Disney on Ice. Mundos Encantados
Pabellón Fuente de San Luis
Avda. de los Hermanos Maristas, 16. Valencia
Del 13 al 17 de abril de 2016
Ver a un número enorme de niñas vestidas de alguna de las dos protagonistas de la película ‘Frozen. El Reino del Hielo’ (Christ Buck y Jennifer Lee, 2014), dando vueltas alrededor del Pabellón de la Fuente de San Luís es algo extraño. Más cuando es un miércoles por la tarde. Y es que la magia de Disney y de sus historias habían aterrizado en Valencia y además traían un espectáculo de esos para quedarte con la boca abierta, esperando la siguiente pirueta (nunca mejor dicho).
‘Disney on Ice. Mundos Encantados’ es un espectáculo lleno de fantasía para los menores, pero sobre todo es un deleite de patinaje artístico con infinitas volteretas y elevaciones. El Pabellón, pese a ser un día entre semana, estaba a reventar, es cierto que el día del estreno el precio de la entrada era sensiblemente inferior, pero de todos modos no dejaba de ser un miércoles. La puntualidad de Disney es algo que me tiene encantado; odio, y creo que todos odiamos, llegar a un espectáculo, de cualquier índole, y ver que pasa el tiempo de la hora de inicio y aquello no da comienzo.
El show estaba dividido, a mi juicio muy bien, en cuatro partes. La primera era ‘Toy Story’ (John Lasseter, 1995), que además narró de forma acelerada, pero muy fidedigna a la película, la trama. Mención aparte la increíble escenografía y el vestuario: todavía pienso en lo difícil que es salir al hielo con el traje de algunos de los personajes del film. Cuando la historia llegó a su fin, y todos estábamos admirados por la ejecución de algunos movimientos sobre las cuchillas, llegó la hora de ‘La Sirenita’ (‘The Little Mermaid’, Ron Clements y John Musker, 1989), la cual a mi juicio fue la más floja: la película tiene una historia endeble y aburrida, y las canciones no consiguen conectar; unos años más tarde mejoraron sus directores en el tema de las canciones, y también en la trama, con ‘Aladdín’ (1995).
Llegamos al fin del primer acto. Hay que entender que este show está montado para niños y ellos no tienen el nivel de atención tan desarrollado como los adultos, además muchos tenían que ir al baño. En el segundo y último acto vino lo mejor, por lo menos para los niños. Comenzaron con ‘Cars’ (John Lasseter y Joe Ranft, 2006), pero no con unos bailarines enfundados en gruesos disfraces, no, más bien coches de verdad dando vueltas. Coches con bocas, ojos, cejas, la verdad es que fue mi parte más divertida. Quizás el público se mostró algo frío; ese trozo lo tenía complicado teniendo en cuenta que la traca final estaba a punto de llegar.
Con unas telas y algo de atrezzo se forma una ciudad del Este de Europa y aparecen Anna y Elsa. Ellas patinan, las niñas en la grada bailan y cantan con todas sus fuerzas el tema ‘Suéltalo’, que en su versión original se llama ‘Let it go’ (ganadora del Óscar a la mejor canción original en 2014), el último e inesperado para muchos, gran éxito del ratón.
‘Frozen’ fue la gran ganadora de la noche, la gente cantaba y bailaba. Además, la puesta en escena era perfecta, ni un error; patinadores de primera es lo que seguramente lleve el espectáculo. Quizás si Disney hubiera creado todo el show alrededor de la última película, obviando al resto, el resultado de público hubiera sido similar, pero ya se sabe, Disney siempre ofrece algo más. A mí me ofreció una muestra del mejor patinaje sobre hielo que he visto en mi vida y un musical bien trabajado y audaz. A los niños, un sueño hecho realidad.
Javier Caro
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