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‘Valencia en el alma de los artistas’
Artistas valencianos en la Colección Carmen Thyssen
Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC)
Artistas: Antonio Muñoz Degrain, Ignacio Pinazo Camarlench, Emilio Sala Francés, Ricardo Manzanet Millán, José Benlliure Gil, Cecilio Pla y Gallardo, Joaquín Sorolla y Bastida, José Navarro Llorens, José Francés Agramunt, Manuel Benedito Vives, Manuel Hernández Mompó, Paco Barrachina y Antonio de Felipe.
Museo 2, Valencia
Hasta el 29 de junio de 2025
Tras el impacto devastador de la DANA, Valencia sigue reconstruyéndose, el Centre del Carmen de Cultura Contemporánea se convierte en el epicentro de una iniciativa que pone a la ciudad en el punto de mira nacional tratando de recuperar su pulso cultural y turístico. Con la exposición Valencia en el alma de los artistas, compuesta por 14 obras de la colección Carmen Thyssen, nombres como Joaquin Sorolla, Ignacio Pinazo, Antonio Muñoz Degrain, combinados con arte digital que ofrecen una propuesta inmersiva del artista digital Chema Ciscar.
Hace tan solo dos meses Carmen Cervera, una de las figuras clave en la conservación y divulgación del arte nacional, se hizo una pregunta clave ¿Qué puedo hacer por Valencia? Y en respuesta decidió ceder una selección de obras con alma valencia. Un testimonio de resiliencia en un contexto de crisis y construyendo un puente entre la tradición y la contemporaneidad. La exposición podrá visitarse hasta el 29 de junio y se trata de una coproducción del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana y la Colección Thyssen, en colaboración con Stoneweg Places & Experiences.

La exposición se presenta en el marco de las Fallas, un momento en que la ciudad reivindica su identidad y transmite la desgracia valenciana a aquellos que vienen a visitarla. Potenciada por el vanguardismo de Chema Siscar, que acompaña al espectador en una experiencia visual. “Lejos de ser una amenaza, la IA es una fuente inagotable de inspiración”, afirmó el artista. Las 14 obras originales las introdujo en un sistema de análisis cromático, y resultó en una selección de colores y tonalidades que le han servido de inspiración y de los cuales predominan colores cálidos representando al mediterráneo.
Una narrativa dividida entre mar, ciudad y geometría
“La exposición reúne verdaderas joyas de una generación excepcional de pintores que a lo largo de los siglos XIX y XX supieron captar la luz, la gente y el alma del Mediterráneo”, destacó Marta Alonso, directora general de Patrimonio Cultural, en la presentación de la muestra. El recorrido expositivo consta de tres bloques de contemplación clásica con una relectura de las obras gracias al arte digital que ofrece una narrativa sensorial y plantea una reflexión sobre el papel de la tecnología en el arte clásico y contemporáneo.
La experiencia comienza con la parte más tradicional y figurativa. El mar como protagonista y una inteligencia artificial generativa que crea imágenes fijas con movimiento, y Joaquin Sorolla como gran pintor de la luz en la primera mitad del siglo veinte. La estructura de la exposición esta creada con la parte digital en paneles gigantes que crean un paseo hasta las obras originales, Chema Siscar explicaba en la presentación que estaba expuesta con la intención de que el espectador de un paseo hacia los cuadros liberando tensiones y así poder recibir todas las sensaciones que el cuadro pueda transmitir.

Obras costumbristas y de temáticas terrenales son las protagonistas de la segunda parte de la exposición, con el pintor Hernandez Mompo como una figura clave. En este punto se ofrece una reinterpretación más moderna representada con imágenes a partir de partículas, el artista digital explicaba que se trataba de arena de colores que gracias a la física se crean patrones únicos, consiguiendo una reinvención de las figuras artísticas más tradicionales.
El recorrido finaliza con la selección sólida y abstracta de la exposición, representadas por figuras geométricas donde la misma naturaleza en la que crea estos patrones. Expresando que el arte, la ciencia y la tecnología comparten el mismo lenguaje visual. La armonía de figuras y volúmenes conduce al espectador hacia una experiencia sensorial y contemplativa que culmina el diálogo entre el lenguaje analógico y el nuevo lenguaje digital. Toda la exposición está acompañada por una iluminación trabajada por Lucia González, que ofrece una experiencia intimista y potencia la carga emocional de cada pieza.
El resultado de esta iniciativa consigue que Valencia sea un fuente de inspiración y un viaje hacia la tradición y un futuro lleno de cambios. Conservar el arte como patrimonio del pasado y divulgarlo hacia las nuevas generaciones es una herramienta para poder dibujar un futuro donde la cultura y la innovación vayan de la mano.
Guillermo Cervera, conservador general de la Colección Thyssen, destacó que “esta exposición es una muestra del compromiso con el arte valenciano y su divulgación, un homenaje a sus artistas y a la ciudad que los inspira”. La exposición invita a una reflexión sobre el futuro de la inteligencia artificial y su papel en la creatividad, aunque la respuesta sigue abierta, queda demostrado que puede usarse como cómplice para conseguir una relectura moderna sin desvirtuar un arte tradicional asegurando que no quede anclado en el pasado.