MAKMA ISSUE #01
Opinión | Pepe Romero (profesor del Departamento de Escultura de la Facultad de Bellas Artes de San Carlos, UPV)
MAKMA, Revista de Artes Visuales y Cultura Contemporánea, 2018
“Podemos hablar de cómo la realidad baila con la ficción en la frontera?
Está bien, entonces llevaré mi librea de hogareño
No comprendo
Tampoco yo entiendo eso del baile en la frontera”
(‘Doctor Pasavento’, E. Vila Matas)
Quizá fuesen las lecturas del ensayo de Balzac, ‘Teoría del andar’, y de la tonificante conferencia ‘Caminar‘, de Thoreau, las que provocaron que cuando nos reunimos por primera vez, decidiésemos cambiar de nombre* y realizar acciones consistentes en la lectura de estos libros mientras caminábamos al mismo tiempo, por ciudades distintas.
‘Simetrías Perversas’ y ‘Lecturas Peripatéticas’ se originaron con la lectura de unos vigorosos relatos que a diferencia de lo imperceptible de nuestra fugaces acciones, nos habían sorprendido y maravillado.
Caminar como si la noción de lateralidad no existiese, o hacerlo al mismo tiempo que fijas tu atención en el dispositivo citado, constituyeron las primeras acciones del grupo WDC. Tras ellas, un alegato contra el tiempo mercancía, expresado en el recorrido de un espacio corto o muy corto (1 metro en 5 minutos o 60 metros en 5 horas) y realizado con un paso ínfimo, componían ‘Tiempos Suspendidos’, performances en los que, incluso, se llegó a eliminar el movimiento, para ubicarnos en la inacción de la pura presencia, diluida, eso sí, en el bullicio de las calles comerciales del centro de la ciudad.
Aquí la ficción, como punto de partida, subrayando esa “frontera” en la que transcurre la danza y, lo mismo de lo mismo, en ‘Deambular por la Biblioteca’, un paseo con zapato-libro, en el que un grupo de personas recorren dicho lugar.
Posteriormente, dos de los componentes del grupo WDC realizaron acciones basadas directamente en relatos de ficción, y ya no se trataba de inspirarse, sino de reproducir la experiencia que otros habían descrito en sus textos.
‘Mr Gwyn’, de A. Baricco, relata la decisión de un escritor que, por ser inadecuada, deja su ocupación habitual (de nuevo, el preferiría no hacerlo) y la sustituye por la de copista. Se dedica, entonces, a copiar a la gente y a realizar unos retratos escritos que, más que nada, se definen como un “llevar de regreso a casa”. Para ello, solicita la presencia de modelos desnudos a los que, tras un mes de trabajo conjunto en su estudio, les entrega el sueldo previamente acordado y su retrato.
Un retrato que no es la descripción de un personaje, sino la de una historia escrita con un tono, un ritmo y una atmósfera en la que podemos así reconocerlo: “no somos tan sólo el personaje sino también el bosque por donde camina, el malo que lo incordia, el barullo que hay alrededor, toda la gente que pasa y el color de las cosas…”.
En el mes de octubre del año 2018, durante cuatro días, Almudena Millán y Pepe Romero, ambos del grupo WDC, se encerraron con los escritores Josep Carles Laínez y Rosa Mª Rodríguez Magda para posar como modelos durante dos horas cada día. Estos últimos debían realizar unos retratos de sus modelos partiendo del relato de Baricco. Iniciaron, así, una extraña experiencia algo alejada del relato poético, con el que se establecieron ciertos paralelismos.
Previamente, se firmó un contrato en el que, entre otras cosas, se les impedía comunicarse verbalmente, y ese ‘Performance para un solo espectador’ se realizó en Plutón C. C. (Espacio Enano Creative Commons) y fue incluido en el programa del Festival de Arte Intramurs de Valencia.
No se establecieron pautas específicas para la realización de los retratos y ni siquiera se discutió sobre qué aspectos del texto eran los más relevantes para cada uno de los cuatro involucrados en el proyecto que, por otro lado, no se conocieron hasta entonces.
Durante los cuatro días que duró la acción, los artistas esperábamos, ya desnudos, la llegada de los escritores para que realizasen su trabajo y, en aquel espacio, de repente surgió algo que en el relato es apenas visible. La disposición de los muebles y el resto de los objetos señalaron psicológicamente límites, territorios personales de confort y al mismo tiempo defensivos. Límites, que se mostraron en principio casi infranqueables. Posteriormente, cuando nos habituamos a compartir el espacio, dichos objetos se convirtieron en un apoyo y en un pretexto relacional, posibilitando acercamientos, juegos y otra virtualidades.
Ocurrieron muchas cosas en aquellos cuatro días que serán debidamente presentadas en su momento, pero avanzando una primera conclusión, creo que, en los trabajos enunciados, la realidad, en el caso de que baile con la ficción, lo hace siempre más allá de la frontera.
El extendido binomio arte-vida, no deja de ser una entelequia y el lenguaje artístico siempre es y será una ficción, una abstracción y un proyecto, aunque estos discurran paralelos y junto a la realidad cotidiana.
*Almudena Millán, Elia Torrecilla y Pepe Romero, bajo los seudónimos de Walker Citizen, Damian von Rosemarin y Camomille de Rodríguez componen el grupo de performers WDC.
Pepe Romero
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