#MAKMAArte
VII Festival de arte Calima’RT
‘El territorio de los sentidos’
Organización: Deva Sand
Artistas: Nuria Ferriol, Elena Pastor, Cristina Blasco, Elio Rodríguez, Sergio Barrera, Tana Capó, Rosalía Banet y Beatriz Sánchez
Centro Calima
Nova Malvarrosa 11, Gilet (València)
15 de octubre de 2022
Un entorno envuelto por una frondosa vegetación y unas habitaciones con una decoración exquisita son los escenarios idóneos para dejarte llevar a través de los sentidos, entrar en sintonía con uno mismo y disfrutar del arte en compañía. El pasado sábado 15 de octubre, Deva Sand volvió a ser la anfitriona perfecta para celebrar en el Centro Calima de Gilet (València) la séptima edición de Calima’RT, bajo el lema ‘El territorio de los sentidos’.
Un recorrido, en esta ocasión, por la obra de ocho artistas precedido por la periodista cultural María Tomás, quien recitó un poema sobre el mar y los sentidos y reclamó el valor indispensable del arte para el ser humano. Por su parte, el comisario de arte y editor Álvaro Los Ángeles, con su texto titulado ‘Los tiempos vivos del arte’, se sumó a la escritora para fraguar un “paréntesis de vida que nos distingue de los muertos”.
La cocina, un espacio caótico repleto de recetas ya elaboradas en el banco de mármol e ingredientes dispersos por las estanterías, acogió la primera obra, de Rosalía Banet. Unos tarros de cristal llenos de ojos que parecían reales y una réplica de un corazón anatómico, servido en un plato en el que se podía leer “corazón de enamorado”, fueron los dos ejemplares escogidos para representar la trayectoria de la artista.
En contraste con esta estancia, los presentes se trasladaron, acto seguido, a una sala blanca, diáfana. En la pared frontal, la pintura de Sergio Barrera, titulada ‘Antigesto’, impactó a los espectadores: un cuadro con colores vivos al fondo que relegados a un segundo plano por un trazo negro protagoniza en el centro de la obra. “Ambigua, abstracta, que invita a reflexionar”, así es como definió el artista su creación para la que siguió una técnica de pinceladas muy exacta, “casi mecánica”, declaró.
Al subir por las escaleras hacia el piso superior, los asistentes observaron en las paredes la obra ‘Junglas’, del artista cubano Elio Rodríguez. Numerosas esculturas con diferentes formatos que reflejan la identidad afrocubana a raíz de la selva.
Nuria Ferriol asumió el reto de crear una obra original expresamente para el centro Calima, una serie de dibujos que transmiten las sensaciones del cuerpo al observar la naturaleza. “Yo no diferencio entre la vista, los sentidos y el dibujo”, explicó la dibujante al hablar de su proceso creativo. “Simplemente, me permito fluir y lo plasmo en el papel utilizando trazos”, concluyó.
La organizadora del evento le propuso a Tana Capó un desafío que aceptó y supo resolver con una impecable destreza. La artista, acostumbrada a trabajar con imágenes, tuvo que emplear sus esfuerzos para reflejar su arte utilizando el sonido. Para ello, expuso una serie de fotografías en negativo que estaban geolocalizadas.
En su proyecto ‘6.7’ se representaba el ruido de los decibelios del lugar captado: una masa verde de árboles o un campo de chicharras fueron algunos ejemplos. “Si lo opuesto al positivo en una imagen fotográfica es el negativo y no la ausencia de imagen, lo opuesto a un sonido no es la ausencia de este, el silencio, sino el cambio de fase. La fase es la mirada y la contrafase, el sonido”, afirmó la fotógrafa.
Al salir de los dos dormitorios donde estaban expuestas las dos obras anteriores, los invitados se adentraron en una sala con un sofá enorme que invitaba a sentarse en él. Enfrente, un proyector con una cinta en blanco y negro que dejaba entrever un cuerpo de mujer desnudo en el suelo de un parque. El rostro con los ojos vendados y el cuerpo sin ropa pertenecían a la joven Elena Pastor.
La artista pretende captar a través de su piel las huellas del lugar en el que desarrolla la performance, como si de una obra de grabado se tratase. Para realizar esta mimetización con el entorno se tapa la vista y así su instinto se vuelve más animal. Retomando las palabras que utilizó la organizadora del evento para describir la obra de la más novel, Pastor nos brindó una obra “intimista, valiente y muy madura”.
Al acabar con el recorrido, los invitados pudimos disfrutar de una comida llena de recetas artesanales veganas hechas por algunos de ellos mismos. Además, una música tranquila y melódica acompañó la velada de principio a fin.
Cristina Blasco, cantante de jazz, fue de las últimas en desarrollar su actividad. Su objetivo fue unirnos a todos los presentes en una misma frecuencia para que se pudiera sentir cómo vibraba el sonido. Su espacio se desarrolló en un trozo del jardín trasero de la casa, en el que el suelo estaba repleto de hierba y había un círculo trazado con piedras que marcaba la disposición que tomaríamos.
Por último, Beatriz Sánchez puso punto final a la jornada. Utilizó el mismo espacio que la integrante anterior, pero en este caso para hacer un ejercicio de meditación. Como chamana con mucha experiencia, su obra culminó con el día como no podía ser de otra forma: la búsqueda de cada uno en su interior para poder alcanzar la paz y entrar en sintonía.
“Entre pinos y rodeno, en el parque natural de la Sierra Calderona, late un bonito proyecto humano que conecta arte, naturaleza y conciencia”. Estas son las palabras que dan comienzo a la escritura que está situada detrás de cada tarjeta con una fotografía y el nombre del artista.
“Nuestra misión es ofrecerte una emocionante experiencia vital, en la cual podrás dejar aflojar la mejor versión de ti”, sintetiza Deva Sand. Paz, plenitud y aprendizaje artístico concitados en cada edición de Calima’rt.
- Cosiendo el porvenir. Los jóvenes diseñadores se coronan en el CLEC más sostenible - 31 octubre, 2023
- Silvia Martínez: «Me gusta ser la cabeza pensante pero no visible. Que la marca hable por sí sola» - 12 diciembre, 2022
- Laura Barrachina: “Uno el mundo de la joyería y la cerámica de forma natural y orgánica” - 8 diciembre, 2022