8ª VLC Negra
FNAC, Ribes Espai Cultural (REC) y streaming
Del 6 al 14 de noviembre
Martes 27 de octubre de 2020
Un año más, VLC Negra retorna al panorama cultural de la ciudad. Y lo hace de manera inusual, celebrando su octava edición del 6 al 14 de noviembre.
Sin duda, son muchos los factores de este 2020 que han puesto piedras en el camino del festival. Sin embargo, a pesar de que en mayo no pudo realizarse y pareciendo que iban contra marea, Jordi Llobregat, Bernardo Carrión y Santiago Álvarez tomaron la decisión de seguir adelante.
Es por ello que, de manera excepcional, no solo se sitúa en el último trimestre del año, sino que, en sintonía con la situación de incertidumbre que vivimos actualmente, contará con algunas novedades.
Hay cosas que no cambian, como es la participación de grandes figuras del ámbito literario, tanto nacionales como internacionales. Sí, internacionales. La pandemia no va a ser un impedimento, ya que entre las novedades se encuentran los medios tecnológicos; se han incluido retransmisiones online vía streaming de cada uno de los eventos y actividades, de manera que no solo el púbico podrá disfrutar de los contenidos, sino que los propios autores desde donde se encuentren podrán, a través de la ventana de internet, mostrarse al público.
Entre la treintena de participantes figuran nombres como el de Elia Barceló, Víctor del Árbol, Guillermo Galván, Lorenzo Silva, Rosario Raro o Marta Robles; también Jordi Sierra i Fabra, a quien se le entregará el premio González Ledesma por su trayectoria; y algunos de los que entran en la categoría ‘Best novel’, como John Conolly o Tana French.
No obstante, son muchos autores los que se interesan por el festival, no por la posibilidad de ampliar su mercado y vender más ejemplares que VLC Negra les brinda, sino porque valoran el peso que tiene la cultura y la cuasi aparente innata necesidad que tiene la gente de ella (y que tan demostrado ha quedado en estos últimos meses).
En cuanto a las actividades previstas, en esta octava edición girarán en torno a la novela negra exclusivamente, dejando, así, para próximas ediciones el cine, la música o el teatro. Lo harán tanto en su vertiente presencial como virtual, concentrándose el mayor volumen de citas en los viernes y sábados (6, 7, 13 y 14 de noviembre), reservando el último día para la entrega de premios.
Gran parte de los eventos y talleres se localizarán en la calle, es decir, en espacios abiertos que permitan cumplir con las medidas sanitarias y de seguridad obligatorias vinculadas con la COVID-19. Sin embargo, continuarán habiendo actividades en entornos cerrados, pero habilitados para la ocasión, como son las sedes de FNAC y Ribes Espai Cultural (REC) –sede de la Universidad Popular en el Parque Central –siendo, esta última, una novedad–. Su propuesta pareció buena idea porque consideraban que le daría vida al festival por sus características espaciales, su aspecto modernista y por el propio significado histórico del lugar.
Es inevitable plantearse si VLC NEGRA funcionará debidamente esta octava edición. Han sido muchas las dificultades, desde las fechas en las que se programaba hasta la propia asistencia del público a los actos. El aforo, por ejemplo, se ha visto reducido a más de un 50% –permitiendo el acceso a 25 personas en el caso de FNAC y a 70 en el de Espai Ribes–. Por tanto, la reducción vertiginosa de asistentes presenciales es evidente.
Sin embargo, el hecho de que se cuente esta vez con los medios virtuales, amplía totalmente las expectativas e, incluso, llega a hacer más atractiva la programación de este año. El incluir los medios digitales, según declara Jordi Llobregat, es algo que ya llevaban tiempo queriendo hacer y esta ha resultado ser la oportunidad idónea.
Insisten en que las cifras no les importan en absoluto, sino que lo que pretenden es poder llegar de manera accesible al público, hacerles saber que la cultura se sigue celebrando e intentar disipar la negatividad que se haya podido crear en torno a las artes y a la cultura durante el primer estado de alarma, pues, como señala Santiago, “el éxito de esta convocatoria es que se celebre”.
Quizá la pandemia y el propio confinamiento –físico y mental– nos hayan retenido en nuestros hogares, pero los libros (al igual que las videollamadas, las tardes de cocina o las noches de manta y peli) han continuado ahí, acompañándonos. La necesidad de nutrirse de todo ello parece no cambiar en épocas de adversidades, pues en la Primera Guerra Mundial, por ejemplo, los soldados pedían llevar libros al frente. Tal vez una manera de paliar el desgaste mental.
Por otra parte, los propios escritores –dejando de lado la mella que crea el estar encerrados y los bloqueos artísticos ocasionados– han tenido la oportunidad de mirar por la ventana e inspirarse en el negro mundo real que parece, como siempre, superar a la ficción de muchas novelas.
Si algo hemos podido observar es que las circunstancias actuales han sido el ingrediente que faltaba para que VLC NEGRA –con la ayuda de los espectadores, de las instituciones y del patrocinio, nuevamente, de Icono, de Bodega Cooperativa La Viña y Anecoop Bodegas– se reinvente e intente sorprendernos un año más con sus propuestas, demostrándonos la importancia de mantener el festival y celebrarlo; cuestión que supone, en parte, la esencia del festival.
Una esencia de resistencia, demostrando que “estamos aquí”.
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