Font Bisier

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Terroríficamente Lys
‘Three wise monkeys’, de Miguel Ángel Font Bisier
‘El resplandor’, de Stanley Kubrick
Cines Lys
Paseo de Russafa 3, València
Jueves 27 de junio de 2024

“La civilización es solo un velo delgado sobre la brutalidad humana”, se dice en ‘El señor de las moscas’, la novela de William Golding sobre un grupo de niños de entre seis y doce años que se organizan para sobrevivir en una isla desierta después de un accidente de avión. Niños inocentes que, poco a poco, en su lucha por la supervivencia, irán dejándose llevar por sus instintos más primarios.

Peter Brook la llevó al cine, siendo uno de los tantos ejemplos que le dan la vuelta a esa idea de la tierna infancia, para desvelar la violencia que anida incluso en los niños y que el velo civilizatorio tapa a duras penas. Ejemplos cinematográficos como ‘¿Quién puede matar a un niño?’, de Narciso Ibáñez Serrador, ‘Los chicos del maíz’, de Fritz Kiersch o ‘La cinta blanca’, de Michael Haneke, por citar algunos.

Miguel Ángel Font Bisier sigue esa misma estela con su cortometraje ‘Three wise monkeys’, a modo de preludio de lo que luego llegaría en la sesión de los jueves en los Cines Lys de Valencia con su ciclo ‘Terroríficamente Lys’, nada menos que ‘El resplandor’, de Stanley Kubrick, en 4K y Versión Original Subtitulada (VOSE).

‘Three wise monkeys’, de Miguel Ángel Font Bisier.

‘Three wise monkeys’ (‘Tres monos sabios’) le debe el título al código moral chino del santai, representado en esos tres monos que se tapan los oídos, la boca y los ojos para ni oír, ni hablar, ni ver el mal que nos rodea e incluso nos asedia por dentro. En este caso, quien hace esos tres gestos, emulando a la escultura de los tres monos que ella misma posee en la habitación de su casa, es una niña cuya mirada dulce pronto se torna siniestra.

Font Bisier adelantó, durante la presentación de su corto en los Lys, que se trata de una película que realizó cuando era “más joven y aguerrido”, pidiendo al público comprensión (“no me juzguéis por lo que vais a ver”), incidiendo luego en que se trataba de “historia pequeña, pero fuertecilla”: pequeña, porque dura poco más de seis minutos, y fuertecilla, porque la niña protagonista, Zoe (Aroa Renau), desea algo tan inconfesable como letal.

El espectador, como el propio director del cortometraje, se defiende de lo que ve, al igual que la niña y los propios padres -encarnados por Daria Katkova y Jordi Ballester- lo hacen, emulando a los tres monos sabios en una fotografía tomada el día de cumpleaños de la pequeña. El mal que no quieren ver, ni oír, ni hablar, se relaciona con el embarazo de la madre, suscitando el amor del padre, al tiempo que la rabia de una hija que se siente amenazada por el nacimiento de su futura hermanita.

Miguel Ángel Font Bisier, como buen creador, siente que lo que cuenta es fuertecillo, pero no puede dejar de contarlo porque con el terror se acerca a las zonas oscuras de la existencia y del ser humano. Que sea una niña la que provoque con su deseo la aparición de una no menos oscura criatura (encarnada por Natasha Marcano), es lo que convierte ‘Three wise monkeys’ en una película sobre la violencia en su fase más primigenia.

Fotograma de ‘Three wise monkeys’, de Miguel Ángel Font Bisier.

El momento en el que se desata el odio de la niña no puede ser más concreto: es el instante en el        que el padre abraza a su mujer embarazada, mientras le toca su ya abultada barriga. Entonces, observándoles desde las escaleras que conducen a su habitación, es cuando la niña lanza una fría mirada negando el amor de unos padres que, a sus ojos vista, ya no son todo -el Todo- para ella.

Lo que vendrá a continuación es un derramamiento de sangre provocado por una monstruosa criatura emergida del fondo de la habitación de la niña; un fondo diríase inconsciente, fruto de la energía malamente contenida en la escultura de los tres monos sabios enfocados por la linterna de la joven rabiosa.

Hay un cuarto mono en algunas versiones, que, curiosamente, se representa cubriéndose con las manos el vientre. Ese vientre materno que, en el caso que nos ocupa, será objeto de siniestra violencia. No hay maternidad que valga, ni nacimiento posible, en el universo siniestro de tan cruel infancia derivada de unos celos desmedidos.

Fotograma de ‘El resplandor’, de Stanley Kubrick.

‘Three wise monkeys’ se reveló como un preludio exquisito para ‘El resplandor’, donde Kubrick también muestra una serie de imágenes inquietantes protagonizadas por dos hermanas que se le aparecen al no menos inquietante hijo (Danny Lloyd) de Jack Torrance (Jack Nicholson) y su mujer Wendy (Shelley Duvall), en el contexto de un misterioso hotel perdido entre las montañas.

Al igual que en el corto de Font Bisier, la película de Stanley Kubrick también esconde una experiencia traumática que, queriendo velarse, va irrumpiendo poco a poco con siniestra violencia. La habitación 237 del Hotel Overlook será mudo testigo de la repetición de un mismo suceso: el asesinato con un hacha por parte de un padre sobre su mujer y sus dos hijas.

‘Terroríficamente Lys’ pone en juego -sin duda, juego diabólico- la violencia que anida en nuestro interior y que, salvo que el siempre difícil proceso de simbolización de la ley la contenga, tiende a manifestarse bajo diversas formas. ‘Three wise monkeys’ y ‘El resplandor’ son dos de sus variantes.

Como se dice en ‘El sexto sentido’, película de M. Night Shyamalan: “¿Has sentido alguna vez esas cosas punzantes en la nuca? Son ellos”. Es decir, los miedos como catalizadores de la tensión humana caracterizada por la atracción y el rechazo que nos genera la brutalidad humana oculta tras el velo civilizatorio.     

Font Bisier
Fotograma de ‘Three wise monkeys’, de Miguel Ángel Font Bisier.