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‘Valencia Se Ilustra’
Con Cristina Chumillas (comisaria) y los ilustradores Fede Carroza, Ana Igsan, Martín Forés, Ángel Muñoz, Nuria Riaza, y Conxeta Vivó
Encuentro online celebrado el 13 de enero de 2021
‘Valencia Se Ilustra’ ha revivido el evento celebrado en La Batisfera el pasado 25 de noviembre de 2020 a través de un encuentro online mediado por la comisaria Cristina Chumillas y en el que participaron, el pasado 13 de enero, los ilustradores Fede Carroza, Ana Igsan, Martín Forés, Ángel Muñoz, Nuria Riaza, y Conxeta Vivó. Patrocinado por La Rambleta y Cervezas Alhambra, ‘Valencia Se Ilustra’ va descubriendo, en cada edición, los rincones de la ciudad de València a través de las ilustraciones de los artistas participantes.
“Más que un proyecto de ilustración, es un proyecto de ilustradores”, afirma la comisaria, pues los ilustradores pueden elegir qué parte de la ciudad de València evocar en sus trabajos, que cuentan con un importante componente personal. Así, se representan obras de carácter biográfico, pero también conmemorativas, destacando aspectos sociales o recuperando parte del patrimonio perdido.
Los artistas invitados han hablado de las obras que han presentado, de cuáles han sido sus motivaciones para trabajar en ellas, así como de la historia que hay detrás de lo que representan. De este modo, las ilustraciones se han centrado en lugares tan conocidos como la Fuente de las Ocho Acequias o el Edificio Rialto; en monumentos icónicos de distintos barrios de la ciudad como el Mercado de Abastos o el campanario de la Iglesia de San Marcelino; así como en edificios ya desaparecidos como la Fábrica de Gas Lebon o el Palau de Ripalda.
Encontramos, así, la obra de Fede Carroza –alias Runninmen–, en la que nos presenta una peculiar visión de la Fuente de las Ocho Acequias. En ella, podemos ver a las ocho joviales falleras que representan las acequias del río Turia que riegan la huerta de València y a la figura principal de la fuente, una alegoría de dicho río que se puede identificar con el dios Neptuno.
La ilustración se presenta como un espejismo: en la parte superior se representa la misma escena que en la inferior, pero de manera inversa y con algunas variantes. Ambas partes están conectadas por una naranja que sujeta la figura principal.
Junto con algunos de los elementos que hacen referencia a nuestra sociedad más actual como los ciclistas que surcan las olas, el selfie que se está realizando una de las falleras o la mascarilla quirúrgica que lleva otra de ellas, el ilustrador nos presenta una imagen muy valenciana y, a la vez, muy actual que, además, rinde homenaje a la tradicional forma del azulejo con sus colores azules y blancos y con el marco cuadrado que la rodea y la repite infinitamente.
Otro de los icónicos edificios representados es el Teatre Rialto-La Filmoteca, una ilustración realizada por Ángel Muñoz. Su trabajo en el campo del cómic se ha visto reflejado en esta ilustración, en la que también hace referencia a su pasión por el cine y por la arquitectura art déco valenciana, que retrata con una estética retro.
La ilustración de Ángel nos transporta a un tiempo pasado a través de ese gran cartel que anuncia el estreno de ‘La mujer pantera’, evocando esos carteles cinematográficos que otorgaban un continuo dinamismo a las fachadas de los cines de la ciudad. Pero la elección de la película anunciada en el cartel de la ilustración no es banal: el artista hace aquí un homenaje a uno de los ciclos sobre cine y feminismo que se llevaron a cabo en La Filmoteca, cuya película referente fue la aquí mencionada.
Asimismo, también incluye otros guiños que nos transportan a una época pretérita, como el beso de la pareja que nos recuerda a Doisneau o el cartel de la conocida Sala 4.
Tras estos icónicos lugares de la ciudad, que todavía no habían sido presentados en ninguna edición de ‘Valencia Se Ilustra’, encontramos otros monumentos con un componente más personal y social. Vemos aquí el Mercado de Abastos, el principal punto de referencia del barrio de Arrancapins, ilustrado por Ana Igsan. La elección de este edificio tiene relación con su infancia, ya que fue, en palabras de la artista, “el telón de fondo de casi toda mi vida en València”.
Ana destaca, además, el componente artístico de este edificio, como ese tejado verde que refleja el sol por las mañanas. Ante la indecisión sobre qué parte del mercado escoger, la artista ha decidido representar la fachada como motivo principal, acompañada de una serie de ilustraciones del interior y los patios que completan el conjunto.
El componente biográfico y personal que vemos en el trabajo de Ana Igsan, también está presente en la ilustración realizada por Martín Forés, que retrata ‘Il Campanile’, el campanario de la Iglesia de San Marcelino. Este campanario es un símbolo de su niñez, pero también es una reivindicación de la cultura realizada desde los barrios periféricos de València. Con un estilo naif y sencillo, este campanario con forma de cohete despega desde el paisaje agrícola donde tuvo sus orígenes y sitúa a San Marcelino como un barrio emergente, abierto a descubrir nuevos mundos culturales.
Este sentido de reivindicación y de lucha por el reconocimiento del valor cultural de aquellos lugares alejados del epicentro, que transmite Forés con su obra, también está patente en el trabajo presentado por Nuria Riaza, que muestra –a través de la técnica del bordado, una fotografía y unas ilustraciones realizadas en bolígrafo– una referencia a la antigua Fábrica de Gas Lebon. De la fábrica, ya desaparecida, tan solo queda en pie uno de sus tres gasómetros, que actualmente cuenta con un parque alrededor.
La artista albaceteña se mudó a València en 2008 y vivió en una de las calles colindantes a la antigua fábrica durante su primer año en la ciudad. Cuenta cómo al lado había un descampado en el que una noche, por la contaminación del suelo causada por la acumulación de residuos de la fábrica, se prendió fuego una furgoneta, tal y como ilustra en la imagen presentada.
Es, sin duda, una imagen con un fuerte apego personal, pero no hay que perder de vista la reivindicación de la protección del patrimonio que la acompaña, pues, a pesar de no ser muy conocido por sus habitantes, es un lugar realmente espectacular que ha estado presente en la ciudad a lo largo de siglo y medio.
Finalmente, encontramos la ilustración de Conxeta Vivó, que también cuenta con este componente de recuperación de un patrimonio ya desaparecido, a través de ilustraciones y fotografías. Conxeta ha elegido representar el Palau de Ripalda. Construido en un estilo ecléctico en 1887, el palacio y su característica torre –ubicados junto a los jardines de Monforte– fueron derrumbados en 1967.
Este imponente palacio actúa como telón de fondo de la escena principal: el posado de José Fernández Rodríguez –ganador del Campeonato Regional de Motorismo en diversos años– para la fotografía anónima que sirvió a la artista de inspiración, realizada en el Paseo de la Alameda, en el cual se celebró un circuito de motorismo entre 1946 y 1955. Esta ilustración supone, por lo tanto, un guiño a la memoria histórica de la ciudad, para la que, como afirma Vivó, “el patrimonio puede formar parte de nuestro futuro como recordatorio de nuestro pasado”.
Con todo ello, ‘Valencia Se Ilustra’ nos permite ver a través del prisma de la mirada de los ilustradores participantes cómo la Valencia que conocemos ha ido mutando con el paso del tiempo. Ilustraciones repletas de añoranza y nostalgia que permiten al espectador redescubrir la ciudad desde un nuevo punto de vista.
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