo se instala en Madrid y su carrera despega a toda velocidad, convirtiéndose en una de las artistas más importantes de la escena contemporánea.
Otra de las participantes de esta muestra de arte y creatividad es Cohete Fernández, en cuya obra podemos apreciar matices de nostalgia que acompañan toda su trayectoria. La artista considera el dibujo como la base de la expresión plástica, utilizándolo como herramienta para trazar su cosmología y ontología imaginarias, por lo que podemos decir, que toda su obra es el resultado de un ejercicio terapéutico de comprensión e introspección.
Curiosidad y quimera como conceptos clave para yuxtaponer y realizar imposibles, para jugar a la transmutación alquímica, añadir y multiplicar brazos o cabezas. Inventar un macrocosmos biológico, buscar el origen, lo mágico, investigar el ser andrógino cabalístico y regresar a un feudalismo donde se incluye el octavo pecado, la tristeza. Es así como Cohete Fernández nos catapulta a su medievalismo estético, ofreciendo una experiencia visual de lo más inquietante.
Vicente Tirado (1967, Castellón de la Plana) dirige la atención, mediante sus trabajos fotográficos, al paisaje como síntoma del contexto social y económico de nuestro tiempo. El territorio convertido en la principal materia prima de la que obtener riqueza, a veces mediante la explotación directa de sus recursos y otras por la apropiación de sus valores simbólicos, como promesa de unas determinadas cualidades con las que refrendar la venta de productos.
Con este trabajo Vicente Tirado aborda el poder de sugestión de las imágenes y su uso publicitario, para abrir una reflexión acerca del anhelo de naturaleza que caracteriza al individuo contemporáneo, cada vez más dependiente y rodeado de artificialidad. El deseo abstracto contenido en la idea de la naturaleza y del paisaje acaba convertido en una mercancía más, una herramienta de la que servirse a través de la publicidad para elevar al status de lo idílico a productos como los automóviles, a pesar de sus consecuencias ambientales.
La cultura de consumo ha conseguido mercantilizar el aspecto de lo cotidiano hasta vaciar de contenido el disfrute de los hábitos sociales elementales, primando el tener y el parecer como hito de unas vidas más representadas que propiamente vividas. En esa tensión de fuerzas e intereses es fundamental el cuestionamiento personal y colectivo, para el desarrollo de capacidades críticas que nos rediman de estas décadas de banalidad.
En último lugar el artista Felipe Pantone al agenciarse del nombre de la marca líder en la codificación cromática corporativa, deja constancia de su interés por reflexionar sobre los procesos homologadores de la comunicación global. Indagando en el potencial subversivo de minar los lenguajes artísticos, científicos y electrónicos practicando la hibridación, apostando por la impureza y el contagio de medios tipográficos, figurativos y abstractos.
En esa búsqueda de una comunicación esencial, su léxico tiende a la destilación formal, quedando matizadas las alusiones a dichas corrientes tecno-urbanas: fauces felinas entre tipografías callejeras, pulso expresivo versus depuración matemática, murciélagos convertidos en geometría computacional, del átomo al cosmos.
El universo rizomático y virtual en el que habitamos encuentra su correlato en las pinturas de Pantone, una obra sensible al entorno, sea éste las paredes de una galería o tabiques suburbanos. Como artista del graffiti, subvierte la frialdad euclidiana de la arquitectura urbana al introducir múltiples dimensiones potenciales desplegándose por los muros asépticos de las metrópolis.