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‘Las cuatro estaciones’, de Vinz (Sala Parpalló)
‘Jardines de retales, fragmentos de vida’, de Ana Karina (Escaparate del MuVIM)
Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat (MuVIM)
Quevedo 10, València
Hasta el 30 de marzo de 2025
El MuVIM abre al público dos nuevas exposiciones. Hasta el 30 de marzo de 2025, el museo de la Diputació de València añade a su catálogo de muestras ‘Las cuatro estaciones’, de Vinz, y ‘Jardines de retales, fragmentos de vida’, de Ana Karina. Las dos propuestas ofrecen al público “una reflexión sobre la vida, las diferentes etapas del ser humano y todas las vivencias y experiencias que nos conforman como personas”, señala el director del MuVIM, Rafa Company.
Por su parte, el diputado de Cultura, Paco Teruel, destaca “la extraordinaria oferta de un museo que combina con destreza las diferentes disciplinas artísticas y los estilos de los artistas que exponen en sus salas. El MuVIM vuelve a demostrar la capacidad para reflexionar sobre lo que nos rodea, combinando lo empírico, lo espiritual y por supuesto las artes plásticas que son la materia prima del museo”. Las dos nuevas exposiciones “son un ejemplo de esas reflexiones existenciales y animan a los visitantes a participar del debate y aportar sus respuestas”, añade el responsable provincial de Cultura.
‘Las cuatro estaciones’, de Vinz, llegan a la Sala Parpalló, invitando al público asistente a darle una vuelta a esas preguntas que nos acompañan desde el inicio de la humanidad: ¿Por qué estamos aquí? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? Sabemos que nuestras células se regeneran, pero también que con el tiempo comienzan a degenerar; esa es quizá la única certeza empírica en un mar de elucubraciones, teorías, reflexiones y divagaciones por el que siempre resulta interesante navegar.
Ana Karina y sus ‘Jardines de retales, fragmentos de vida’ ocuparán el Escaparate del MuVIM. La artista argentina, afincada en Valencia, recrea con sus combinaciones de telas, hilos y colores una manifestación de la vida, un todo que se construye a partir de fragmentos formados por todo lo que hemos experimentado, conservado e, incluso, perdido. Un recordatorio de que todo lo que se rompe o que parece incompleto, puede adquirir valor formando parte de algo mucho más grande.
Las cuatro estaciones y Vinz
El artista valenciano Vinz propone en ‘Las cuatro estaciones’ un viaje que comienza sin un claro inicio y cuyo final es incierto, incluso en los mejores de los casos. Mientras buscamos respuestas, la energía que nos define como seres orgánicos se nos escapa. El planeta Tierra, que ya existía antes de que llegáramos, sigue el mismo ciclo vital. La primavera representa el despertar, el renacer, el inicio del desarrollo. El verano es el apogeo, el clímax de la vitalidad. El otoño marca la disminución de esa abundancia, trayendo consigo la melancolía y la serenidad. Y cuando llega el invierno, sabemos que es el fin, pero llega de nuevo la primavera.
Vinz (València, 1979) comenzó el proyecto ‘Feel Free’ en las calles y galerías de Europa y Estados Unidos. Con su obra afirma que la desnudez humana es un símbolo de naturalidad y libertad personal, que expresa a través de collages fotográficos para los cuerpos, combinados con pintura de cabeza y detalles, lo que sugiere mundos reales entrelazados y mundos de ensueño. En los momentos más significativos de nuestra vida -cuando nacemos, cuando amamos, cuando morimos- estamos desnudos, concluye el artista.
‘Las cuatro estaciones’ sirven como una alegoría de las edades del ser humano, de la mujer y el hombre. El creador valenciano ha expuesto en centros culturales como el Centro de Arte Contemporáneo Walter Benjamin en Perpiñán, el Instituto Francés de Valencia, el Ayuntamiento de València, en el Museo de Bellas Artes de Murcia, el MuVIM, el Palau de la Generalitat o el Centre del Carme de Cultura Contemporánea CCCC.
Los jardines de retales de Ana Karina
Cada vida, cada jardín, ya sean naturales o de retales, se expresa de una forma única. Cada retazo de tela, cada pieza que se une a la siguiente, tiene una historia que contar. Todos estos retales, recogidos de prendas viejas y momentos pasados, evocan recuerdos y nostalgia. El arte de transformarlos les otorga nuevas funciones y significados, convirtiendo estos retales en el reflejo de nuestras propias vidas, formadas por fragmentos y experiencias dispersas e inconexas, pero que, al ser reunidas, forman una imagen coherente, llena de matices.
En un jardín, plantas, flores, árboles o arbustos crecen, se desarrollan y se transforman siguiendo las leyes de la naturaleza, la genética y el tiempo. La vida sigue un ciclo claro. Cada semilla plantada es un acto de esperanza, un compromiso con la continuidad del ciclo de la vida, un testimonio de la interconexión de todo lo vivo, siguiendo una pauta orgánica, predecible y ordenada, pero siempre muchas veces imprevisible. Este ciclo natural es similar en la evolución constante de nuestra propia existencia. Los jardines de Ana Karina nos invitan a reflexionar sobre el valor de lo que se conserva, de lo que se deja ir y de lo que se transforma.
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca (1992), la artista nacida en Buenos Aires en 1969 realiza entre los años 1995-1998 la Maestría en Artes Visuales en la Escuela de San Carlos de la UNAM, de México D. F., desarrollando durante esos años su labor pictórica y de investigación.
En 2003 obtiene el Diploma de Estudios Avanzados por la Universitat Politècnica de València, ciudad en la que actualmente reside y trabaja. Ha realizado numerosas exposiciones tanto nacionales como internacionales (Madrid, Barcelona, València, Lima, San Juan de Puerto Rico, México, San Diego, Perpiñán, Bolonia y Oporto, entre otras) y su obra se encuentra en colecciones de diferentes museos e instituciones.
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