Elena Esparcia. Le Plaisir. Sala Carme Teatre

#MAKMAEscena
‘Le Plaisir’
Dirección y dramaturgia: Elena Esparcia
Intérpretes: Elena Esparcia, Laura Blázquez y Cristina Gómez
Diseño de iluminación: José W. Paredes
Espacio sonoro: Diego Carmen
Producción, material gráfico y audiovisuales: Virginia Rota
Sala Carme Teatre
Gregori Gea 6, València
Hasta el 8 de septiembre de 2024

La Sala Carme Teatre de València inaugura su trigésima temporada con ‘Le Plaisir’, obra de teatro contemporáneo sobre la maternidad, la belleza perdida y las imposiciones del sistema capitalista sobre el cuerpo de la mujer. La escenificación se mueve entre lo grotesco, el humor, la ironía y la reivindicación. Se podrá ver hasta el domingo 8 de septiembre.

El culto a la juventud y a la belleza femenina es una forma de control patriarcal. Nos enseñan a ver el envejecimiento como una pérdida de valor, cuando en realidad es una acumulación de experiencias. El terreno de la fertilidad es un negocio que mueve millones de euros y la idea de maternidad sirve como medio de coerción social.

Elena Esparcia. Le Plaisir
La actriz Laura Blázquez en un instante de ‘Le Plaisir’. Fotografía de Virginia Rota cortesía de la Sala Carme Teatre.

En este contexto, la obra de Esparcia habla en primera persona basándose en historias que conoce directamente. Su creadora nos cuenta las claves la pieza.

Esta pieza ha sido elegida para la Carme Teatre para presentar su temporada número 30. ¿Con qué se va a encontrar el público que vaya a ver ‘Le Plaisir’?

Es una pieza de teatro contemporáneo donde partimos de una vivencia personal y la extrapolamos, la ficcionamos. Lo que vamos a ver son tres historias de mujeres donde están contando sus experiencias en referencia a la maternidad; a la no-maternidad, en concreto.

Y, bueno, ahí hay una mezcla, un entramado de temas que son la belleza, que es algo que nos preocupa, y sobre todo el paso del tiempo: cómo tres mujeres se presentan ante el público con los 40 años pasados. Nos parece que hay una franja de edad ahí que no está reconocida en el teatro; de alguna manera, se pierde la belleza. Esa es la temática que atraviesa la pieza. Y todo esto con muchísimo humor y y utilizando muchos referentes del cine y muchos referentes de pensadoras feministas.

Parece que con esta obra continúas la senda que emprendiste con ‘La furia’.

Exacto, ‘Le Plaisir’, es una respuesta a la primera pieza, ‘La Furia’, que monté hace unos años, cuando formé la compañía. Digamos que hacía como un recorrido histórico por la historia de las mujeres, porque, realmente, las piezas de lo que están hablando es de cómo se presenta el cuerpo de la mujer en el mundo y qué relación tiene con la sociedad; con qué le pasa al cuerpo de las mujeres.

Entonces, en ‘La furia’ contaba desde la Edad Media hasta el siglo XX y ‘Le Plaisir’ –que es ‘el placer’ en francés– quiere representar el deseo, cómo se van construyendo en la sociedad los deseos de las mujeres de la mujer contemporánea. Y se choca un poco con que la mayor parte de los deseos son impuestos. Entonces, ironiza sobre este concepto.

le plaisir, elena esparcia
Un instante de ‘Le Plaisir’. Fotografía de Virginia Rota cortesía de la Sala Carme Teatre.

Los procesos de creación necesitan de muchas ayudas para poder hacer que un proyecto de estas características sea sostenible. Para ‘Le Plaisir’ has pasado por distintas residencias y colaboraciones.

Sí, la creación esta pieza se ha hecho muy lenta porque primero estuve trabajando con una artista mexicana, Mariana Blanco, con la que estuvimos en una residencia en Mallorca, en Atalaya, en Cultura Emocional. Nos dieron esa primera residencia. Estuvimos investigando y, por razones territoriales, porque estábamos muy lejos, no pudimos seguir colaborando.

Luego, recibí otra serie de ayudas en Alcaraz, que es el pueblo de mi mamá en Albacete; salió la coproducción con la Carme Teatre, que siempre que puede nos apoya y apoya las nuevas producciones un poquito más arriesgadas, y es como nuestra casa. Luego, en Madrid, donde hemos tenido también una residencia, nos han dejado un centro cultural y hemos estado allí como dos meses ensayando en el centro de la ciudad.

A la Carme veníamos ya con toda la parte creativa bastante compuesta, pero en esta última parte es donde se une la bailarina Cristina Gómez, con la que habíamos coincidido anteriormente –teníamos muchas ganas de colaborar– y donde ya la la pieza se complementa. Entonces, hemos tenido como diez días para trabajar y para insertar todas las partes finales y luego una residencia técnica de una semana por ahí, aproximadamente.

Y, claro, para mí es muy emocionante poder volver a València, donde estudié, donde viví muchos años y donde, bueno, pues la gente de la profesión son conocidos y amigues. Poder abrir la temporada y que hayan confiado en esta pieza y en la propuesta pues me hace mucha ilusión.

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Háblanos un poco de los referentes teóricos y escénicos que habéis manejado.

Fundamentalmente, Silvia Federici y Sayak Valencia. También, un listado de mujeres que están ahora en los feminismos actuales, tanto en España como en América Latina, nos han servido para construir la mayor parte de las escenas, porque se utiliza una simbología bastante concreta, muy contemporánea. Utilizamos también referentes de la historia del arte, mezclado y teniendo referencias al pasado, pero sobre todo a las nuevas pensadoras que están aquí, ahora mismo, repensando el panorama y ayudándonos a pensarnos a nosotras mismas.

A nivel escénico, evidentemente hay algunos referentes como Angélica Líddell o Rodrigo García. Podrían ser también actuales y compañeras que están como a nuestros mismos niveles y de las que estamos viendo constantemente propuestas superinteresantes, como Esther Carrodeguas.

Son referentes porque se están haciendo piezas distintas que hablan de problemas que nos ocurren. De circunstancias que rodean a la mujer, pero no solamente a la mujer, sino lo que lo que circunda toda nuestra vivencia.