Who Do I Belong To. Meryam Joobeur. Mostra de València

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‘Who Do I Belong To’, de Meryam Joobeur
Con Salha Nasraoui, Mohamed Grayaâ, Malek Mechergui, Adam Bessa, Dea Liane y Mariem Jlassi Akkari
120′, Túnez, Francia, Catar, Noruega, Canadá y Arabia Saudí, 2024
39ª Mostra de València
Sección oficial
Hasta el 3 de noviembre de 2024

Tras su aplaudido paso por la sección oficial de la Berlinale, ha llegado a la 39ª Mostra de València ‘Who Do I Belong To’, el debut cinematográfico de la directora tunecina Meryam Joobeur. La película, que podrá verse próximamente en Filmin, explora con ferocidad la maternidad, la radicalización islámica y la búsqueda de la identidad, todo ello ambientado en una pequeña granja en el norte de Túnez.

El drama gira entorno a Aicha, una madre destrozada al ver que dos de sus tres hijos se han ido de casa para unirse al ISIS en Siria. Uno de ellos vuelve sin su hermano y le acompaña una mujer embarazada con un nigab, metáfora de lo sufrido en el país de Oriente Próximo. La madre lo acoge de nuevo en su seno, el oikos familiar que gobierna y administra, en contra de la opinión del padre, que lo considera maldito y responsable del adoctrinamiento y muerte de su otro hijo.

Who Do I Belong To', de Meryam Joobeur. Mostra de València

La directora no trató de hacer una obra política, sino que, tras conocer a los tres hermanos protagonistas, escribió un guion bíblico para que pudieran protagonizar la película, que pone de manifiesto el drama rural en Túnez, donde numerosos jóvenes se incorporan al llamado Estado Islámico (Islamic State of Iraq and Syria) por razones económicas.

Avalada por premios internacionales como el de mejor directora joven en los premios de cine de Hong Kong, el gran premio del Festival Internacional de Cinema de Taipei y el de mejor largometraje internacional en Guanajuato, la cinta profundiza en el proceso demoledor de una madre que, sin entender las decisiones de su hijo, se debate entre el amor incondicional y la incapacidad de reconocer al joven que crió.

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El filme profundiza en la temática introducida en ‘Brotherhood’ (2018), cortometraje nominado al Óscar que también dirigió Joobeur. Mientras en este se centraba en la relación de un padre y el oscuro pasado de su hijo, en el presente largometraje se centra en la madre, mostrando su recorrido emocional en un contexto dominado por el patriarcado.

Igualmente, el hijo menor ejerce un gran papel, falto de referencias; su orfandad es particularmente notoria, mostrando una infancia castrada y sin esperanza.

La cineasta combina momentos de realismo mágico y escenas oníricas para suavizar el impacto de una historia que refleja los efectos destructivos del extremismo en la unidad familiar. Así, ‘Who Do I Belong To’ es una película meditativa, en la que los acontecimientos no condicionan su argumento, sino que la trama se adapta al ritmo interior de los personajes, especialmente al de la protagonista, más introvertida. Maravillosos primeros planos en los que su expresión facial nos cuenta su tormenta interior.

Para preservar la autenticidad y continuidad entre todas sus obras, Joobeur ha decidido utilizar escenarios similares del Túnez rural, y cuenta con diversos actores no profesionales que ya participaron en el cortometraje previo.

Cabe destacar la coherencia de la directora, fiel a su estilo de cine socialmente comprometido, buscando siempre plasmar la complejidad y la belleza de las experiencias humanas universales. En este sentido, sus trabajos previos –los cortometrajes ‘Gods, Weeds and Revolutions (2012) y ‘Born in the Maelstrom’ (2017)– también han recibido reconocimiento en diversos festivales internacionales.

De este modo, ‘Who Do I Belong To’ procura una potente reflexión sobre la maternidad, la reconciliación y la destrucción que el radicalismo yihadista provoca en las familias. La película enfatiza las imágenes y los sonidos frente a los diálogos, entre los que destacan las dificultades del hijo pródigo para adaptarse a la realidad rural tras los cambios acontecidos.

Como diría Camus, “ni siquiera estaba seguro de estar vivo, puesto que vivía como un muerto”. La poesía visual muestra cómo el conflicto bélico afecta a todos los personajes, y su paso por el enclave rural es una metamorfosis vital en la que todos salen malparados. La herida abierta en la mano de Aicha, como vientre materno, es, a la postre, una sinopsis simbólica de esta epifanía grupal en la que todo son pérdidas.